I.- El Covid y su obra

1.-  Desalentar  al Covid es hacer fallida su misión de encontrar seres  humanos vivos y convertirlos en difuntos. Enfrentamos el virus impidiendo que arranque más vidas de mujeres y hombres de bien que  con su presencia en la tierra solo aportan para lo bueno, provechoso y  en general hacerles la existencia grata a los demás.

2.- El Covid ha llegado cargado de veneno para contaminar a sus víctimas, y a sus seres queridos dejándoles lastimados;  afectados emocionalmente; llenos de turbación; mortificados y sin ánimo alguno para recibir la merecida compasión. Los muertos a causa del Covid, son despedidos sin sus dolientes poder recibir el abrazo de condolencias,  todo para evitar el contacto personal.

3.- Estamos en presencia de un enemigo implacable,  desalmado, sin piedad. El Covid ha hecho imposible darles a sus víctimas la última solidaridad, porque ha limitado la presencia en las funerarias de los afectados en su sentir. Los muertos por el Covid se van sin sus familiares y amistades recibir las muestras de conmiseración.

4.- Al observar con detenimiento las consecuencias que ha traído en los sentimientos el Covid, comprobamos los cambios a que han tenido que adoptarse los dominicanos y las dominicanas. Se ha roto la tradición de expresar a los familiares de los muertos la tristeza, la atribulación por la pérdida de su ser querido. La deshumanización del virus genera pesadumbre hasta a la hora de llevar a las víctimas al cementerio.

5.- En forma sorpresiva, el Covid ha marchitado el estado  de alegría que históricamente ha acompañado a nuestro pueblo. La contaminación que trae el virus, viene con la tristeza para más amargar a quienes lesiona con su ataque aniquilador lleno de infelicidad. Cada país donde está  presente la pandemia ha cambiado de jubiloso a acongojado, le ha llegado la melancolía y la risa ha desaparecido.

6.-  Además de la persona que resulta contaminada por el veneno traída por la pandemia, el círculo familiar también es afectado por el malestar físico y psíquico que le causa, manifestado  en inestabilidad emocional y temor. El desconsuelo, la zozobra y la completa angustia dominan los sentimientos del colectivo humano que rodea a quien fue tocado por el Covid.

7.-  Por esencia y naturaleza, el  objetivo del Covid es castigar y de todas maneras llevar mortificación, sin importar a quien sea la persona lastimada. La mayor parte de la población mundial hoy está inquieta, bajo incertidumbre; la molestia se advierte en el rostro de la generalidad de los habitantes del planeta tierra.

8.-  En el cuerpo humano donde se aloja el Covid, llega un martirio que muchas veces termina con la muerte, no sin antes la persona lesionada haber sido sacrificada con fuertes dolores. Se combinan molestia grave para terminar con la desesperación y la aflicción.

9.- Hombres y mujeres se mueven hoy con el presentimiento de que  en cualquier momento algo funesto le puede ocurrir. De ellos se ha apoderado la íntima sensación de que algo malo les puede llegar. En su mente proliferan las conjeturas de que lo peor y desagradable les puede suceder.

II.- Modificaciones impuestas por el Covid

10.- El Covid ha puesto a la humanidad a sentirse presa de sombrías sensaciones que solo hacen esperar aciagas noticias. Lo que se escucha es hablar de contaminación, afectado, contagiado, veneno, pandemia, infectado,  infeccioso, impurificar, polucionar, etc.

11.- Las nuevas que nos traen los medios de comunicación se refieren a que fulano de tal está contaminado; mengano se infectó; perengano está contagiado; zutano está envenenado del Covid. Cada  novedad nos llega para ponernos en tensión, a la espera de lo peor.

12.- Al abrir un diario cualquiera podemos leer de inmediato que perico  el de los pelotes falleció  contaminado; que perencejo está en la clínica y lo tienen en habitación aislada donde ubican a los contagiados; que el individuo tal está en las últimas entubado, en fin, en la crónica se lee que falleció el muchacho aquel que era muy querido y alegre.

13.- El Covid cambió el estado de ánimo de alegre a triste, y no es para  menos, porque de lo que se habla es de que el hermano de  fulano falleció;  el papa de zutano lo tienen en cuidados intensivos; la  novia de perencejo ya está desahuciada; el vecino de la esposa de mi amigo ya no tiene  esperanza de vida porque está muy contagiado.

14.- Sin proponérselo, el Covid ha puesto a nuestro pueblo a cambiar el tema político por el  que tiene que ver con asuntos tenebrosos, principalmente vinculados con muertos,  funerarias, mortuorio,  difunto y cementerio. Las  exequias serán el día tal; están de duelo; mis condolencias a la familia atribulada; no le harán misa; en la misa de fulanito solo pueden estar presentes tres familiares;  voy a ir a firmar el libro y no saludaré  a nadie.

15.-  A causa del Covid, nuestra comunidad ha sido anímicamente golpeada hasta el punto de que  ha hecho habituales comentarios en torno a defunción, perecimiento, cadáver, finado, deceso, apagamiento y extinto.

16.- La demostración festiva muy normal en el pueblo dominicano, se ha transformado por el Covid, a expresiones de pena. Lo que escuchamos es decir: “mi amiga esta afligida, desconsolada y la veo con mucho  pesar”;  “en esa familia están de duelo porque el esposo de fulana le mato el Covid”, “el pobre, tan bueno que era, que descanse en paz, murió contagiado”; “se fue de este mundo contaminado”; “entregó su alma al señor porque murió del virus”; “ya descansó”, “sufrió mucho antes de morir, el pobre ya bajó al sepulcro”; “se extinguió su existencia por el Covid”.

17.- Los nombres de los centros nocturnos, de diversión, restaurantes, deportivos, cherchas y peñas, se han modificado en el vocablo del dominicano. Los lugares que ahora se mencionan son clínicas, hospitales, funerarias, cementerios, camposanto, osario. También está de moda hablar de caja de muerto; bonito y costosa ataúd; la familia tiene su nicho; “lo van a enterrar en el nuevo camposanto”; “no lo van a llevar a la funeraria, sino que el velatorio del difunto será en su casa y acompañado solo de sus hijos y esposa”; “el pobre ya es cadáver”; “caramba, el extinto fulano lo mato el Covid”; “el amiguito tal lo tienen en la funeraria y solo permiten tres parientes”.

18.- Como si fuera poco, el proceder de algunas familias dominicanas  ha cambiado con el Covid, hasta  el punto de que, lo nunca visto, han aparecido féretros con cadáveres en su interior, abandonados en distintos lugares, particularmente en la ciudad de Santiago de los Caballeros  y secciones aledañas.

19.-  Nunca jamás, en la vida; ni pensarlo, no le pasó por la mente a ningún ser viviente oír hablar de los signos reveladores de una enfermedad cualquiera alojada en el cuerpo de una persona. Sin embargo, ahora, con motivo del Covid, es común escuchar a grupos de individuos hablar de “síntomas y síndromes“; “dio positivo fulano de tal”, “da señal de estar  contagiado por el virus”; “los indicios son de que zutano se dejó contaminar”; “se hizo la prueba y dio con el Covid”,  “lo más posible es que se muera pronto”.

20.- Para colmo, el Covid  ha hecho posible enseñar pronto lo que solo con largo tiempo se hace habitualidad. Personas a las cuales repugnaba el aseo, se han convertido en maniáticas, obsesionadas con la limpieza. Ahora permanecen purificados los asquerosos de ayer. La higienización se está haciendo costumbre en el país por la llegada de la pandemia.

21.- Sorprende, llama la atención que individuos que por costumbre son andariegos, el Covid les ha convertido en sedentarios. No hay quien les mueva de su casa;  se mantienen apacibles;  dan ejemplo de asentados. Nada de  trotamundos ni estar de  andarín. Cumplen fielmente con la disciplina del momento: quedarse en su casa.

III.- Algunas precisiones

a.- A los distintos países del mundo, donde hoy se encuentra, el Covid llegó solo; como alma en pena; sin compañía alguna; como único en su especie; como exclusivo, algo único y especial. Sin ningún acompañante. Únicamente él.

b.- Aunque el Covid vino solo, a la hora de retirarse lo hará muy acompañado;   se irá  dejando miles, miles y miles de muertos; seres humanos vivos, pero eternamente afligidos; a toda una generación de mujeres y hombres con sus corazones sellados de angustia y en su conciencia una    preocupación grave y continua de pánico.

c.- Además, el Covid al marcharse de los lugares donde ahora ejecuta su macabra obra de muerte y pesares, dejará también crisis de toda índole, comenzando con la humanitaria, y continuando con las económicas, sociales, políticas, institucionales, sistémica  y de Estado.

d.- La especie humana no debe seguir viviendo como hasta ahora, a merced de lo que quiera y decida   el Covid. Esto no puede seguir tolerándose bajo las condiciones actuales. Además de  que esto se torna inviable, es imposible seguir existiendo bajo las presentes circunstancias.

En confinamiento y distanciamiento, sí;  pero ¿hasta cuándo?

¿Esperar que se desarrolle una vacuna? ¿En qué tiempo? 

¿Estamos en una encrucijada?