I.- El COVID-19 y las dificultades que crea
1.- Las personas toman en cuenta lo que les causa dificultad y viene a romperles su tranquilidad. Nadie desea permanecer con inconvenientes que se les presentan a hacerle la contra y poniéndole impedimentos a sus proyectos.
2.- Lo que nos estorba la vida no lo queremos a nuestro lado y procuramos por la vía que sea que desaparezca por completo. No estamos formados para ser tolerantes con quien viene a enredarnos dizque para que le encontremos la quinta para al gato. El que enmaraña siempre quiere joder a los demás poniéndosela en China.
3.- En la actualidad, los dominicanos y las dominicanas estamos viviendo un período, si no escabroso, el más confuso por lo imperceptible que es lo que nos agrede, permaneciendo en condición de desconcierto, turbados de ánimo, en sí lo que está en nuestro medio es algo ininteligible con el membrete de COVID-19.
4.- Pero, por muy espinoso que se nos presente el COVID-19, no nos debe llevar a verlo como algo imposible de analizar sus efectos devastadores. Aunque las ejecuciones del virus son sumamente dañinas y endiabladas, sus complejidades jamás van a impedir descifrarlas.
5.- Lo que el COVID-19 traiga y deje como muy dificultoso, estamos en el deber de hacerlo fácil. A lo afanoso hay que convertirlo en sencillo. No importa lo erizado que se presente, lo vamos a convertir en comprensible. Hay que demostrar que estamos hechos para enfrentar las realidades que vengan, sea de la naturaleza o enviada por cerebros humanos.
6.- Lo enrevesado del COVID-19 y sus daños, de seguro que serán descifrados por mujeres y hombres decididos, con la suficiente firmeza y confianza para poner en claro las cuestiones oscuras que la pandemia deje en su diabólico paso por el mundo.
7.- El revoltijo de asuntos que van a quedar sobre la tierra cuando el COVID-19 sea vencido por la ciencia o por el tiempo, necesariamente deben ser enfrentados y solucionados, sin importar los intrincados que resulten. La inteligencia, la decisión de vencer y los buenos resultados esperados se van a combinar para convertirlos en victoria.
II.- Luego del COVID-19 nada será igual. Cambios necesarios
8.- Es cuestión de empecinarse para alcanzar objetivos, sin tomar en consideración los tropiezos. Nada de transigir ante los retos que deje el COVID-19. Es cuestión de decidirse para en recordación de las víctimas levantar lo fructífero, útil y altamente beneficioso para humanidad.
9.- Todos los seres humanos que logren permanecer con vida después del COVID-19, quedarán comprometidos a construir un nuevo orden social y económico que haga la existencia menos pesada en lo material y espiritual. Los sobrevivientes de esta pandemia, y sean sensibles, quedarán marcados con el sello en su mente de tantos muertos.
10.- Nadie puede hacer cálculos alegres y pensar que luego del COVID-19, el mundo será igual. Cada quien con sano juicio debe saber que nada puede ser idéntico a como antes, luego del sacudión que se ha producido como un aldabonazo, algo así como una clarinada.
11.- La alteración de la situación actual, ha de producirse por encima de aquellas voluntades e intereses que se manifiestan adversos hasta a los cambios climáticos. El cambio estará a la orden del día porque la innovación será inexorable, como si fuera un giro hace tiempo esperado.
12.- Luego de la tragedia que ha sido el COVID-19 para la humanidad entera, lo menos a que debemos aspirar es a que se produzca una metamorfosis para que la especie humana sienta en el fondo de su alma que después del COVID-19 llegará lo que puede traer un giro copernicano.
13.- De la situación actual hay que pensar, como que es un modo de vida pesaroso, en el que sufrimos a la espera de otro que dé alegría; o sea, la mudanza de este infierno que nos ha correspondido pasar; vamos a construir la felicidad. Lo que de seguro no aceptaremos es la continuidad del ambiente donde vino el COVID-19 a matar gente con total impunidad.
14.- Convertir el presente de infelicidad por un futuro acogedor, es como mudarnos de la escasez a la abundancia que el pueblo necesita y merece. Es vital para la gran mayoría de los dominicanos y las dominicanas modificar por completo la estructura de la base económica de esta sociedad, reestructuración que no requiere plazo alguno; que debe ser como la consecuencia del paso del COVID-19 y las iniquidades que arrastra.
15.- El medio donde hoy vivimos es ideal para el COVID-19 aguijonear a su capricho. Allí donde la mayoría de la población es víctima de desigualdades de oportunidades, una pandemia como la de ahora siembra el dolor y la muerte.
16.- Sin el mayor esfuerzo, es compresible que nada será igual luego del COVID-19. Es imposible pensar que lacras sociales como la pobreza, la mendicidad, la indigencia y las penurias presentes en el seno del pueblo dominicano quedaron intocables.
17.- El COVID-19 encontró a millones de los nuestros con muchas carencias, notorias privaciones y cuantas apreturas padece una comunidad humana. En ningún cerebro sano es posible razonar en el sentido de que la situación de opresión social se mantendrá.
18.- La realidad de las dificultades sociales no se pueden esconder; ellas están ahí y se observan como testigos de piedra. De igual manera, la carencia de lo indispensable para vivir no admite postergación, y precisamente, la situación de lo que se llama pueblo necesita solución y para lograrlo tiene que operarse cambios sociales tangibles.
19.- Un modelo económico llega a convertirse en insoportable para la gran masa de la población, cuando se hace irritante porque se convierte en una traba para el desarrollo social. El orden que predomina en nuestro país es irresistible, inaguantable a la luz de los efectos causados por el COVID-19.
20.- La situación en el medio social nuestro es tan fastidiosa que la principal forma para prevenir los ataques de muerte del COVID-19. Es mantenerse en su casa; evitando el contacto físico. Pero ocurre que la mayoría de la fuerza económicamente activa en el mercado laboral, está compuesta por mujeres y hombres que trabajan de manera informal. Pero, resulta imposible mantenerse en su casa protegiéndose del COVID-19 sin disponer de recursos económicos para subsistir. Es imposible conservarse sin producir para adquirir lo indispensable para vivir.
21.- El COVID-19 se encuentra entre nosotros, matando e implantando el terror, a la vez que ha modificado nuestra forma de expresar cariño, compartir en el hogar; ha alterado las formas de celebrar la Semana Santa; las audiencias ante los tribunales y hasta como ir a los colmados, pulperías y supermercados.
22.- Los cambios de modo de proceder, que hemos efectuado aquí por el COVID-19, una vez termine su misión devastadora en el planeta tierra, en cada país se han de producir cambios de todo tipo, comenzando por decir que la crisis económica venidera no la deben pagar los pueblos, que también están poniendo los muertos.