Después de triunfar en la Segunda Guerra Mundial los aliados formaron dos bloques antagónicos encabezados por Estados Unidos y la URSS que se disputaron el dominio mundial. En la competencia espacial la URSS lanzó el 4 de octubre de 1957 el cohete Sputnik y el 3 de noviembre la cápsula Sputnik II, con la famosa perra Laika. El 12 de Abril del 1961 Yuri Gagarin alcanzó la órbita de la Tierra en la cápsula Vostok y  dio la vuelta al planeta en 1 hora 40 minutos. Ante los éxitos soviéticos la respuesta americana fue contundente. El 12 de septiembre de 1962 el Presidente Kennedy anunció en Rice University su propósito de que “nos convirtamos en la nación mundial líder en la exploración espacial”.  Agregó: “Elegimos ir a La Luna en esta década, y también afrontar los otros desafíos, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles…”. A pesar del magnicidio de Dallas su profecía se cumplió .El 20 de julio de 1969 el Apolo XI llegó a la Luna y Neil Armstrong, primer humano que pisó la superficie lunar expresó: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.

En medio del intento de conquistar el espacio, sin dominar la Tierra, ocurrieron catástrofes. Entre 2011 y 2018 la OMS evaluó 1,483 brotes epidémicos  en 172 países y, al iniciarse como su Director, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus , siguiendo recomendaciones del Equipo de Tareas del Secretario General de la ONU sobre las Crisis Sanitarias Mundiales, y también la Respuesta Mundial a las Crisis Sanitarias a raíz del Ébola y la gripe H1N1, procuró el apoyo del Banco Mundial para crear, en mayo del 2018, la “Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación”, (Global Preparedness Monitoring Board “GPMB”).Consiste en un órgano independiente de vigilancia y promoción que insta a la acción política para prepararse ante las emergencias sanitarias de ámbito mundial y mitigar sus efectos. En septiembre 2019, exactamente medio siglo después del viaje del hombre a la Luna, la “Junta de Vigilancia” publicó su primer reporte, con este lúgubre  título: “UN MUNDO EN PELIGRO. Informe Anual sobre preparación mundial para las emergencias sanitarias” el cual predijo, certeramente, el peligro inminente de lo que ya se bautizó como pandemia del COVID-19 y, sobre todo,  resaltó que la humanidad no estaba preparada para enfrentarla.

Textualmente el Informe dice:

«Los países, los donantes, las instituciones multilaterales deben prepararse para lo peor. La propagación rápida de una pandemia debido a un patógeno respiratorio letal (de origen natural o liberado accidental o intencionadamente) conlleva requisitos adicionales de preparación. Los donantes y las instituciones multilaterales deben garantizar inversiones suficientes para el desarrollo de vacunas y tratamientos innovadores, la capacidad de fabricación en caso de aumento súbito de la demanda, los antivíricos de amplio espectro e intervenciones no farmacéuticas adecuadas. Todos los países deben poner en marcha un sistema para compartir de inmediato las secuencias genómicas de todo patógeno nuevo con fines de salud pública, junto con los medios para compartir contramedidas médicas limitadas entre países».

Enfatizó: “El mundo no está preparado para una pandemia causada por un patógeno respiratorio virulento y que se propague con rapidez”. El Informe sólo tiene 48 páginas y abarca múltiples aspectos, pero su contenido acerca de un patógeno respiratorio virulento” fue extraído del enjundioso estudio de 84 páginas “Preparación para una pandemia de patógenos respiratorios de alto impacto” encargado por la “Junta de Vigilancia” al “Johns Hopkins Center for Health Security”.    Importantes medios de comunicación divulgaron en septiembre 2019 apocalípticos vaticinios que  fueron ignorados  hasta que, 3 meses después, brotó la epidemia del COVID-19 en China. Se había planeado que en septiembre del 2020 la  73ª Asamblea Mundial de la OMS abordaría  y evaluaría de nuevo el tema.

Dentro de 15 Miembros del Directorio de la Junta de Vigilancia aparecen el Director de la OMS y dos astros  mundiales de epidemiología y virología, de  EUA y China. El Dr. Anthony Fauci señalado por  “New York Times” como “principal experto de la nación en enfermedades infecciosas”, ha dirigido durante 36 años el “Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas” y es el principal asesor del Presidente Trump sobre Coronavirus, llegando a disentir de él en público. George F.Gao, Gao Fu dirige el Centro Chino para Control y Prevención de Enfermedades. Educado en China, Oxford y Harvard, encabezó la misión China que en  2014 combatió el Ébola en Sierra Leona. En marzo 2019 Gao predijo, doctamente:“Aunque un virus podría emerger en cualquier momento, China nunca sufriría de nuevo de otra epidemia como el SARS”.“Eso es gracias a lo bien que funciona nuestro sistema nacional de vigilancia de enfermedades contagiosas”. Se comentó que el Dr. Lie Wenlieng fue reprendido por advertir la gravedad de la fase inicial del brote y murió por el virus. Periódicos americanos denuncian que el fallo del riguroso sistema de detección de enfermedades chino se debió a manipulación de cifras sobre los contagios iniciales y mencionan supuestos estudios que indican que si China hubiera actuado tres semanas antes, hipotéticamente podría haberse evitado  el 90% de los casos en ese país. Semanas atrás  titulamos un escrito: “Son obligatorias “Pruebas rápidas” a 100% de sospechosos del Coronavirus”. Todavía no hay pruebas masivas ni rápidas,  sino pocas y lentas. Con pocas pruebas  y sin  rastreo y  aislamiento de infectados y sospechosos, la pandemia seguiría creciendo.