El imperio de la ley reposa en una administración de justicia independiente. Si las instituciones judiciales están politizadas o son arbitrarias, de poco servirá el contenido de nuestras leyes, su aplicación dependerá de criterios como el poder político de turno o el estatus socio-económico de las partes.
Por el contrario, un sistema judicial independiente ofrece las garantías esenciales para resolver los conflictos a través de un proceso justo y predecible, protege los bienes según lo dispuesto en las leyes, garantiza el disfrute de los derechos fundamentales y garantiza el cumplimiento de los contratos; elementos estos fundamentales para equipar al país del entorno institucional y jurídico necesario para el crecimiento social y económico.
En estos momentos en que el Consejo Nacional de la Magistratura se aboca a designar los integrantes de los altos tribunales de la nación, es preciso cuidar el proceso de selección y examinar cuidadosamente las cualidades de sus aspirantes.
Lo ideal, como se espera de todo concurso, es que no se vaya con la decisión previamente tomada. Un juez debe poseer las condiciones para ejercer la función con la independencia propia de una institución democrática; tener una trayectoria personal éticamente irreprochable y una sólida formación jurídica.
Además, los que comparezcan deben ser valorados según su hoja de vida, su trayectoria personal y profesional y su desempeño en las funciones que ha ocupado, tanto públicas como privadas.
Lo que se anhela es que se respete al profesional participante y que con sinceridad y ética se valore la pertinencia de ser o no ser elegido.
Este país está necesitado de gente comprometida y con verdaderos y acendrados valores democráticos, no bastando que los pregone el interesado, sino que los haya modelado en su cotidianidad y en su ejercicio profesional.
La Patria requiere de hombres y mujeres firmemente comprometidos con la verdad, con sentido de misión y que sean honestos.
No veamos desde las gradas este proceso que se avecina. Participemos, pues tenemos derecho y deber.
Ojalá y las esperanzas de este pueblo se fortalezcan con el resultado de este proceso.