En el libro "El pensamiento sistémico: los orígenes del social-conformismo", del autor Marcos Roitman Rosenmann, se analiza por qué las sociedades de hoy son tan conformistas.

El conformismo social, explica el autor "es la adopción de conductas inhibitorias de la conciencia en el proceso de construcción de la realidad, es un rechazo hacia cualquier tipo de actitud que conlleve enfrentamiento o contradicción con el poder legalmente constituido". 

En el año 1972, Herbert Kelman planteó tres formas de conformidad: "complacencia (conformarse públicamente pero conservando en privado las ideas propias), identificación (conformarse, en público y privado, mientras se es miembro de un grupo, pero no cuando se deja al grupo) e internalización (conformarse pública y privadamente, tanto cuando se es miembro de un grupo como cuando se deja el grupo)"

Asumir la actitud irresponsable de quedarnos callados ante las injusticias y dejar de protestar para "no tener problemas con el gobierno, los partidos tradicionales o los poderes fácticos", es parte intrínseca del problema, no de la solución.

Resulta increíble entender que al activista social comprometido, que se escapa de ese círculo vicioso es altamente condenado por la supuesta necedad de protestar tanto.

El conformismo dominicano se percibe en el día a día con frases cómo: "eso no es na´", "deja eso así", "es que somos así, no vamos a cambiar nunca", "hay que agradecer a Dios por lo que tenemos", "este país no lo arregla nadie", "todos roban", "vota por el menos malo", "no te quejes tanto, tú protestas por todo", "antes estábamos peor", "no hay nada que hacer ya"; entre otras.

A mayor conformismo, mayor pobreza. Sin lugar a dudas, seguiremos teniendo bajos índices de calidad de vida a menos que, exijamos todos y todas, mayor inversión en los servicios básicos y esenciales.

En la República Dominicana tenemos dos caminos, o rompemos con el conformismo o aceptamos que nunca cambiaremos. ¿Cuál escoges tú?… 

Si asumimos la actitud de que nunca cambiaremos, negaríamos el curso de la historia. No hay porque temer a los cambios. "Lo único permanente en la vida es el cambio". 

Quedarnos de brazos cruzados o seguir apoyando la partidocracia corrupta, no resolverá ni uno solo de nuestros problemas como sociedad.

El conformismo es resignación, fracaso y pesimismo. Es rendirse porque supuestamente no hay nada que hacer para cambiar. 

La mediocridad es hermana del conformismo. Dejar de hacer algo por temor a fracasar, es lamentar lo que todavía no ha sucedido.

Quien se adapta a las injusticias sociales y a las circunstancias del día a día, se hace cómplice por omisión de las mismas. Por esta razón, es necesario insistir en el tema. Y es que, cuando "tiramos la toalla" dejamos de luchar por una mejor calidad de vida.

"Cuando una persona es derrotada por su enemigo, podrá levantarse en un cierto periodo, pero cuando una persona es derrotada por el conformismo jamás volverá a levantar la cabeza".