El CONEP, la organización cúpula del empresariado nacional se apresta a celebrar elecciones, para elegir su directiva el próximo día 11 de noviembre.
Este es un tema que normalmente no trascendería a la opinión pública, y que tradicionalmente se ha manejado con discreción, negociándose tanto la presidencia como la integración de su directiva entre los empresarios más influyentes y los principales aportantes de recursos a la entidad.
En esta ocasión, suceden dos eventos que se producen por primera vez en la historia del CONEP, su actual Presidente quien actualmente agota su segundo período, aspira a repetir por tercera vez, no habiéndose producido esto nunca.
Además se presentará a consideración de sus socios, por vez primera, la posibilidad de escoger entre dos directivas, la encabezada por Pedro Brache, y otra con Ligia Bonetti como candidata a la Presidencia.
Desconozco las razones que llevaron a un grupo de importantes empresas a sustentar las aspiraciones del actual Presidente. Creo que se sentaría un muy mal precedente que podría ser fuente de conflicto en el futuro. Se debe ser coherente y dar ejemplo de consistencia en las actuaciones personales e institucionales, si el continuismo es negativo en materia política, y así se proclama, también lo es en las organizaciones empresariales.
El CONEP, que en su largo discurrir, ha tenido más de una crisis, las supo manejar y evitó que "la sangre llegara al río". Aunque es justo reconocer que durante un período de tiempo, su credibilidad se vio muy mermada; situación que se fue corrigiendo, por actuaciones más responsables y apegadas a la realidad nacional llevadas a cabo por la organización y sus integrantes.
La dirigencia del CONEP, en especial su Presidente, tiene la ventaja de participar en el proceso de toma de decisiones de los más importantes temas de la Agenda Nacional, así como de tener acceso fácil y directo con las más altas autoridades de la Nación.
Es importante recordar, que más de un Presidente de ese gremio, vio cómo se le cerraban las puertas del Palacio Nacional, por ser demasiados progresistas, o no coincidir sus opiniones con las de las autoridades de turno.
Dudo mucho que entre la numerosa membresía del CONEP, no exista una persona con iguales o mejores atributos que su actual Presidente, que pudiera encabezar una plancha que logre el apoyo necesario, y se evite el "desaguisado" de un tercer período.