La filósofa británica Miranda Fricker, acuñó el concepto de injusticia hermenéutica en su obra Injusticia epistémica. La injusticia hermenéutica se produce cuando una persona sufre las implicaciones de no comprender parte de sus experiencias sociales, por la carencia de los dispositivos necesarios para lograrlo.

Así, por ejemplo, un chico de los años 80 podía sufrir acoso escolar, pero él y sus  contemporáneos no percibían como tal dicha experiencia, a lo sumo, podían entenderla como un conjunto de juegos pesados. Nuestras sociedades carecían del concepto "bullying" y sus implicaciones.

Hay situaciones en las que una persona puede poseer incluso un concepto de lo que acontece y, sin embargo, tener problemas para interpretarse a sí mismo en función de los prejuicios estructurales de una época.

Es la historia del virtuoso del piano Donald Walbridge Shirley (1927-2013), llevada al cine por Peter Farrely, en la película Green Boook, con el guion de Nick Vallelonga, el hijo del chofer de Shirley.

A primera vista, Donald Shirley, mejor conocido como Dr. Shirley, parece ser un individuo consciente de su situación en el mundo. Ha recibido una educación privilegiada como músico en Leningrado y ha estudiado psicología en Chicago. No es ajeno a la atmósfera racista del sur de los Estados Unidos de los años 60. De hecho, aceptó realizar una gira por los estados sureños tratando de modificar a través de su arte la actitud hacia los negros. En este sentido, Shirley es un individuo comprometido y aparentemente lúcido a la hora de interpretar lo que le acontece a él y a su etnia.

Pero el asunto no es tan simple. El Dr. Shirley ha sido educado como un hombre blanco. Sus referentes culturales, su forma de vestir y su lenguaje corporal responden a los estereotipos de un norteamericano blanco de la época. Quiere modificar el acento y las maneras de su chofer, Tony Vallelonga, para adecuarlos a los prejuicios sociales de los hombres de la clase alta del sur norteamericano. En otras palabras, Shirley quiere modificar los prejuicios hacia los negros, pero no es consciente de que él mismo los reproduce, porque no los ve como prejuicios de una etnia y una clase, sino como las formas universales correctas de un hombre educado. Posee tal vez el peor de los prejuicios que un individuo dominado puede poseer, percibir como universal el prejuicio del grupo particular que lo subyuga.

Shirley puede entender parcialmente su situación opresiva, pero no puede comprenderla del todo, porque se encuentra ante prejuicios que no forman parte de las instituciones, sino de la cultura. En un restaurant de Alabama es recibido con pleitesía por el gerente. Sin embargo, cuando intenta cenar en el mismo salón donde él es el protagonista del concierto, se le niega el acceso. El gerente se lo explica: "Son tradiciones de mucho tiempo. Reglas del club. Sé que lo entiende".

El gerente no comprende la resistencia de Shirley. En un aparte con Vallelonga, trata de que convenza al pianista: "Dígale que no lo estamos insultando personalmente".

El sistema de significados incorporados a la cultura emerge para hacer que las experiencias permanezcan vedadas a quien se benefician de la situación, pero lo que es peor, también permanece vedada para quienes necesitan comprenderlas.