El cáncer es objeto temático en el cine que, como instrumento proyectivo, proporciona significativo potencial en la concienciación de asuntos que es casi imposible expresarlos en palabras.

El cine facilita la expresión de sentimientos en conflictos. Existe una realidad de quien padece cáncer, pero casi nunca se vincula esa realidad a la que viven sus familiares o allegados quienes también pueden caer enfermos por estrés, y es en ese punto donde el arte cinematográfico ha estado evolucionando en el tratamiento del tema.

El punto más importante es cómo afloran esas señales en las personas relacionadas con quien padece una enfermedad terminal o catastrófica.

Muchas películas a nuestro alcance indican elementos faltantes para la ampliación de la conciencia en búsqueda del proceso de enfrentamiento de esta enfermedad y solución del problema. Ofrecen datos importantes sobre el momento psicológico del individuo, sus características de desarrollo emocional y aspectos de la relación cuidado-cuidador, facilitando el equilibrio emocional y el bienestar psíquico.

Aquí va una pequeña lista en Netflix, aunque hay muchos más, pero estos son los más inmediatos al alcance de un clic:

18 regali. Basada en la historia real de Elisa Girotto, una mujer italiana que falleció a los 40 años, dejándole a su hija recién nacida un regalo para acompañarla en cada uno de sus cumpleaños hasta que cumpliese 18 años.

Kiss & Cry. Tras descubrir que sufre una rarísima variedad de cáncer de garganta, la joven patinadora artística Carley Allison intenta encontrar fuerzas para salir adelante en el mundo de la música.

Notes for my son. Al enfrentarse a una enfermedad terminal, María Vázquez decide enfocarse en que su hijo de 2 años la recuerde. Está inspirada en la historia real plasmada en el libro "El Cuaderno de Nippur", escrito por María Vázquez.

Paddleton. Dos vecinos se convierten en amigos inseparables después de que a uno de ellos le diagnostiquen un cáncer terminal. Los dos "colegas", súbitamente confrontados con la realidad de la vida, deciden dejar de jugar a su juego favorito, llamado "paddleton", para embarcarse en una aventura tan física como espiritual. En ella no sólo se descubrirán mejor a sí mismos, sino también la importancia de compartir sus sentimientos, algo poco habitual en ellos, antes de que sea demasiado tarde.

TIG. En 2012, el humorista Tig Notaro anunció, durante lo que se convirtió en una mítica actuación, que padecía cáncer. A la devastadora noticia había que buscarle humor.

Other People. Después de una dura ruptura, un guionista de comedias neoyorquino intenta sobreponerse para cuidar de su madre moribunda en Sacramento.

August: Osage County. Los Weston viven en una gran mansión en las afueras de Pawhuska, en Oklahoma. La desaparición del padre en extrañas circunstancias hace que la familia se reúna y que todas sus miserias salgan a la luz. Adaptación al cine de la obra de teatro homónima ganadora de un Tony, que a su vez adapta una novela ganadora del Premio Pulitzer en 2008.

The C Word. Documental que refleja el esfuerzo para prevenir el cáncer y, en particular, en la búsqueda y los estudios del doctor David Servan-Schreiber y el fracaso de la aproximación de la medicina occidental al cáncer. Narrado por Morgan Freeman.

En resumen. Recomendamos estos filmes como un valioso recurso para intervenir en estados emocionales, ya que pueden constituirse en un elemento que puede ser adicionado al tratamiento de pacientes con cáncer y de sus familias, amistades y allegados.

Una frase que hemos oído mucho: el cáncer no es sinónimo de muerte.