Cuando hablamos de la realidad de una película no nos referimos a si es de ciencia ficción o vida real. Nos referimos a cuan creíble sea el relato que se esté contando. Podemos estar contando una historia en el espacio, pero si se lleva de la forma correcta el espectador lo encontrará normal.

La realidad de una película depende de dos factores específicos. El primero es el establecimiento del universo. Tu historia puede ser de hombres lobos combatiendo marcianos en la tercera Luna de Saturno y siempre y cuando establezcas esta realidad desde el primer minuto, el público te lo dará como aceptable. Ejemplo comercial: La primera escena de la película Las Guerras de las Galaxias es el espacio y una nave que cruza por encima de la cámara, seguido muy cerca por una gigantesca nave imperial.  Después de esto el espectador se cree lo que sea.

El segundo factor es la documentación. Necesitamos documentarnos y leer sobre el tema que queremos relatar. Este para mí es el más importante. Porque la mayoría de las historias tienen una similitud a la vida real y si no nos  informamos sobre la realidad en la que vive nuestro espectador, no le vamos a llegar emocionalmente. La realidad profesional de cada persona tiene subtextos bien complejos y humanos; cada trabajo técnico lleva realidades diarias que deben representarse. Por ejemplo: Si voy a escribir sobre un piloto y no he pasado un día con pilotos aprendiendo sobre su rutina, el primer piloto que vea la película dirá: “Así no es que pasan las cosas.” Entonces si no es realidad para esta persona es Burla. Una burla a la realidad que él conoce.

Esta realidad también se representa en la cotidianidad de una sociedad. La vida diaria de un dominicano no se asimila a la vida diaria de un francés o canadiense. Las historias que se vayan a contar deben ser bien pensadas para su público. El intentar venderle a un dominicano una realidad gringa en suelo dominicano es algo que el público no va a aceptar. La política, la economía y las leyes con las que se mueve nuestra sociedad no siempre son honestas y si yo intento plasmar pura honestidad en nuestra sociedad en una pantalla  el pueblo no lo dejará pasar  y lo denominará una burla a su lucha cotidiana.

Esto no significa que se debe parar de hacer comedia en nuestro país pero sí comedia bien documentada en lo que es la sociedad y sus límites sobre la realidad. Llevar un relato que puede ser una sátira cultural y no una burla a la lucha diaria del pueblo; o pasen una nave espacial en la primera escena de la película y cuenten lo que quieran.