El desarrollo   técnico que surgió a finales del siglo XIX, tanto en la física, la química,  la medicina experimental, la óptica, la mecánica y otras ciencias complementarias fue la base del descubrimiento de Thomas Alva Edison y de los hermanos e industriales Louis y August Lumière. Tanto el kinetógrafo, el kinetoscopio, el cinematógrafo, constituyen la base fundamental del nacimiento del cine hacia 1895, año este en que se declara el nacimiento propio del cine con los primeros cortos de los hermanos Lumière.

El hecho de que los primeros documentos visuales del siglo cobraran valor mediante la fotografía en movimiento, fue lo que sentó la base de una nueva técnica y un nuevo lenguaje como práctica de las imágenes en movimiento. Todo lo cual se llevó a cabo cuando los hermanos Lumière en 1895, presentaron La llegada de un tren a la estación y otros productos de la vida cotidiana bajo el mismo registro científico.

De ahí que el cine como historia de acontecimientos naciera para construir  una nueva sensibilidad y tipo de realidad imaginaria e histórica. A partir de 1895 empezaron a reproducirse en películas químicas, acontecimientos históricos, sociales y hasta familiares, lo cual hizo visible el valor de este nuevo arte o entretenimiento con imágenes en movimiento. Había nacido el llamado séptimo arte.

El cine como historia y la historia como cine han supuesto un marco realista y una dialéctica de producción que proporcionaba dicho fenómeno tecnológico y artístico, tal y como se vio más tarde con el fenómeno George Méliès, el documentalismo británico, los experimentos dadaístas y las expresiones del cine-ojo que se llevaron a cabo mediante los procedimientos futuristas y constructivistas de la primera vanguardia.

Ya en 1904-9 Méliès utilizó la literatura de autores que como Julio Verne abrían las puertas para realizar una ficción fantástica basada en adaptaciones, documentos de viaje, exploraciones marinas, fugas de lugares y otros fenómenos de experiencia lúdica para dar lugar a dos puntos importantes que iban a cobrar fuerza histórica, realista e imaginaria  en la práctica del cine. Estas dos tendencias fueron la puesta en escena y la ilusión óptica que Melíes realizaba armando dispositivos para la concentración visual en movimiento y para contar historias.

La bibliografía donde se estudia la historia del espectáculo cinematográfico, parte normalmente de la historia misma del producto cinematográfico, así como de instituciones de producción, desarrollo, concreción e historia de la forma propiamente cinematográfica, pues la misma disciplina denominada Historia del cine se ha escrito sobre la base de los datos adquiridos hasta el presente de la producción cinematográfica.

La aventura cinematográfica que surgió entre 1910 y 1950, asegura que la historia ha servido de pretexto para organizar, a partir de una macrohistoria y una microhistoria del cine una visión narrativa diacrónica. Como relato, mirada, construcción y archivo permite comprender el valor, estudio y producción de un lenguaje que se va desarrollando mediante explicaciones de oficio, trayecto, experimento y visiones cinematográficas, que ayudan a reconocer, explotar y construir las bases de la historia del cine, tal como las presentan en sus historias  Pierre Leprohon, Jean Mitry, Guido Aristarco, George Sadoul, Gian Piero Brunetta y el estudioso español Román Gubern, entre otros.

Numerosos documentalistas y reportero de guerra han abordado la historia como hecho cinematográfico, memorial, geográfico, etnográfico, antropológico, grandes construcciones y destrucciones castrenses, pero también historias de comunidades indígenas, holocaustos, creaciones destrucciones de imperios, golpes de Estado, grandes huelgas, asesinatos de presidentes en el mundo, cárceles que nos presenta el cine político latinoamericano, británico, irlandés, nigeriano, sirio, palestino, iraní, iraquí, etíope y otros que podemos ver en grandes plataformas digitales, salas de cine y modelos de proyecciones privadas o públicas.

Existe un vínculo cooperativo entre la historia social, artística, política, geográfica y el cine. Una gran historia de la historia del cine ha creado diversos muestrarios visuales y sonoros destacados como parte de una cartografía histórica del cine con variadas referencias en cuerpos narrativos, secuenciales y dialógicos. Historias de los piratas, historias de invasiones, historias de diversos holocaustos, donde el cine investiga y proyecta materiales “guionizados” como parte de un fenómeno liberal y posliberal. Estos fenómenos han sido codificados y proyectados en pantallas comerciales, académicas y televisivas, entre otros soportes y plataformas.

Miles de productos audiovisuales se crean en la actualidad con diferentes finalidades comunicativas, históricas y artísticas. Todo este fenómeno ha creado también una economía de medios y servicios que ponen a prueba el funcionamiento del ojo y la mirada del espectador. Existe una relación entre historia contemporánea y cine, tal y como lo ha puesto  de manifiesto  el historiador francés Marc Ferro. (Ver, Cine e historia,  La gran guerra, Resentimiento en la historia, y otros). Muchos museos y archivos de conservación cinematográfica disponen de productos audiovisuales elocuentes sobre la relación cine-historia y cine-memoria.