El periodista y escritor dominico cubano, Daniel Efraim Raimundo, de sólida formación intelectual y exquisita prosa, recreó un inventario de frases escalofriantes de Ernesto Guevara, el Che, a propósito de la fanática manera en que su figura de guerrillero se endiosa en cada aniversario de su muerte, señalando que esos mensajes serían propios de personajes siniestros como Torquemada, Hitler, Heydrich, Franco o Pinochet.
“ Fusilamos? Sí, fusilamos y continuaremos fusilando mientras lo consideremos necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte”, pronunciada en la ONU en 1964. Y esta otra: “El negro indolente y soñador gasta su dinero en cualquier frivolidad o diversión, mientras que el europeo tiene una tradición de trabajo y economía que lo sigue hasta estos lugares de América y lo lleva a progresar”, en su diario “Notas de Viaje por América Latina”.
Raimundo lo cita: “Mis amigos solo son amigos si piensan ideológicamente como yo” y la más famosa de todas, en su mensaje en la conferencia de abril de 1967 en La Habana de la “Tricontinental de solidaridad con los pueblos de Asia, África y América Latina”: “El odio como factor de lucha. El odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así”. Y esta otra, en la misma reunión: “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego…, atacarlo dondequiera que se encuentre, hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar donde transite”.
Y la que le atribuyó Pacho 0´Donnell en “El argentino que quiso cambiar el mundo”: “Les aseguro que si Cristo se cruzara en mi camino haría lo mismo que Nietzsche: no dudaría en aplastarlo como un gusano”.