“Ningún hombre docto ha dicho que un cambio de opinión es inconstancia (Marco Tulio Cicerón)”

La presencia de Monseñor Agripino Núñez Collado quien junto a su hermano Juan Núñez son los precursores de la exitosa empresa cibaeña productos Mamá, en la presidencia del Consejo Económico social, reafirma la vocación del gobierno por una ideología de la doble espada: Gobierno e iglesia, como la nueva ideología de poder o cesarodanilismo de Estado. Cuya razón es una doctrina de la mentira, la corrupción, el autoritarismo y una ética relativista de poder.

En este nuevo cuadro en el que “de la observación electoral se pasa a la intervención electoral”, retrocedemos al año 1966 en el que las elecciones celebradas entonces, fueron custodiadas, sus urnas trasladadas y resultados avalados por la OEA y las Fuerzas Interamericanas de PAZ(FIP)o fuerzas de intervención lideradas por más de 42 mil marines norteamericanos que ahogaron en sangre la decisión de un pueblo de volver a la constitución de 1963 y retornar a Juan el Bosch el poder arrebatado por un golpe de Estado que derivó como respuesta en la Revolución Constitucionalista del 24 de abril.

Es cierto que hoy son otros tiempos y otros los hombres, tal vez, y quizás, más que un tal vez, casi seguro, que los que ejercen el poder y hacen gobierno, a diferencia de aquellos hombres buenos y justos; los del cesarodanilismo son: corruptos, deshonestos y de una doblez espantosa que da grima , una muestra de ello, es lo sucedido en la fracasada reunión del diálogo convocada en la PUCMM por el Consejo Económico Social el pasado miércoles a modo de encerrona y sin transparencia.

La cultura del palo acechado que se pretendía asestar a la democracia y a las elecciones Municipales Extraordinaria del próximo 15 de marzo es una manifestación más, en esta reunión del hipotético diálogo, de la capacidad de dañar el Estado, las instituciones y generar anarquía destructiva del cesarodanilismo, que ha probado no tener topes morales y estar fuera de control. Hacer el espectáculo que se hizo en una Institución como la Pontificia Universidad Católica Madre y Madre, es un acto bochornoso del gobierno, inmerecido a este recinto sagrado.

El interés del señor Luis Almagro no es la democracia dominicana y su preservación, su interés será y es su reelección en la OEA. Haber puesto la seguridad y la garantía de la democracia dominicana en manos de este señor es como amarrar perros con longanizas.

Marco Tulio Cicerón en sus Diálogos, los Oficios y sus Paradojas nos relata el caso de dos barcas que partieron de un mismo puerto timoneadas por dos capitanes, una cargada de oro y la otra cargada de paja. Ninguna llegó al puerto de destino. En el mismo relato el autor se hace la pregunta ¿Cuál de los dos capitanes es más responsable al haber fracasado? Se da una respuesta así mismo, Marco Tulio, en el sentido de que el “Pecado no se mide por su Tamaño, sino, por su Naturaleza”.

Concluyo yo en estas reflexiones, tanto un capitán como el otro, ambos fracasaron en su empresa de llegar a puerto seguro. Haciendo analogía de esta paradoja con las elecciones boicoteadas del pasado 16 de febrero, tanto el presidente de la República (Danilo Medina) como el presidente de la Junta Central Electoral (Julio César Castaño Guzmán) son los máximos responsables del desastre electoral del pasado 16 de febrero.

Distraer este momento con cualquier esfuerzo que no esté orientado a garantizar unas elecciones Extraordinarias Municipales Organizadas, Justas y Transparentes, es hacer ruido y poner en peligro las elecciones del próximo domingo 15 de marzo, que como error político no hace otra cosa que allanar las posibilidades del cesarodanilismo de seguir en control absoluto y perpetuo del poder y del Estado.