Resulta dramático confirmar tanto la cantidad como el largo trayecto abarcado por regímenes dictatoriales imperantes en la mayoría de países de América Latina en el marco de la guerra fría. Todas contaban con el patrocinio de los Estados Unidos, algunas desde los años 30 del siglo XX. El mejor ejemplo lo hallamos en la concepción y puesta en marcha del Plan Cóndor en Suramérica. Este se caracterizó por la colaboración entre los distintos estamentos militares de la región con encarcelamiento, tortura, desapariciones, asesinatos a toda persona sospechosa de no estar dispuesta a someterse a los denominados regímenes de “seguridad nacional” establecidos.

El período recogido en la presente reseña abarca desde el inicio de los años 30 hasta finales de los 80. Y la media es de 21 años de dictadura, sin contar aquellos gobiernos que surgieron de las urnas pero que ejercieron la represivos como cualquier régimen militar. Un ejemplo de esto es el caso del período de los 12 años de Joaquín Balaguer en República Dominicana (1966-1978). Destacan también las dictaduras de dos países europeos reseñados aquí: España y Portugal con 36 y 48 años respectivamente. Sin embargo, tres países centroamericanos, de los más pobres de América, sufrieron la mayor cantidad de años de dictadura en la región: Nicaragua 45, El Salvador 51 y Guatemala 32. Asimismo, se puede apreciar que los regímenes militares en América Latina culminaron en el contexto de la caída del bloque de países socialistas, como los casos de Chile, Panamá y Paraguay.

Argentina (1955-1958/ 1966-1973/ 1976-1983). El último período de dictadura fue el más aterrador, al dejar más de 15,000 víctimas y más 30,000 desaparecidos, entre ellos varios cientos de niñas y niños. Justo en el país pionero de la llamada nueva canción latinoamericana, donde se generó el movimiento El Nuevo Cancionero que tenía a Mercedes Sosa como su principal carta de presentación a comienzos de los años 60, aunque ya Atahualpa Yupanqui cantaba sus crónicas décadas antes.

Bolivia (1964-1982). En este país se crearon y pusieron en funcionamiento los llamados escuadrones de la muerte. Durante 1966 y 1967 se desarrolló un foco guerrillero encabezado por el Che Guevara que culminó con su fusilamiento.

Brasil (1964-1985). Aquí también se aplicó censura, eliminación de derechos políticos y represión a opositores y población general. Ahí surgieron movimientos artísticos, como Tropicália, que expresaban crítica, resistencia y deseo de cambio con Caetano y Gilberto a la cabeza, quienes fueron encarcelados y luego exiliados.

Colombia (1953-1957). Gustavo Rojas Pinilla siguió el patrón de otros dictadores de la región: limitar libertades y realizar grandes obras de infraestructura. Esta sería la dictadura más corta de los países latinoamericanos reseñados aquí.

Cuba (1952-1959). La dictadura de Fulgencio Batista fue derrocada por el movimiento revolucionario que desde entonces gobierna el país en un régimen de partido único. Allí surgió el influyente movimiento de la Nueva Trova.

Chile (1973-1990). El golpe de Estado de Augusto Pinochet al gobierno socialista democrático de Salvador Allende destruyó la ilusión de un pueblo. El régimen torturó a cerca de 27,000 personas y asesinó alrededor de 3,000, entre ellas al cantautor y dramaturgo Víctor Jara, otros fueron perseguidos y exiliados. Se estima que 30,000 personas más sufrieron violaciones a los derechos humanos.

Ecuador (1963-1966/ 1970-1979) En la década de los 70 este país tuvo uno de los regímenes militares más moderados de la región. La Federación de Estudiantes Universitarios de Ecuador, FEUE, había realizado publicaciones como “Canción Protesta”. En la de 1969 incluía Que vivan los estudiantes, versión de Me gustan los estudiantes de Violeta Parra.

El Salvador (1931-1982). Este país sufrió la dictadura más larga de Latinoamérica. Al final de este período fue asesinado el Arzobispo Mons. Oscar Arnulfo Romero, quien había levantado su voz, igual que los cantos de las Comunidades Eclesiales de Base, ante la represión e injusticias generalizadas.

España (1939-1975). La dictadura de Francisco Franco provocó movimientos culturales de resistencia como el de la Nova Cançó catalana y el surgimiento de cantautores como Paco Ibáñez, Chicho Sánchez Ferlosio, Raimon, Serrat, Aute, entre otros. Varios tuvieron que vivir en el exilio hasta la muerte del dictador y la transición a la vida democrática.

Guatemala (1954-1986). La polarización entre militares y movimientos guerrilleros generó la sangrienta Guerra Civil desde inicio de los años 60 hasta 1996: 200,000 muertos, 45,000 desaparecidos y cerca de 100,000 desplazados.

Haití (1964-1986) Durante la dictadura de François y Jean-Claude Duvalier, padre e hijo, entre 1957 y 1986, los paramilitares Tontons Macoutes reprimieron y asesinaron cerca de 60,000 personas. Artistas progresistas como Martha Jean-Clode, Toto Bissainthe y Manno Carlemagne sufrieron represión, por lo que tuvieron que salir a vivir en el exilio.

Honduras (1963-1981). Como en otros países de la región hubo sucesión de militares en el poder, también utilizaron paramilitares para reprimir a los opositores. Ahí empezaron a destacarse cantautores como Mario de Mezapa.

Nicaragua (1934-1979). El período de 45 años de dictadura de la familia Somoza culminó con el triunfo de la Revolución sandinista, lo que dio paso en los años 80 a un amplio movimiento cultural en el que, sobre todo, florecieron la poesía y el canto, proceso en el que se destacan como cantores de la revolución los hermanos Mejía Godoy.

Panamá (1968-1989). Omar Torrijos y Manuel A. Noriega fueron militares nacionalistas, como resultante de la ocupación y presencia durante casi un siglo por las fuerzas militares norteamericanas, a partir de la construcción y control del Canal. La voz social más alta y prolongada en el tiempo de este país es, sin duda, la del salsero Rubén Blades.

Paraguay (1954-1989). La Comisión Verdad y Justicia estableció que hubo cerca de 20,000 víctimas, más de 400 personas desaparecidas y más de siete millones de hectáreas de tierra repartidas entre personas ligadas al poder.

Perú (1948-1956/ 1962-1963/ 1968-1980). En el período de Velasco Alvarado (1968-1975) con un enfoque reformista y nacionalista, como otras dictaduras, limitó la libertad de prensa, pero paradójicamente tuvo apertura a la participación de los trabajadores en sus gremios y empresas, además de ampliar sus derechos. También restableció relaciones con la URSS y Cuba. Sin embargo, a partir de 1975 ocurre el desmonte de las reformas velasquistas.

Portugal (1926-1974). Represión, grupos paramilitares, censura previa, prohibición de sindicatos era lo predominante en este país. Esta situación culminó cuando un grupo militar escogió Grândola, Vila Morena, canción de José Zeca, para iniciar la Revolución de los Claveles.

República Dominicana (1930-1961). Después de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo hubo elecciones democráticas y golpe de Estado. Luego la Revolución de 1965 trajo la segunda intervención militar de Estados Unidos, la cual propició la instauración de un gobierno civil represivo (1966-1978) en el marco del cual en 1974 se celebró la jornada de canto conocida como “7 días con el Pueblo”.

Uruguay (1973-1985). Como responsabilidad del régimen, decenas de presos políticos murieron y más de 150 ciudadanos desaparecieron después de haber sido detenidos. Artistas como Viglietti y Zitarrosa sufrieron cárcel, censura y exilio, como otros cantautores de latinoamericanos.

Venezuela (1948-1958). El general Marcos Pérez Jiménez, de espíritu nacionalista, reprimió a la oposición a la vez que impulsó la economía, realizó megaproyectos de infraestructura y atrajo a más de 200,000 inmigrantes europeos. Luego en los años 60 y 70 como artistas del canto social se destacarían Alí Primera, Gloria Martín, Soledad Bravo, Los Guaraguao, entre otros.

Esta reseña proporciona una idea de lo generalizado que estuvieron los regímenes represivos, carentes de libertades y violatorios de los derechos humanos en América Latina, España y Portugal, en la mayoría de los casos encabezados por militares. Pero también en casi todos los países anteriormente indicados hubo movimientos armados, generalmente guerrilla de orientación marxista-leninista.

Lo cierto es que en estos países emergieron movimientos políticos, sociales y culturales de resistencia, en los cuales la canción de contenido social ocupó un lugar preponderante en la generación de sentimientos de unidad y cohesión en torno a la búsqueda de ampliación de las libertades.