Toda la gente vio con amargura que el pueblo iba perdiendo interés en los temas sociales, …que las personas, en especial los jóvenes, buscaban el provecho a cualquier costo”. – Mijaíl Gorbachov-.

Cerrado el plazo para la inscripción de candidaturas municipales y concertadas las alianzas con los partidos “emergentes” el PRM inicia una ruta de difícil acceso, pero necesaria para la construcción de un modelo de país que discrepe, en la elaboración y ejecución de políticas públicas, del esquema corrupto impuesto por el PLD.

El partido, tiene ahora una misión que va más allá de la presentación de candidaturas potables para los Distritos y Municipios en los que representa las propuestas electorales con fines de mantener o conquistar el espacio de poder más cercano al ciudadano. Y, además, la oportunidad de articular una agenda electoral acorde con sus principios y coadyuvar con el andamiaje discursivo de los postulantes, con fines de brindar a los munícipes, un programa de gobierno apegado a los lineamientos ideológicos de la institución.

Las autoridades nacionales, deben hacer conciencia de la importancia que reviste la articulación de una campaña ajustada a los requerimientos de la gente, y, de la necesidad de preservar una marca que se ha construido sobre la base de procesos electivos. Tienen la obligación de asumir compromisos con el desarrollo de una campaña municipal atractiva y participativa, teniendo como foco, las carencias materiales de los distintos conglomerados sociales.

Urge más que nunca, el involucramiento del liderazgo perremeísta en las luchas reivindicativas de las colectividades y desde ahí, enviar señales que indiquen el compromiso de un partido creado para dar respuestas a las insatisfacciones generadas por las administraciones moradas y revivir el espíritu de un peñagomismo usurpado por comerciantes enganchados a políticos.

El PRM debe aportar, desde ahora, los elementos diferenciadores de una organización que aboga por la transformación integral de una sociedad, harta de políticos inescrupulosos, cuya única meta es hacer fortuna con la quiebra de un pueblo oprimido. Contribuir al debate nacional con propuestas realizables y brindar al electorado la oportunidad de sustituir el modelo perverso que ha enquistado el partido de gobierno en todas las áreas de la administración pública, por uno transparente, apegado a las normas y a la ética.

Articular desde adentro, un diseño de campaña inclusivo, enfocado en las verdaderas necesidades de las distintas capas sociales, acudiendo al seno de los barrios, los pueblos y los campos, viviendo palmo a palmo las penurias y brindando un hálito de esperanzas a los más necesitados. Asumiendo, como lo hizo Peña Gómez, el compromiso que surja de la interacción con la gente y sus intereses.

Para ganar, no basta con consignas y propagandas atractivas. También, hace falta escuchar el clamor unísono de los dominicanos en todos los rincones del país pidiendo un cambio. Hay que generar confianza y seguridad en los electores. Abrir las puertas al pueblo, ser cercanos, empáticos y demostrar vocación verdadera de servicio.

Las elecciones municipales serán la prueba fundamental para la consolidación del PRM como fuerza política capaz de desplazar el PLD del poder y constituirán un elemento clave para afianzar las simpatías de la gente hacia el gobierno del cambio enarbolado por Luis Abinader. Y, tendrán que ser el puente directo entre una sociedad ávida de justicia y un partido diseñado para resarcirla. Se debe tener presente que el cambio inicia en febrero.