Siempre se ha discutido si la palabra correcta es borona o morona. Para edificación de quienes me leen les informo que ambas palabras han sido registradas por la Real Academia de la Lengua con el significado de miga o migaja de pan, residuo o cosa pequeña y su distinto uso correspondiente a su variación dialectal.

Se atribuyen diversas etimologías a estos vocablos. En relación a borona se afirma que proviene de boroña, palabra del hable (dialecto austríaco) que se refiere al pan de harina de maíz que sustituyó al pan de mijo. Otros consideran el origen de borona como “pan de maíz” del portugués boroa, epéntesis de broa (pan de mijo). A partir de esta palabra surge el verbo desboronar “deshacer en borona” así como el sustantivo morona y el verbo desmoronar.

La cultura del boroneo se ha instalado en la práctica del quehacer político. En especial en estos tiempos de Navidad el boroneo se activa de manera exagerada pues se busca otorgar a la población las migajas que dejan caer envueltas en una supuesta sensibilidad social sin que se entienda que esos repartos son el resultado de la acumulación y el enriquecimiento en el ejercicio político.

La cultura del boroneo nos sale excesivamente costosa al pueblo. Los Senadores poseen un cofrecito donde algunos de ellos reciben cerca de un millón de pesos mensuales para destinarlo a “obras sociales” cuando en realidad lo que ocurre es que con esos fondos permanecen en un constante activismo político creando dependencia de sus liderazgos a través del boroneo. Igualmente sucede con los diputados y su barrilito

Por eso defienden a capa y espada esos fondos inconstitucionales con los que mantienen una maquinaria engrasada todo el tiempo y vemos pasearse por las comunidades algún aparato que lleva su cara y el letrero de “sutanejo trabajando”. El país debe pagar sus oficinas de campaña, las casas de las queridas, el combustible que consumen, sus almuerzos supercaros, el personal de sus oficinas, etc., de manera que el boroneo de los honorables es bien extenso.

Pero la desfachatez del boroneo se pone especialmente de manifiesto en dos etapas: las elecciones y la navidad. En las primeras el boroneo es directo y busca comprar con una miseria los votos de la gente empobrecida para llevarlos como corderos al matadero.

En la segunda, la Navidad, el boroneo se manifiesta en la repartición de cajas y fundas navideñas que contienen algunos productos de primera necesidad por lo general muy baratos. Con lo que contiene una caja o funda de esas no se soporta una familia por más de un día o quizás de unas horas.

Como anteriormente no existían redes sociales la población no podía saber lo que sucedía en estos repartos, pero recientemente ha circulado un video en el que se observa un camión entregando las cajas y un par de personas se pelean por una de ella.

El boroneo de navidad pone en evidencia la calamidad de este pueblo acostumbrados por la práctica clientelista a que en ciertas épocas los feudos señoriales distribuyan sus migajas. Es el reparto del boroneo la metáfora real de hacia dónde nos han conducido y no dudo que después sonrían mirando los videos y las incidencias porque tan seguros están de su artimaña y estrategia que procuran perpetuar la dependencia para seguir lucrándose con el dinero del pueblo y de cada año un día convocarles al boroneo de navidad.