Dos sacerdotes católicos apellidados Rodríguez tres veces, y un tercero apellidado Acevedo, bochearon, sin llegar a la “pelelengua”, al presidente Danilo Medina y a su gobierno el jueves último, Día de las Mercedes, entre otros argumentos por la corrupción, el clientelismo, la inseguridad, y la falta de salud, empleo y educación.

Los sacerdotes Frankely Rodríguez y el obispo vegano Héctor Rafael Rodríguez y Rodríguez y Kelvin Acevedo las emprendieron sin concesiones, por lo que me atrevo a decir que en uno que otro punto fueron injustos como cuando Frankely Rodríguez criticó las “visitas sorpresas” del presidente Medina que son vistas como positivas por el gran público independientemente de sus fallas y objetivos políticos.

“Tenemos un presidente que tiene tres años calle arriba y calle abajo en los pueblos, en los campos y los plátanos cada vez más caros, la yuca cada día más cara”.  Frankely, párroco de la Paz y Bien, del Ensanche Ozama, en Santo Domingo Este, consideró que la salud y la educación (?) están abandonadas. “Los políticos lo que están es peleándose por sus cargos, cuatro años más y la sociedad que se joda”, según reseña Llennis Jiménez en la página 4-A de Hoy del viernes 25.

“Yo sugiero a los que tienen que velar por la seguridad ciudadana que trabajen, y espero que cumplan con ese reto”

De su parte el Obispo de La Vega Rodríguez Rodríguez (Héctor Rafael) protestó en el Santo Cerro, en La Vega, por los niveles de inseguridad, la crisis económica y la corrupción. “La gente quiere vivir tranquila, sin ser agredida”. “Yo sugiero a los que tienen que velar por la seguridad ciudadana que trabajen, y espero que cumplan con ese reto”.

De su parte el sacerdote Acevedo dijo en el templo Las Mercedes, de la calle Mercedes de la parte baja de la ciudad,  que “este pueblo ha sabido liberarse de la perversidad, de los opresores, que no se deja abatir por los esclavizadores. Es un pueblo que se supera, la gente busca a más no poder cómo sobrevivir”. Y arremetió contra la falta de medicamentos en los hospitales y las pocas oportunidades para los pobres.

En las reseñas de Hoy en la página 4-A de ayer se resaltan tres aspectos: muy pocos funcionarios asistieron a esos oficios, algunos oficiales asistieron y acudió poco público, aunque Rodríguez Rodríguez estuvo satisfecho por la concurrencia al decir: “veo mucha gente, veo mucho fervor y supongo que la gente viene aquí por motivo de fe”.

Entonces, ¿les faltó fe a los funcionarios gubernamentales y altos oficiales miliares, o acaso estaban “orejeados” de la bochada olímpica?