Contrariamente a la opinión de la mayoría, Barak Obama podría resolver el asunto del bloqueo (embargo) contra Cuba de un sólo plumazo: con una orden ejecutiva.
De acuerdo con algunos expertos (William Blum) este bloqueo ha sido ilegal e ilegitimo desde el principio. Se necesita una declaración explícita en contra de otra nación, declarada oficialmente como “nación enemiga de los EEUU”, para tener carácter legal y legítimo, de acuerdo con la Carta Magna de los Estados Unidos.
Muchos creen que Obama no necesita “negociar” con el Congreso para levantar el embargo contra Cuba, sobre todo cuando él mismo está consciente de que lidiar con el Congreso en estos momentos equivale a una derrota anticipada.
De hecho, el bloqueo empezó en el 1960, cuando el gobierno de Cuba nacionalizó las propiedades estadounidenses, respondiendo a la cancelación de la cuota azucarera (700,000 toneladas) por parte de la administración de Eisenhower, la cual boicoteó también el petróleo y su refinación con destino a la isla de Cuba.
Esa fue la verdadera razón por la cual el gobierno cubano nacionalizó las propiedades estadounidenses, y no al revés. Por eso también Cuba se tornó hacia la Unión Soviética en busca de lo que le negaba Washington. No fue porque el gobierno de Fidel Castro se convirtiera en socialista. Ese fue el pretexto inventado por los políticos de la época.
Esa es la verdad monda y lironda.
Aunque parezca mentira, fue la administración de John Fitgerald Kennedy la que oficializó el bloqueo contra Cuba, el 3 de febrero del 1962, a través de una orden ejecutiva, aplicando el “Acta de la “No Negociación con el Enemigo” (TWEA, por sus siglas en inglés) del 1917. A esta acta le siguió la regulación conocida como la “Cuban Assets Control Regulation” (Regulación del Control de los Bienes Cubanos) del 8 de julio del 1963.
De ahí en adelante todos los demás presidentes, (Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, George Bush I, Clinton, George Bush II, Obama) continuaron el bloqueo. Sin embargo, el congreso estadounidense nunca ha declarado a Cuba como “enemigo en guerra contra los EEUU”, una condición sine qua non para un embargo de esta naturaleza.
De ahí también el hecho de que la “Helms-Burton Act” de 1996, firmada por Bill Clinton como ley, sea ilegal e ilícita y pueda revertirse, basándose en la misma premisa de que Cuba nunca ha estado en guerra con los EEUU y nunca ha sido declarada oficialmente por el Congreso “nación enemiga de los EEUU”.
Lo mismo se puede decir del acta conocida como la “Cuban Democracy Act” o la “Torricelli Act” del 1992, prohibiendo a las corporaciones extranjeras subsidiarias de compañías estadounidenses a negociar con Cuba, en flagrante violación a las leyes internacionales.
Aunque parezca mentira también, a la última nación a la cual los Estados Unidos declararon legalmente la guerra fue al Japón en el año 1941.
Corea, Vietnam, Cambodia, Laos, Granada, Republica Dominicana, Nicaragua, Panamá, Afganistán, Irak, fueron todas “intervenciones ilegales e ilegítimas”.
De ahí que Barack Hussein Obama, como presidente de los Estados Unidos, puede autorizar una orden ejecutiva, tal como hizo en el caso de los inmigrantes indocumentados, revocando la orden ejecutiva firmada por Kennedy en el 1962 (el bloqueo contra Cuba), que no tiene ningún asidero legal que lo justifique.
De lo contrario, el Congreso, hoy día totalmente anti-Obama, tendrá que “redefinir” el concepto de “enemigo de la nación en guerra”, explícitamente expresado en la Carta Magna de los Estados Unidos.
Las Naciones Unidas, por veintitrés (23) años consecutivos han estado solicitando al gobierno estadounidense que desista del largo embargo económico, financiero y comercial contra Cuba. Lo mismo han hecho los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I.
Se trata de una franca violación a la “United Nations Charter” (La Carta de las Naciones Unidas) y a las leyes internacionales.
Todo lo que empezó con un plumazo presidencial (1962) puede terminar con otro plumazo presidencial, derogando al primero.
Vamos a ver de qué está hecho Barack Obama ahora que quiere restablecer las relaciones bilaterales plenas con Cuba. Vamos a ver si es cierto que lo desea y que no es más que otra maniobrita política, ahora que ya no tiene nada que perder.