En el momento crucial que vive el mundo a causa de la pandemia del coronavirus (COVID-19), el intercambio social se ha redefinido a un distanciamiento físico involuntario y con ello las actividades del quehacer cotidiano se han visto limitadas a su más mínima expresión por las disposiciones y protocolos establecidos para poder mitigar el avance de este nuevo virus.

En vista de esta dramática situación y no sin antes sopesar  la serie de cambios producidos que plantean un significativo desafío; el arte asume una actitud resiliente pudiendo reinventarse para desarrollar sus actividades a través de las distintas plataformas virtuales que brindan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC),  procurando que la ciudadanía tenga una experiencia e interacción dinámica por medio de los smart TV, celulares, computadoras y tabletas. 

En este contexto si el arte puede reemplazar y ficcionar, entonces posee la capacidad de labrar en el novelesco alegórico que cohesiona la colectividad y logra coadyuvar la innovación de elementos que impulsen nuevas formas para comprender las vicisitudes por las que atraviesa el ser humano en este tiempo.

Este proceso que experimenta el arte en medio de la crisis sanitaria ha permitido que espacios para el deleite artístico y cultural como es el caso de  los museos puedan realizar  recorridos virtuales en 3D  y de manera gratuita por sus pasillos, facilitando que el espectador quede cautivo e impregnado del encanto producido por la alta resolución de las imágenes que allí se exhiben.

De igual manera, los artistas visuales se han mantenido a la vanguardia desde sus hogares reflexionando, indagando, creando historias sobre los efectos de la pandemia y realizando obras colectivas ya sea por medio de las técnicas tradicionales como por el empleo de los diferentes programas digitales  que luego son compartidas en las redes sociales; mostrando así la pertinencia y el valor de sus creaciones en un momento convulso que vive la humanidad.

En lo que concierne  a la literatura se han organizado ferias virtuales del  libro para fomentar la lectura y  la socialización de los autores con el público de manera online.  Estas exposiciones son programadas a través de diferentes espacios interactivos y en algunos de ellos se han habilitado pabellones en donde las editoriales pueden presentar sus repertorios literarios para avivar el disfrute colectivo.

En lo que respecta a la música, los cantantes e instrumentistas  han dado rienda suelta a su creatividad y han interpretado canciones solidarias y de estímulo frente a la pandemia, conciertos en vivo, lanzamientos de discos, festivales musicales y promociones de temas que han penetrado significativamente en el gusto de la población.

En el plano del séptimo arte, podemos decir que se han habilitado salas virtuales de cine a través de streaming que nos permite disfrutar de producciones con diversos temas sociales y géneros cinematográficos; así como el  amplio repertorio que tienen a su favor las grandes plataformas  de películas y series que están a disposición de la gran mayoría.   De igual forma, el llamado arte sobre las tablas, el teatro, tampoco se ha quedado atrás y han formulado sus espacios tecnológicos para presentar sus obras.

El arte, por consiguiente, ha sabido transformar la cuarentena en un espacio creativo en donde se conjugan  las técnicas artísticas, la virtualidad, el ingenio y la magia desbordante de manera tal, que el confinamiento momentáneo pueda ser sobrellevado basándose en una experiencia sensible, sublime y catalizadora que provoque la apacibilidad general.