El villano, el antagonista, el malo. Lo conocemos por todos estos nombres. El gran enemigo de nuestro héroe en la historia. Los Villanos son personajes de ficción que casi siempre ejercen la maldad. Es el personaje crucial para el giro de la trama. El Villano crea el conflicto cual arrastra al héroe a la historia. Por esta razón lo entendemos como un recurso argumental.

El estereotipo del villano ha sido remarcado con varios rasgos visuales. En las caricaturas lo solemos ver vestido de negro, con pelo facial, la gran parte del tiempo con facciones agudas. En sus primeras décadas el cine fue mudo, esto llevó a que el villano usara una plástica llena de expresiones muy siniestras para comunicar claramente su rol antagónico.

Ahora, en guión cinematográfico lo entendemos como “La Sombra”. La Sombra es un personaje creado por la tragedia, un perdedor. Es el individuo que no logró su objetivo porque el protagonista sí lo hizo.  Una persona opacada por la sombra de otro y por ende genera un punto de vista contrario. Pero si lo observamos como ser humano, el villano entiende que está correcto en su propósito y en su búsqueda de poder.

Tomemos por ejemplo a uno de los villanos legendarios, Darth Vader de la saga de Star Wars del Director George Lucas. Darth Vader es el General del malvado Imperio Galáctico. El lidera sus tropas con mano de hierro. Es un hombre tan malvado que ahorca a sus propios soldados cuando fracasan en sus responsabilidades, y sin ponerles la mano.  Pero sabemos que Darth Vader fue una vez el joven Anakin Skywalker, que por cosas de la vida, perdió a su madre, a su esposa y se peleó casi hasta la muerte con su maestro. El gran perdedor escoge la vía del mal para poder vengarse.

Cuando Darth Vader declara a su hijo diciéndole: “¡No, yo soy tu padre!”  es un momento crucial en el cine; dos segundos antes este hombre era lo más despiadado que existía en todo el universo, y ahora es sólo un ser humano que lo perdió todo y que busca recuperar lo que pueda a cualquier costo.

Otro ejemplo es el personaje Francis Dolarhyde "El monstruo" encarnado por el famoso actor Ralph Fiennes en la tercera etapa del Silencio de los Inocentes, El Dragón Rojo. Francis Dolarhyde nació con labio leporino. Por su defecto físico, su abuela (que era su único pariente) lo maltrataba diciéndole que era un monstruo y lo golpeaba constantemente. Francis creció creyéndose una aberración y se alejó de la sociedad, tomando refugio en la pintura, Francis quedó fascinado por un cuadro medieval de una criatura que se transformaba hasta convertirse en un perfecto Dragón Rojo. Después de la muerte de su abuela, pasó mucho tiempo solo. Francis necesitaba de atención.  Comenzó a ver vídeos caseros de familias para sentir que era parte de ellos y luego los mataba, disfrutando la compañía de los cuerpos sin vida… Un engendro creado por el maltrato.

Ahora siempre existe la excepción a la regla. Uno de los villanos favoritos que no es visto como La Sombra  es "El Psicópata" y tenemos un excelente ejemplo en The Joker o el Guasón, el enemigo principal de Batman.  El Guasón es un sociópata sin origen ni razón. Un personaje completamente malvado y fuera de control. Su propósito es probarle al mundo que el ser humano en el momento del caos se olvida de los principios, las reglas y la buena fé. Él quiere demostrar que Batman no es el gran héroe que los ciudadanos de Ciudad Gótica esperan. Con sus bromas el busca que Batman se vuelva loco, rompa sus principios y mate a alguien; que lo mate a él. Como dice Alfred en la película  El Caballero de la noche: "Algunos hombres sólo quieren ver el mundo arder".

Si algo podemos aprender de estos personajes es que en el mundo existen dos caras de una moneda y que sus propósitos como villanos (equivocados o no) no son causados por puro capricho. Son los perdedores, son los mal entendidos o simplemente los locos. Todos hemos perdido algo en esta vida. Lo que debemos evitar es que estas grandes pérdidas no nos lleven por el camino equivocado.