La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha declarado el 2016 como “Año de Aristóteles”, conmemorando los 2,400 años del nacimiento de uno de los padres de la filosofía occidental.
Entre los eventos más destacados apoyados para conmemorar la ocasión destacan el congreso mundial titulado Aristóteles, 2400 años, el cual se realizará en la Universidad Aristóteles de Tesalónica, en el lugar donde nació el filósofo griego (Estagira), del 23 al 28 de mayo de este año.
En España, específicamente en la ciudad de San Sebastián, que funge como capital europea de la cultura, el tradicional Congreso Internacional de Ontología de la Universidad del País Vasco estará dedicado a pensar “physis” y “polis” (naturaleza y ciudad, respectivamente) en Aristóteles, del 3 al 7 de octubre y se extenderá a la ciudad de Barcelona, durante los días 10 y 11 de octubre de este año.
En nuestro país, las instituciones relacionadas con el ejercicio profesional de la Filosofía organizaremos un seminario dedicado al estagirita durante la tercera semana del mes de noviembre, coincidiendo con la conmemoración del “Día Mundial de la Filosofia”. (Tercer jueves de noviembre).
Será un evento en el que la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, la Academia de Ciencias de la República Dominicana, el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino y el Instituto Superior de Filosofía, Humanidades y Ciencias Sociales Pedro Francisco Bonó construirán espacios comunes de debate crítico en torno a la figura del autor de La metafísica.
Como todo evento de este tipo, el propósito de este seminario es repensar los problemas de nuestro tiempo a partir de la obra del hombre que marcó el inicio de la reflexión sistemática de Occidente en la física, la lógica, la ética y la política.
Aristóteles elaboró un modelo de la naturaleza que fue referente cosmológico hasta el siglo XVII, su lógica se consideró un sistema definitivo durante diecinueve siglos, mientras sus teorías en ética y política siguen influyendo el abordaje de los problemas prácticos en la filosofía contemporánea.
Al mismo tiempo, Aristóteles fue un ejemplo de la actitud filosófica. Creyó firmemente que la especulación no debía elaborarse al margen de la indagación y defendió que el respeto a la autoridad no debía obnubilar nuestra facultad crítica, ni nuestro compromiso con la búsqueda del conocimiento. En este contexto, debe entenderse su sentencia: “Amo a mi maestro, pero amo más a la verdad”.
En otras palabras, la admiración a un experto, a un sabio o a una autoridad, no debe anular nuestra independencia de criterio. Por el contrario, el mayor homenaje que podemos rendir a un filósofo es debatir su obra, su pensamiento, someterlo al más riguroso examen, reelaborar sus ideas, reeplantear sus problemas. La aceptación de su autoridad no significa, en modo alguno, asumir sumisamente sus teorías. Significa que reconocemos su capacidad interpretativa, su agudeza para colocar indicadores en el sendero, sin que ello nos exonere de interpretar, de realizar nosotros mismos el trayecto.