En definitiva, ¿qué es el anamú? ¿Es un medicamento, un té, un tónico, una planta que sirve para el tratamiento del cáncer, para preparar una poción tóxica, o para hacer brujería?
En la ciudad de Santo Domingo en los años cincuenta y principios de los años sesenta, es decir, en la Era de Trujillo, vivía un señor a quien se conocía por el nombre de Dr. Anamú. Con la excepción de la camisa blanca, la corbata y el traje que llevaba eran de color negro lo que constituía una vestimenta poco práctica para el calor tropical y lo poco generalizado de los acondicionadores de aire en esos años. Hasta el sombrero de hongo era negro.
El Dr. Anamú recorría las calles del Santo Domingo de entonces a pié. Entre otros centros de salud acostumbraba a visitar la Clínica Internacional en la Ave. México. Una vez en estos establecimientos, en las salas de espera se acercaba a los pacientes allí presentes y les preguntaba acerca de sus enfermedades.
Lo llamaban Dr. Anamú porque él recomendaba esta planta nativa para todas las enfermedades y dolores. Durante largos años fue una figura muy conocida en la Ciudad Trujillo de entonces.
El anamú (Petiveria alliacea, de la familia de las Phytolaccaceae) es un arbusto perenne que crece hasta alcanzar un metro de altura. Sus hojas son alternadas, abrillantadas y elípticas por su forma, con un borde ondulado. Las flores de la planta son muy pequeñas, de color blanco, que semejan estrellas que se presentan en grupos de quince o más en una espiga larga y curva. Las hojas cuando se machacan despiden un olor fuerte que algunas personas encuentran que se parece al olor del ajo.
Otros grupos de pueblos indígenas majan las hojas hasta formar una pasta con ella y la usan como remedio tópico para dolores de cabeza, dolores reumáticos, y otros tipos de dolores. Este preparado se usa también como insecticida
En la actualidad, no muchos de los dominicanos han oído hablar de la planta de anamú; y si lo han oído es porque la usan los curanderos o, de boca de alguien de más edad en su familia. Los campesinos y ganaderos tienen un sentimiento negativo acerca del anamú porque cuando las vacas lo comen los químicos de la planta ocasiona que la leche adquiera un mal sabor, algo parecido al ajo y eso dificulta la venta de la leche.
Cubanos, puertorriqueños, jamaiquinos y otros pueblos del Caribe y América Latina tienen largo tiempo usando el anamú en té para propósitos curativos o como una de las plantas usadas en santería o espiritismo. El origen de la palabra anamú se le ha atribuido a los taínos y es posible que tenga orígenes arahuacos.
Personalmente, me sorprendió mucho descubrir algunas plantas que despedían un extraño olor a ajo cerca del lago Okeechobee en la Florida eran nada menos que anamú, el mismo que se encuentra en República Dominicana. Este descubrimiento fue una revelación para mí y, con esto comenzó mi investigación para encontrar otras plantas usadas por los pueblos del área del Caribe aun antes de la llegada de los europeos y de que se iniciara el contacto con estos; antes de que comenzara el período de la colonización.
El anamú se considera como una planta nativa de la Florida y se la encuentra en varios condados del estado, especialmente en áreas donde ha habido asentamientos prehistóricos de aborígenes, como por ejemplo en Fort Center, que está localizado en las orillas del lago Okeechobee y que es considerado uno de los mayores asentamientos de la Florida.
Este sitio fue ocupado durante más de 2,000 años, desde 450 años A.C. hasta cerca del 1700 A.D. Los indios de Fort Center pertenecían a la cultura de los Tequesta de Belle Glade, que era un grupo de indígenas que había tenido contactos de intercambio con los arahuacos y taínos a lo largo de las costas de la Florida.
Antes de la llegada de Colón ya se había establecido la comunicación entre varios grupos indígenas en América, con intercambio de adornos, plantas, objetos y esto sobre todo en las áreas bañadas por el Mar Caribe. A veces era un intercambio intencional en que participaban arahuacos y taínos en canoas; otras veces las plantas y las semillas eran transportadas por el viento, el agua, los insectos y los animales.
Ahora bien, ¿cuándo y cómo las semillas del anamú llegaron a la Florida? ¿Fueron estas introducidas desde fuera o los nativos descubrieron sus usos mediante el ensayo y error? En la actualidad los arqueólogos no tienen una respuesta definitiva para estas preguntas.
Así mismo, no hay información disponible acerca de cómo el anamú fue utilizado por los pobladores de Fort Center en la Florida. No obstante, en todo el Caribe y en el resto de América muchas de las comunidades han usado y todavía usan esta planta con fines medicinales.
Como ejemplo del uso antes mencionado, en la selva tropical de la Amazonia, las tribus indígenas usan el anamú en sus pociones curativas y en hechicería. Los caribes de Guatemala machacan la raíz y la inhalan para tratar la sinusitis y, los indios ese´ejas de la Amazonia peruana preparan infusiones con la hoja para curar con eso los catarros y gripes.
En Nicaragua los garífunas (que tienen raíces africanas, indígenas y españolas) usan la hoja para una cocción empleada contra los resfriados, la tos, molestias y dolores, así como para ritos religiosos. La raíz que es más fuerte que las hojas se usa en remedios tropicales para la piel.
Otros grupos de pueblos indígenas majan las hojas hasta formar una pasta con ella y la usan como remedio tópico para dolores de cabeza, dolores reumáticos, y otros tipos de dolores. Este preparado se usa también como insecticida. En la medicina tradicional brasileña, el anamú se usa para la inflamación, la artritis, la malaria, el reumatismo y hasta para la memoria deficiente.
En América Central las mujeres usan el anamú para aliviar los dolores del parto y facilitar el alumbramiento así como para inducir el aborto. En la medicina tradicional guatemalteca majan las hojas de anamú y las hierven para tomarlas y tratar con eso las afecciones digestivas, la digestión lenta, la flatulencia y aun la fiebre.
El anamú se usa también en Suramérica y Centroamérica para curar resfriados, tos, influenza, infecciones de las vías respiratorias, infecciones pulmonares y, hasta el cáncer. Se lo usa también para reforzar el sistema inmunológico. En Cuba la medicina naturista prepara un brebaje con todas las partes de la planta y se usa para el tratamiento del cáncer y la diabetes. Lo emplean también como antiinflamatorio y para inducir el aborto.
En la actualidad los laboratorios de investigaciones farmacológicas se dedican a escudriñar las propiedades del anamú como inhibidor del cáncer, además lo hacen en cuanto a sus propiedades antiinflamatorias, para ayudar a mitigar el dolor y, por último, para reducir el nivel del azúcar en la sangre y aumentar el sistema inmunológico.
Existen varios nombres para la Petiveria alliacea. El nombre anamú es de uso en República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Brasil y Colombia.
Entre los otros nombres pueden mencionarse los siguientes:
- Ajillo en Costa Rica.
- Apacín en Guatemala.
- Avi en Haití.
- Dandaye, devant-nigre, verveine puante en las islas Guadalupe y San Bartolomé
- Feuilles ave, herbes aux poules, verveine puante, mal pourri en Haití.
- Guinea henweed en Jamaica.
- Gully root en Trinidad y Tobago.
- Hierba de las gallinitas en México.
- Ipacina en Honduras.
- Kujourouk, kudjuruk en la isla Dominica.
- Mapiurite, mapurit en Trinidad.
- Mikur-kaá (hierba de zarigüeya) la llaman los indios en el Amazona.
- Mucura, múcura-caa, mucuracáa en la Amazonia peruana.
- Payche, xpayche en México.
- Petevere à odeur ail en Haití.
- Stinking toe en Jamaica.
- Tipi en Brasil.
Otros nombres conocidos para la planta son: apacina, aposin, ave, aveterinaryte, calauchin, chanviro, chase vermine, congo root, douvant-douvant, emeruaiuma, garlic weed, guine, huevo de gato, kojo root, kuan, lentewei, lemuru, micura, mocosa. Ocano, pipi, sacha ajo, verbena hedionda, zorrillo, apazote de zorro.
En la actualidad uno de los usos que se hace del anamú es el licor que se llama Mamajuana que se prepara combinando ron, vino tinto, miel, corteza de árboles, y hierbas en una botella. Las primeras hierbas que se usaron en la Mamajuana fueron en un principio las que empleaban los indios taínos para un té medicinal a cuya receta más tarde se le añadió el ron. Aparte de las supuestas propiedades afrodisíacas que posee la Mamajuana, se la conoce también por sus propiedades curativas.