Debido a que las consecuencias de nuestros actos tienen efectos más allá de lo personal, las decisiones que nos llevan a ellas, están impregnadas de peso. De ahí que deberíamos ser certeros en lo que decidimos hacer. Este hombre empezó a coquetear con el pecado. Topándose en el computador de un empleado con cientos de fotos pornográficas, bajó la guardia de sus otrora estándares.
Él quien antes habría las habría borrado de súbito y también al empleado de la nómina, esta vez paseó su vista por las grotescas imágenes. Al principio mantuvo una actitud semi crítica, diciéndose a sí mismo que estaba conociendo el material, para poder hablar con bases cuando le tocara hablar de nuevo con el empleado. Cinco minutos más tarde, no le quedaba nada de analítico. Sus ojos se pasearon por los contornos femeninos de las múltiples mujeres y jovencitas expuestas. Cerró el archivo al sentir que alguien se acercaba. Sin embargo, en la noche, la memoria volvió a proyectarle la película, ahora con un matiz de ya no de asco, sino atractivo.
Con la esposa dormida a su lado, pensaba en cuánto quería experimentar algunas de las cosas que vió allí. En otros tiempos le habría comentado el disgusto de que sus equipos y tiempo de trabajo fueran usados de tan grotesca manera. Sin embargo, eso no era lo que hacía. No sólo no reprendió al empleado, sino que terminó visitando las páginas que éste le recomendara.
Con el paso de los meses, la transformación en él experimentada era similar al día y la noche. El padre que antes dedicaba tiempo a sus hijos, jugaba con ellos y hasta le ayudaba con las tareas; ahora nunca quería ser molestado, cuando “trabajaba a puertas cerradas” en su casa. De igual manera, la relación con su esposa también se deterioró. Prácticamente no quedaba nada de lo que había sido una estable y muy satisfactoria relación sexual. Ella llegó a llamarlo “pervertido y degenerado” cuando sus “experimentos” se pasaron de la raya.
Él se manifestó “insatisfecho” y amenazó con buscarlas en la calle, con “mujeres que tuvieran la mente más abierta”. Pero lo cierto es que, con cada exposición ante la pornografía, quedaba más adicto y menos capaz de razonar entre lo real y lo fantasioso, lo adecuado y lo absurdo. Su deterioro moral se vio aun en su trabajo. No supo cuándo cedió los conceptos de respeto por las mujeres, para ahora tratarles con aspereza y menosprecio.
Las sospechas de su esposa fueron confirmadas cuando lo sorprendió en plena acción. A este punto su desvergüenza fue tal, que él llegó incluso a invitarla a que imitaran lo que hacían en el video, porque “llega un punto en la vida en que hay que aventurarse a expresar nuevas fronteras sexuales con una tercera persona”. Ese fue el punto que rompió lo poco que mantenía el matrimonio a flote. Aquel quien anteshabía sido admirado por su razonamiento justo, ahora se había convertido en un hombre soberbio, ensimismado, amenazante y agresivo. La familia sufría tanto emocional como financieramente, mientras el responsable permanecía negado a aceptar su rol. Estaba sucediendo, el sistema caótico que desencadenaría el tornado que succionaría el orden en su vida y la de los suyos empezó con una simple y curiosa acción. Semejante a aquel que decide “divertirse” con un cigarro de marihuana y termina adicto al crack-cocaína.
Bien afirma un proverbio chino que “el aleteo de las mariposas puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo”. La idea del Concepto Efecto Mariposa es que debido a las condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, la más mínima variación puede provocar que el sistema evolucione en ciertas formas completamente diferentes.
En el caso del protagonista de esta historia, la mínima variación de las acciones y convicciones de este hombre, provocaron un deterioro en el sistema que equilibraban sus decisiones y acciones. Y es que debió mantener una postura firme ante la tentación de la pornografía. Habría bastado una actitud radical, con la cual se habría indispuesto a atravesar la puerta hacia lo vulgar y macabro. Mientras, otro Efecto Mariposa se está generando buscando revertir, o más bien, re direccionar y rescatar los valores que antes habían: Su esposa, mujer de fe y firmes convicciones cristianas, está orando por él y por su familia…
Lucas 11:34-36La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.
Proverbios 16:1-3Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua.Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
Bendiciones