No hay otro tema –salvo el Coronavirus–, que mueva más a la conversación que las elecciones de este 15 de marzo. Ciertamente que no se trata de la Presidencia de la República, pero la gente le pone atención de la misma manera, más con lo que ha ocurrido en todo el proceso.   

“Si se gana aquí, se gana allá”, podría decir cualquiera refiriéndose al efecto de las elecciones municipales. Como quien apuesta algunos “dinerillos” al Canelo Alvarez, estos argumentarían que estas pueden repercutir en las del 16 de mayo. El tema sería el conocido efecto dominó. Como una pieza que tumba a otra, esto conduciría al partido opositor PRM a la anhelada victoria electoral en los venideros comicios de mayo. Aunque los votos de esta no se cuentan en aquella, la gente podría sentirse espoleada por este acontecimiento inicial. Otros dicen que una cosa no guía a la otra.

Más analíticos, se argumenta que con lo ocurrido en el desbarajuste del 16 de febrero, la oposición no ha sido perjudicada. Dicen que ha sido todo lo contrario. La más reciente encuesta, –la Mark Penn/Stagwell– da como ganadora a Carolina Mejía en el Distrito Nacional con un 52% y en el Santo Domingo Este, a Manuel Jiménez con un 53%. La encuesta, que entrevistó a 2580 posibles votantes, fue publicada este Lunes 2 de marzo en los periódicos. Otros sostienen que ese triunfo “iba porque iba” en las elecciones que fracasaron el 16 de este pasado mes. Sería el momento de demostrarlo con creces. Para hacer ello posible, los partidos llaman a las elecciones. Tienen una meta: ganar contra candidatos muy competitivos en las alcaldías de todo el país.     

En una larga sesión, el gobierno de Danilo Medina ha sido defendido por su funcionario número uno, el mismo presidente. Lo ha hecho a través de un discurso que duró más de dos horas. Muchos han optado por hacer un análisis de lo dicho y catalogan la pieza como una clara apología. Contrario a lo que podría esperarse, no todos los candidatos a alcaldías, –o senadores o diputados–, dijeron algo sobre el discurso del mandatario. Y no solo eso ha ocurrido: se esperaría una postura oficial publicada por cada partido, aunque ciertamente que Luis Abinader, en una rueda de prensa, habló a los periodistas. Por estas fechas, las cosas son complicadas en los partidos. Estamos hablando de la existencia de muchas opiniones, y la gente no siente estar abrazada por un régimen de seguridades políticas. En este momento, los líderes tienen que ser líderes.

Con enormes dudas, algunos sostienen que será difícil entender lo que podría ocurrir de no tener un proceso electoral satisfactorio. Los días anteriores al proceso de votación –es decir, estos mismos días–, serán determinantes y la gente tendrá que ver lo que ocurrirá con las declaraciones de la Junta (JCE) que trabaja “a pasos agigantados” para armar un proceso confiable. Es de entender que la visita de los observadores electorales, haya sido extendida, lo que augura algo positivo para un proceso que ha estado repleto de contrariedades en sus diversas etapas. Llegando en el momento correcto, el secretario general de la OEA, Luis Almagro acaba de firmar un acuerdo para una investigación con Castaños Guzmán y algunos ya han pensado si hay tiempo de acometer todas las tareas que se proponen. Dicho acuerdo se hace con la finalidad de “identificar la o las causas por las cuales no fue posible la correcta implementación del voto automatizado en las Elecciones Municipales…esta petición demuestra el compromiso de la JCE por esclarecer y dar respuestas confiables a la ciudadanía”. Por su lado, los partidos políticos están concentrados en analizar cuál será la postura oficial en este momento. Como Sherlock, –o el histórico Poirot– puede deducirse de todo el proceso que, ahora para el 15, personas que no fueron al pasado se hayan entusiasmado –las recientes manifestaciones darían cuenta de ello–, aunque hablar de reducción de la abstención es ir demasiado lejos. De cualquier forma, el movimiento de la población fue notorio en actividades cívicas que congregaron a muchos. Como han dicho otros, la respuesta de la gente podría entenderse como una advertencia pública sin precedentes en la historia reciente del país. No habíamos visto antes, el asunto de los cacerolazos, con convocatorias realizadas por redes sociales.    

Finalmente, se espera que los resultados electorales sean claros, diáfanos, rápidos y confiables. Muchos son los que cuestionan a la Junta Central Electoral (JCE), sobre si pueden cumplir con todo en el plazo fijado. Otros afirman que han tenido tiempo. Y otros –más decididos–, argumentan que no se quejen si todo vuelve a fallar como hace días. Las implicaciones de ello podrían ser muy complicadas. Sería especular decir qué haría la gente.