En primer plano tenemos al Ministerio de Educación que por segundo año consecutivo tiene la responsabilidad de administrar una suma equivalente al 4% del PIB e igualmente este 2014 priorizó la inversión en compras de inmuebles (tema que abordaremos en detalle en próximas entregas), la construcción de nuevas escuelas apropiadas para el horario extendido y la inclusión de nuevas escuelas a esa tanda extendida, en la que no sólo se les facilita el desayuno a los alumnos, sino que también se les brinda merienda y  almuerzo.

Eso describe una inversión pública diseminada en todo el territorio nacional, combinado con una serie de concursos a empresas constructoras a las que se les han asignado las construcciones de estos recintos educativos, profesionales de la construcción que anteriormente no tenían acceso a las obras del estado, y la contratación de suplidores de alimentos de la misma localidad de la escuela, sin dudas, son acciones que han traído la dinamización de las diferentes zonas del país aumentando el empleo, la actividad económica y el propio bienestar de esas comunidades; pero nos gustaría saber cuándo pasaremos de construir a educar, como corresponde.

En adición a estas atinadas políticas de distribución de las obras del estado, el gobierno de Danilo Medina ha dado el más extraordinario apoyo e impulso a las Mipymes, en diferentes órdenes, pero con el mismo objetivo de impulsar el desarrollo de estas pequeñas empresas. A lo que ha contribuido el estricto seguimiento dado por la Dirección General de Contrataciones Públicas al cumplimiento del decreto 164-13, que establece que los bienes y servicios que adquieran las instituciones públicas tendrán que ser exclusivamente de origen, manufactura o de producción nacional, siempre y cuando existan Mipymes que puedan ofrecerlos.

Como indica textualmente el artículo 3 de la disposición presidencial: "En las compras y contrataciones de bienes y servicios, destinadas a Mipymes, se privilegiará también la contratación con micro, pequeñas y medianas empresas, personas físicas, técnicos, profesionales y artesanos, preferiblemente domiciliados en la región, provincia o municipio en el que se vaya a realizar la compra o contratación, cuyos proveedores deberán acreditar tal condición de acuerdo a las disposiciones que se establezcan en los pliegos de condiciones", logrando el objetivo de aumentar el empleo y el bienestar de los ciudadanos, en las diferentes regiones del país.

A pesar de que no pudo exhibir un aumento de las exportaciones, se podría decir que sí lo hizo con la sustitución de importaciones, pues el apoyo y la priorización de los productos de origen dominicano y fabricados por Mipymes han generado una adecuada sustitución de importaciones, que en el futuro podrá tender a un aumento de las exportaciones, en la medida en que mejoremos nuestras capacidades y competitividad; así mismo en otros renglones como por ejemplo el agropecuario, se han sembrado algunos cimientos que pueden y deben mejorar la economía de ese sector. En lo que corresponde a las Zonas Francas, éstas han mejorado su competitividad con el resto del mundo, especialmente por la pérdida de competitividad de China e India y no por una mejoría en el País, lo que ha representado un alivio para el sector, que ahora tiende cada vez más a recuperar su importancia en términos de exportación y empleo.

EL Turismo: “Continuar lo que está bien”. He aquí el área que mejor ha representado esa frase del presidente Danilo Medina,  pues en este renglón, con la experiencia acumulada de este ministerio, no sólo se ha mantenido creciendo, sino que se ha mantenido aumentando los porcentajes de crecimiento, alcanzando uno de los más importantes del mundo y ha logrado ser el país que catapulta el crecimiento turístico de la zona del Caribe y Centro América.

Todos estos aciertos del Presidente Medina unido a su humildad, a su cercanía al pueblo y a sus claras intenciones de hacer las cosas bien, han provocado un sentimiento de simpatía, apoyo y apego, en el que muchos le piden que cambie la constitución y se presente a las elecciones para un nuevo período presidencial; cosa que estamos seguro que no hará, pues lo consideramos hombre de palabra, además de que él sabe lo que conllevaría semejante aventura en términos de clientelismo y otras odiosas prácticas políticas.

Tenemos a un ser humano como presidente y como todos los imperfectos humanos tiene sus virtudes y sus defectos, sus aciertos y sus desaciertos. Lo penoso de tratar este tema de los desaciertos en el caso de Danilo Medina es que sus aciertos nos llevan a hablar del más popular de los gobiernos del mundo, sin embargo, podrían sus desaciertos convertirlo en el peor gobierno de la historia de la Republica Dominicana.

Las permisivas políticas migratorias y la mala custodia de nuestra frontera, sumado al terremoto de Haití, a la baja ayuda internacional recibida por nuestros vecinos haitianos, a su mala administración pública, su incapacidad de convocar a elecciones y el potencial estallido social, han generado un aumento de la inmigración de nacionales haitianos a nuestra país y esto a su vez ha traído como consecuencia una crisis del sector salud, del empleo y de otros sectores sensibles al aumento desmedido de nuestra población, en especial, de la clase desposeída que, como la mayoría de los haitianos, requiere asistencia del Estado.

Un creativo plan de alfabetización con el que sí alfabetizamos a mucha gente, pero que tendremos dentro de nuestro territorio a mas analfabetos que antes; un gran presupuesto para la educación que se podría tornar insuficiente, si seguimos asimilando a los nacidos aquí de nacionalidad haitiana, en especial a las madres que sólo cruzan a parir y hasta abandonan a sus niños; un ya colapsado Sector Salud incapaz de atender a los nacionales y que está siendo obligado, por esta inadecuada política migratoria, a desgastarse atendiendo a nacionales haitianos; y no menos importante, una competencia del Sector Empleo que sólo beneficia a los empresarios y perjudica al peón dominicano, que o pierde su empleo porque el empresario lo sustituye por haitianos más baratos o, en el mejor de los casos, tiene que acceder a una reducción de sus ingresos.

Ese desatino, sumado a una deuda externa que alcanzo el 50% del PIB, con un descalabro institucional y la aparente ratificación de la impunidad, unida a la creciente inseguridad ciudadana, nos enrostra unas ejecutorias que si las ponemos en una balanza,  las cosas positivas y las negativas –haciendo un especial énfasis en el problema migratorio y sus consecuencias-, tendríamos un gran número de aspectos positivos que no compensan lo negativo que puede ser el tema de la desmedida inmigración de haitianos.