La Dirección General de Presupuesto (DIGEPRES) acaba de publicar esta semana las cifras correspondientes a la ejecución presupuestaria de enero a marzo de 2020, lo que nos brinda los resultados del primer trimestre fiscal con el impacto de la crisis del coranovirus y el cierre de los negocios y la cuarentena general.
Esta parálisis general de la economía ha tenido un impacto negativo directo sobre los ingresos en divisas por la caída del turismo, las remesas del exterior, el cierre de zonas francas y negocios de exportaciones. Por el lado positivo se ha reducido a menos de US$ 20 el barril de petróleo y el precio del oro ha aumentado a más de US$ 1,700 la onza. Ambas noticias son buenas, pero solo compensan en parte los efectos negativos.
La menor actividad económica reducirá las recaudaciones de impuestos internos que afectarán la ejecución de los ingresos corrientes y los egresos del Presupuesto Nacional aprobado. Existen tres grandes áreas de problemas económicos. Naturalmente, el impacto sobre la economía y el desempleo dependerá mucho de la extensión y duración de los contagios e infecciones del Covid-19.
Las tres áreas de problemas son la viabilidad y manejo fiscal de las finanzas públicas frente a las presiones que creará la crisis, el manejo prudente de la política monetario e inflación y la gestión de las cuentas externas del país, incluyendo la tasa de cambio y el flujo de divisas. La buena gestión de estas tres políticas dependerá la estabilidad macroeconómica, la inflación, los niveles de empleos y la renovación del crecimiento.
En la República Dominicana se implementaron las medidas de confinamiento general, ley de emergencia y el toque de queda, desde el 17 al 20 de marzo. Es decir, el mes de enero fue de normal desenvolvimiento, para finales de febrero comenzaron a brotar casos de contagios, sin cierres generales, y desde mediados de marzo se comenzaron a aplicar estrictas medidas de control sanitario, cierre de negocios y toque de queda.
Veamos los resultados del primer trimestre para tener una idea de la magnitud de los problemas que se avecinan, tan importante para poder planear las soluciones y las medidas de la etapa de recuperación de la economía y los empleos formales e informales.
Ingresos Ejecutados.
El total de ingresos corrientes que fue aprobado en el Presupuesto Nacional para el año fue RD$ 747,829 millones, sin incluir donaciones. Esta cifra representa un promedio de RD$ 62,319 millones por mes, o RD$ 186,957 millones por trimestre. Sin embargo, para el primer trimestre los ingresos realizados fueron RD$ 160,633 millones; es decir, RD$ 26,324 millones menos en el trimestre que lo programado, una caída de 16.2 %.
Según los datos de DIGEPRES, en el mes de enero se cumplieron las metas de recaudaciones con RD$ 63,523 millones, en febrero ya comenzó a caer a RD$ 51,443 millones y en marzo se redujo más a RD$ 45,665 millones, un 25 % menos.
Serán las recaudaciones de abril, un mes entero de cuarentena, las que reflejarán la disminución en un mes con la economía cerrada. Problamente bajen los ingresos entre 30 % a 37 % de lo programado. Si para junio la economía está 50 % abierta y activa, la caída de ingresos sería menor, quizás en el rango de 20-15 %. Y para julio es de esperar que la actividad económica esté renaudada y que los ingresos realizados sean 10-15 % menor. Claro, es muy difícil medir con cierta certeza, pues depende de la duración del virus.
La situación fiscal en realidad no será tan mala como aparenta, pues el Gobierno Central durante el trimestre ha obtenido grandes cantidades de recursos externos e internos por la medidas extraordinarias tomadas. En enero entraron los US$ 2,000 millones de bonos soberanos programados, en febrero RD$ 12,000 millones de préstamo del Banco Central, y en abril US$ 150 millones del Banco Mundial y los US$ 650 millones de la facilidad rápida del FMI. En resumen, existe un colchón de ingresos para mitigar la caída de las recaudaciones y sufragar los gastos especiales en salud y programas sociales.
Gastos Ejecutados.
Examinemos los montos de gastos ejecutados del presupuesto, por mes y el primer trimestre. El gasto total aprobado en el Presupuesto Nacional fue de RD$ 861,074 millones, sin las aplicaciones financieras. Si lo dividimos por 12 meses dará un gasto promedio cada mes de RD$ 71,756 millones. Por tanto, el gasto aprobado para el trimestre sería de RD$ 215,268 millones. Sin embargo, se gastó menos en el primer trimestre, solo RD$ 184,343 millones, o sea RD$ 30,925 millones menos que lo aprobado.
Según las cifras publicadas por la Dirección General de Presupuesto, en enero se gastó RD$ 59,551 millones, en febrero aumentó a RD$ 64,999 millones y en marzo bajó a RD$ 59,792 millones, en cada caso por debajo del promedio programado. Los gastos corrientes también fueron inferiores al promedio de RD$ 60,272 millones cada mes. Pero el gasto de capital se cumplió en enero, se excedió en febrero y disminuyó en marzo.
He realizado un análisis preliminar de la evolución de los ingresos y gastos ejecutados durante el primer trimestre, y se pueden notar las diferencias en cada mes. Del trimestre se podría decir que desde enero hasta el 15 de marzo fue bastante normal y que los efectos más duros se sintieron en la segunda quincena de marzo y todo abril.
El déficit presupuestario real directo para el primer trimestre fue de RD$ 23,710 millones, que es la diferencia entre el total de ingresos y gastos ejecutados, bastante en línea con lo aprobado en el Presupuesto. Han habido partidas que aumentaron y otras que bajaron. Hay que recordar que el déficit fiscal programado en el Presupuesto para todo el año es de RD$ 110,000 millones, o el 2.2 % del PIB.
En resumen, la ejecución por el gobierno del segundo trimestre de abril a junio será la determinante para evaluar el daño fiscal y para toda la economía. Creo que los efectos se dividirán igual al del primer trimestre, más severos y duros de abril al 17 de mayo, y ya en despegue en la segunda quincena de mayo y recuperación en junio y julio.
En el tercer trimestre en agosto habrá cambio de gobierno lo que traerá nuevos bríos y ánimos de reformas, y en el cuarto trimestre deberá ser de recuperación económica, comercial y de creación de empleos. Pero, al final, toda proyección dependerá de la duración de los contagios del Covid-19.