Paraguay decidió aprobar una ley que limita la cobertura de la prensa a los temas de feminicidios y violencia de género. Esto lo hacen en el entendido de que mientras más se reproduce una noticia más se propaga en la población. Según establecen el tanto hablar de ese tema puede darle una idea de qué hacer a un hombre que tiene problemas con su esposa. Por un lado, creo que tienen razón, pero también está la otra realidad y es que si el mal no se denuncia puede correr el riesgo de que quede impune.

En realidad, esa es una teoría sostenida por Rita Segato, experta en el tema de género y violencia. Pienso que se propaga por la forma en que se muestra la información cargada de sensacionalismo, quizás con un mejor manejo no habría tanto problema.

En España se dejaron de cubrir los suicidios de forma individual como crónica roja porque se comprobó el efecto de imitación, pero no se ha comprobado tal cosa con los feminicidios, ni con otros delitos.

Pienso que la cobertura es útil porque ayuda a comprender que hay un problema y a denunciar cuando se prueba negligencia de las autoridades. Lo que sí pienso es que se debe mejorar la cobertura, sacar al feminicidio de la crónica roja y tratarlo como a otros temas de derechos humanos.

Las evidencias que se recogen en estudios sobre comunicación de masa indican que la información sobre acciones criminales, en efecto, puede producir lo que en inglés se denomina “copycat” (crimen de imitación), pues las personas propensas al crimen se sienten “validados o empoderados” cuando ven actuar a otros por vía de los medios, de hecho, esa epidemia que hay en Estados Unidos de las matanzas perpetradas por tiradores parece seguir un patrón de efecto copycat.

Todavía no se sabe si el éxito o fracaso del matador puede incentivar o desincentivar el efecto, porque en muchos casos estos perpetradores tienen un perfil suicida. Esto podría apoyar la idea de controlar el flujo de información para por lo menos no darle el incentivo a los que están predispuestos de convertir en realidad su deseo oculto.

Desde los principios de la sociología, cuando se abordó la psicología de masas, se postuló la idea de que la imitación es una fuerza poderosa capaz de atraer individuos con perfil semejante a unirse a un curso de acción determinado.

El principio es que si yo quiero hacer algo valorado negativamente por mi grupo de pertenencia inmediato, me puedo sentir más motivado a acometer el acto si veo a otro u otra fuera de mi grupo realizando lo que quiero realizar, porque sé que es posible y sé que aquel a quien imito me aprobaría.

Fuera de estos casos negativos, debemos señalar que lo mismo pasa cuando se trata de acciones positivamente valoradas por el grupo, pues el mismo principio de imitación y de refuerzo positivo me incentiva a actuar en la dirección en que actúan los líderes o las personas de referencia en mi grupo de pertenencia o de referencia.

Puede ser que, si eres un buen profesor, lo eres porque imitas un referente, en este caso un profesor que tuviste y que admiraste y del cual aprendiste a ser buen profesor.

Lo que en definitiva quiero decir es que el manejo de la noticia será lo que en el fondo produzca o no ese efecto de imitación.