La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra está dando cátedras de profesionalidad para que el próximo cuatrimestre se imparta con docencia general en forma remota. Fue de esa manera que tuvo que concluir el primer cuatrimestre de este año, debido a la suspensión de las clases presenciales por causa del coronavirus, y con éxito por contar con una plataforma virtual de aprendizaje (PVA) y un equipo técnico de primera categoría.
Para un gran número de profesores y alumnos conectarse a la PVA para esos fines fue una novedad. En la PUCMM las clases son presenciales, es limitada la experiencia en educación virtual y los profesores usan poco una plataforma basada en Moodle que tiene todos los recursos para crear un aula virtual. La PVA tiene las facilidades para hacer videoconferencias, con BigBlueButtonBN, e incorporar actividades como foros, chat, encuestas y contenidos interactivos. También para crear exámenes a partir de un banco de preguntas, compartir archivos y otros recursos que se van utilizando en la medida se adquieren las competencias digitales requeridas en los ambientes de docencia virtual.
Hacía tiempo que el arsenal estaba ahí, con poco uso, ignorado y visto como esos requisitos que hay que llenar por las apariencias, como los países que para ser sedes de competencias deportivas tienen que participar con equipo nacional en todas las disciplinas. Pero estar de último en las preferencias para impartir docencia no desanimó a un personal dedicado a crear guías de instrucción y videos para el uso de la PVA, disponibles en portal web de poco tráfico, descargas de documentos, vistas, “likes” y “share”. Por ejemplo, el video de Configurar Wikis del Profesor Miguel Moronta se subió en noviembre del 2017. El pasado sábado tenía 51 visitas y tengo el honor de ser el primero en marcar un “Me gusta”. Ahora bien, esos números van a subir ahora como la espuma por el entusiasmo con que los profesores han asumido el reto de pasar a la educación remota.
En menos de tres días del anuncio de la suspensión de la docencia, todos los profesores tenían sus cursos en la PVA con el listado de sus estudiantes y los correos electrónicos para coordinar la continuación del programa. Se aprendió sobre la marcha para organizar las conferencias, subir tareas y exámenes de clases que es probable ya tenían completado por lo menos el 60% del programa. Los profesores y alumnos recibieron guías para usar la plataforma y contaron con excelente apoyo del personal técnico. Pero los profesores iban a necesitar mucho más que eso para el próximo cuatrimestre. Una cosa es completar las pocas clases y actividades que faltaban de un curso, otra muy diferente es montar un curso remoto que cumpla con las características principales de un aula virtual.
Por esta razón la PUCMM arrancó la pasada semana los encuentros virtuales con sus profesores en los entrenamientos para mejorar la calidad de lo que insiste en llamar “educación a distancia apoyada en tecnología”, para guardar distancia con lo que son las formalidades más exigentes de una educación esencialmente virtual. Victoria Eugenia Martínez, directora del Centro de Desarrollo Profesoral, explicó un plan de acción desarrollado con la colaboración de PUCMM en Línea que consiste en una formación inicial obligatoria de tres semanas (hasta la apertura de clases el 11 de mayo), a la que seguirá un programa de formación continua durante el cuatrimestre. Además del soporte técnico los profesores tendrán la asesoría de colegas designados como colaboradores en las diferentes escuelas y diversos canales abiertos para resolver problemas o recibir ayuda con los recursos. En la gráfica se presentan las otras rutas de apoyo a la formación y asesoría como un e-book y videos tutoriales sobre la PVA, una guía pedagógica y recursos adicionales en una página web.
A los profesores se les solicita utilizar de forma exclusiva la PVA para la docencia y comunicación con los estudiantes, por ejemplo videoconferencias sólo a través de las facilidades que se tengan incorporadas a la PVA; subir el programa de la asignatura el primer día de clase; hacer evaluaciones con mayor frecuencia y respetar los horarios asignados, evitando lo más posible reprogramaciones. La PVA contará también con Microsoft Teams o Skype For Business para las videoconferencias y, desde luego, todas las demás herramientas que deberán incorporarse a la docencia remota: wikis, foros, actividades interactivas, infografías, videos y presentaciones.
En la comparación de la educación presencial y la educación remota, Victoria Martínez destaca la importancia de crear mecanismos para incentivar la interacción y participación de los estudiantes. Lo que es sencillo en las clases presenciales se complica en videoconferencias donde es difícil apreciar el grado de atención de los estudiantes o tener un ambiente interactivo. Sin embargo, hay aspectos que no cambian en cualquiera de los dos ambientes entre los que la profesora destaca: expectativas claras, comunicación efectiva, buena planificación, mantener la motivación y el aprendizaje activo.
¿Por qué educación remota apoyada en tecnología y no educación virtual? Porque se espera de los profesores una adaptación de las clases presenciales a las recomendaciones principales debe tener una clase virtual. Hacer un proceso “de transformación a un ambiente virtual por el librito”, comenta la instructora, requiere de varios meses de preparación “porque se parte de cero y todas las actividades se diseñan en función de su desarrollo en el ambiente virtual”. Con una limitación de tres semanas, la principal recomendación a los profesores es pensar si las actividades en sus clases presenciales pueden funcionar bien de manera remota y cómo mejorar su incorporación a la PVA para lograr aprendizaje activo. Para lograr ese discernimiento los encuentros virtuales de la semana pasada, que siguen ahora con ejercicios prácticos en esta adaptación forzada y ad honorem que imponen los nuevos tiempos.