Nadie ya fuera de la escuela olvida lo que es una clase,  dos componentes principales: un grupo de alumnas y alumnos y una profesora o profesor. Generalmente la profesora o profesor (quien “da clase”)  frente al grupo normalmente dispuesto  en butacas ordenadas en filas. 

El tiempo básico  de clase para  cursos de Primaria o Secundaria es generalmente de 45 o 50 minutos. En el Nivel Inicial el concepto es bastante diferente y en sí mismo agradable  por cuanto las niñas y niños generalmente se les agrupa para trabajar y es bien flexible el uso del tiempo, no estando sometidos a la rigidez de los períodos de 45 o 50 minutos.

Esa clase que describimos que llega con ese mismo formato hasta la universidad, es tan aburrida como improductiva. No es casual que la gran mayoría, en todos los países, no logre el nivel de aprendizaje esperado en una actividad de tantas horas al día.

Esa clase que se describe ha sido el formato predominante en los últimos 200 años y poco ha cambiado; pero ya es momento de cambiar radicalmente. De lo contrario la actividad educativa seguirá siendo un gran dispendio de trabajo humano  y recursos  económicos.

La No Clase podría orientarse, al menos a partir del 4to grado de Primaria al autoaprendizaje. Con los medios que hoy se disponen de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)  y con una precisa programación,  disponer de materiales audiovisuales y de lectura para que  las y los estudiantes, formen  grupos de trabajo en torno a distintos temas y desafiarlos para que sean ellos quienes aprendan y  expongan, lo cual, entre otros, reduciría significativamente el aburrimiento y el  tiempo de ejecución de un programa académico.

Entender además que no es sólo conocimientos, discutir para cada tema las implicaciones en cuanto a los valores. Explorar además para cada tema la promoción de las mejores  actitudes de las y los estudiantes ante distintas situaciones de la vida y observar su sentido de responsabilidad, solidaridad, honestidad en sus acciones para que la educación sea realmente integral, insistiendo en el desarrollo de habilidades como una eficaz preparación para la vida más allá del centro educativo.

El aprendizaje de las distintas manifestaciones de la cultura  artística o de cultura física puede tomar por igual ese camino y hasta para  la experimentación científica se disponen incluso de excelentes modelos digitales.

Son sólo breves y limitados ejemplos de lo que se podría  y debería hacer ¡Ya!

La No Clase es un nuevo  llamado al inaplazable  cambio en educación, precisamente en el  Año de la Innovación.