Decir que a la educación a partir del 2013 se han destinado 700 mil millones de pesos, es una enormidad, para asignar un término que explique su dimensión. Para un país que tiene una de las más bajas presiones fiscales es un gran sacrificio que hace la sociedad en un renglón respecto al cual se ha logrado una gran conciencia ciudadana. Y sólo nos referimos a la inversión en educación preuniversitaria, sin sumar lo que se dedica a la formación técnico profesional y al nivel superior o universitario.
Si al ponderar esa enormidad que ha significado invertir 700 mil millones de pesos se concluye que las y los estudiantes no han aprendido o han aprendido muy poco, es algo terrible; pero es lo único que se puede afirmar al analizar las evaluaciones del 3er grado de Primaria, del 6to, las evaluaciones del desempeño docente, y hace pocos días los resultados de las Pruebas Nacionales de término de la Educación Secundaria. En relación a los resultados de esas pruebas nacionales, sin bien aprueba el 87% hay que aclarar que el valor de las pruebas propiamente dichas es del 30%, el 70% restante corresponde al acumulado o las llamadas notas de presentación. Es importante saber que más del 50% obtuvo menos del 15% en las pruebas propiamente dichas; es decir que la mayoría se reprobó.
Es justo decir además que las autoridades de Educación con su actual Ministro al frente y la ADP están muy dedicadas y coordinadas en cuanto a transformar esa realidad. Pero hay que reconocer que la educación es una actividad altamente compleja y que además el país paga aún largos períodos de desatención extrema, sólo recordar que a la educación preuniversitaria se llegó a destinar menos del 1% del PIB.
Lo que sí se necesita es un radical replanteo de varios de sus componentes. En esta oportunidad nos referimos al currículo. En términos simples el currículo corresponde al contenido y al método, es decir qué aprender y cómo aprenderlo. La realidad es que en cuanto a qué aprender correspondiente a los distintos niveles, grados y modalidades, la República Dominicana presenta uno de los productos más avanzados de la región, resultado, hoy actualizado, de la Transformación Curricular del 1995.
En cuanto al currículo el principal problema o desafío está en el cómo aprender, es decir los métodos que se emplean. Y hay que repetirlo una vez más, hay que transformar radicalmente lo que se hace en el aula, aprovechando la gran oportunidad que ofrecen hoy las Tecnologías de Información y Comunicación. No hay tiempo que perder.