En la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), hemos visto como en días pasados la aparición en las costas de la ciudad de Santo Domingo de grandes volúmenes de plásticos, atrajo la atención de la opinión pública nacional e internacional, dando paso de inmediato de una repulsa al uso del plástico, por el hecho de afear nuestras playas y atentar en contra el desarrollo de la industria del turismo y además con relación a las reglamentaciones sanitarias por las que debe conducirse nuestra nación.
Situación la cual ve, que al generar una campaña en contra del uso del plástico y su inmediata satanización, hizo aparecer ipso facto las tres “R” de Reducir, Reusar y Reciclar y sólo se usó la primera, prohibamos el plástico, sin tomar en cuenta y ponderar todos los niveles de beneficios que el mismo le ha traído en la actualidad a la humanidad.
A lo que agrega, no contemplarse en la reacción surgida, que el plástico constituyó menos de un 15% de toda la basura que se sacaron del malecón de la ciudad capital, por tanto, el plástico flotaba era lo que se veía, pero realmente había todo tipo de residuos sólidos arrastrados por el río: Botellas, pedazos de hierro, plásticos, papeles, basura orgánica, en fin, hasta neveras, estufas, chasis de vehículos, etc., como bien lo arroja levantamiento hecho por los técnicos del CRD, en ocasión de la problemática.
Por tanto, estima que se dejó de ponderar en la alarma producida, que los plásticos son livianos y al flotar son más visibles, pero: ¿Qué hay de las latas, botellas, lavadoras, gomas, neveras, colchones, pedazos de madera, zinc, papel y hasta chasis de vehículos?.
Realidad del plástico en el mundo actual:
Lo que llamamos plástico es un conjunto de diversos materiales polímeros hechos de moléculas de carbono. En la Segunda Guerra Mundial, ante la falta de materias primas, se crearon nuevas fibras como el poliéster, el plexiglás y el nailon. Debido a su resistencia y durabilidad, se fabricaron con estos paracaídas, cuerdas y cientos de equipos para ser utilizados en la guerra y más tarde en la paz.
Desde entonces, la ciencia ha desarrollado una variedad de polímeros (la mayoría reciclables) usados en toda actividad humana: construcción, medicina, aeronáutica, alta tecnología, higiene, agricultura y alimentación.
El plástico es una industria en franco crecimiento y hay una razón muy clara para ello: es un material extraordinario, que combina propiedades como ligereza, conformabilidad, inocuidad química, reciclabilidad, que otros materiales no tienen. Luego nuestro papel como sociedad es darle el lugar y el fin de vida que le corresponde.
Optica y visión sugerida por el CRD frente a la problemática:
Dentro de su óptica, el CRD estima que el plástico real y efectivamente vino a resolver grandes problemas a la humanidad, no siendo éste culpable de su inadecuada acumulación y arrojamiento, los culpables hemos sido los seres humanos que hemos actuado de forma irresponsable, arrojando nuestros residuos en los solares, alcantarillas, cañadas, ríos y en los océanos.
Es su pensar que un envase desechable no es el enemigo número uno de la población mundial y su asesino en potencia, sino que en sentido general, ha sido de gran ayuda a la humanidad, bastando que miremos a nuestro alrededor, a fin que contemplemos la presencia del plástico prácticamente en todo lo que nos rodea.
Para una idónea empleo y desecho, el organismo de desarrollo, considera que necesitamos con urgencia la aprobación de la Ley de Residuos Sólidos en la República Dominicana, cuando la tengamos, de seguro tendremos el marco jurídico para poder implementar las investigaciones necesarias que nos llevarán a la creación de múltiples negocios relacionados con la recolección y venta de los plásticos que a su vez generarán una gran cantidad de negocios de reciclaje y del uso integral de los residuos sólidos que hoy no podemos ni pensar ejecutar, por carecer de una base legal y correctas políticas que den sostenibilidad a dichos propósitos.
También y no menos importante, visualiza la necesidad ineludible de parte del Estado, las industrias, la sociedad civil y nuestras entidades educativas, de participar de forma continua en la educación ciudadana, sobre el trato que debemos darles a nuestros residuos, empezando en la educación inicial, como bien lo ha venido sido recomendando desde hace más de dos décadas por su dirección técnica del CRD y por el reciente Pre-Congreso de Residuos Sólidos en América Latina (GRAL), celebrado con el auspicio de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
El Consejo Regional de Desarrollo, inc. (CRD) tiene la convicción, de que es allí donde debemos trabajar: En la legislación, educación y en dar soluciones reales al problema de la disposición final de los residuos, al encontrarnos frente a uno de los tantos otros problemas del mundo, originados por nosotros mismos como seres humanos, no en un problema del plástico per sé, lo que llama a que convivamos con el plástico y asumamos con seriedad las tareas que el mismo impone a todos los componentes de la sociedad dominicana y la mundial.