El mundo ha cambiado, la vida ha cambiado y con ello nuestra forma de vida, nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestras tradiciones y creencias, hoy más que nunca se cumple el dicho que la vida es un constante cambio, según el escritor Curro Cañete "la vida cambia en un segundo, lo que creías cierto hoy, puede que mañana no lo sea", lo importante en todo esto es la actitud, con que afrontemos situaciones inesperadas, cambios bruscos donde la incertidumbre nos embarga, eso será la diferencia; esto es lo que llamamos mindset término que se hizo popular con el libro de la reconocida psicóloga Carol S. Dsweck, donde ella expresa como la persona ve la vida, explica porque alguien es optimista o pesimista, un factor determinante para el desarrollo personal y profesional.

Hoy solo hablamos de COVI-19, confinamiento, cuarentena, teletrabajo, educación a distancia, zoom, teams, actividades virtuales y esto es precisamente por los efectos de esta pandemia.

Como facilitadora de los procesos de enseñanza-aprendizaje quiero compartir como ha sido nuestra experiencia a lo largo de esta esta cuarentena. Este mal nos sorprendió a todos, con un cronograma de actividades completamente presenciales y de repente pasamos a modalidad virtual, sin plataforma, sin planificación, sin medios y recursos didácticos preparados para esta nueva forma de enseñanza, todo nuevo tanto para el estudiante como para el maestro. Tuvimos que encarar esta situación si o si, contra reloj, sin tiempos, sin oportunidad de probar, de mejorar recursos, procesos, aprendimos sobre la marcha. Es cierto que nos equivocamos, pero también hemos crecido.

Esta situación ha generado mucho descontento, pues según declaraciones del actual ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal publicado en los medios de comunicación en fecha 18/04/2020, destacó "tener reportes relativos a que más de un 70 por ciento de la matrícula estudiantil recibe de manera permanente contenidos educativos, por parte de los docentes, correspondiente al presente año escolar, dada la modalidad virtual adoptada por el coronavirus COVID-19″, El resto de la población no lo está recibiendo por diferentes causas: falta de equipos, o dispositivos tecnológicos, acceso a internet, energía eléctrica, capacitación para manejar los equipos, ya sea por parte de estudiante o del maestro.

Hoy veo que en medio de esta crisis existe una oportunidad enorme de robustecer el tema de las TIC en República Dominicana, este el momento perfecto para colocar este tema en la agenda nacional, lograr que todos los estudiantes y maestros tengan su computadora es vital, pero además gestionar una red wifi con la que puedan utilizar esos equipos, acordar con las empresas de energía eléctrica los horarios para que pueden acceder a las diferentes plataforma que se ha destinado para continuar la docencia.

Aunque había realizado una visita guiada por una de las plataformas virtuales que utiliza la Universidad que laboro, no nos habíamos compenetrado tanto como lo tuvimos que hacer en estos momentos, estos tiempos de crisis donde el mundo se ha paralizado parcialmente, pero el docente, aunque no está en la línea de fuego como los médicos, enfermeras, personal técnico, farmacéuticos, almacenistas debe continuar, porque sin educación, no podemos avanzar, la educación no debe parar.

Ha sido un tiempo de esfuerzo enorme, largas horas de trabajo, frente a un computador, planificando, corrigiendo, evaluando, preparando los contenidos; sin embargo el aprendizaje recibido no se compara con los desvelos, con las largas horas explicando a un estudiante como redactar las actividades, o como elaborar su práctica, o haciendo grabaciones de videos para ellos puedan entender, lo que quiere decir el texto, haciendo retroalimentaciones por whatsApp, zoom, classroom, por correo electrónico.

Hoy más que nunca el mundo y nuestro país específicamente, necesita docentes con liderazgo, docentes que en medio de esta crisis puedan tener la sensibilidad, de estar atentos a lo que está pasando a nuestro alrededor con nuestros estudiantes, para anticiparnos ante cualquier imprevisto, para poder tomar decisiones oportunas, se necesitan maestros empáticos, motivadores, con paciencia que puedan entender que a veces un estudiante solo tiene un celular para hacer sus tareas, o que solo puede conectarse una hora en la casa del lado.

Ojalá y cuando todo esto termine toda la comunidad educativa padres, estudiantes, docentes y directivos hallamos sacado el mejor provecho cumpliendo el rol que nos corresponde, a mí me deja la satisfacción de emprender en un mundo conocido, pero en ocasiones poco explorado, lleno de herramientas nuevas para enseñar y aprender, estar dispuesta a desaprender para aprender, abrirme al cambio siempre costo mucho, pero es siempre es lo mejor.