A los economistas en campaña hay que escucharlos con el mismo filtro que a los argumentos de estrados en divorcios no amigables. Por lo que me cuentan, son procesos que ante el juez se inventa y exagera de todo para ganar simpatía, buscando ser favorecido con la mayor parte de los bienes y tiempo de custodia en disputa. Testigos cometen perjurio sobre existencia de amantes; con foto inocente se derivan conclusiones de video autofiltrado por la Kardashian; único correo con tenue doble sentido, presentado como colaboración habitual a Cartas al Editor de revista erótica; un altercado verbal intrascendente, prueba de abuso verbal incesante.
Los abogados, que se saben actores de un circo que conoce de memoria el juez, no se insultan entre ellos en los juicios o, en caso de hacerlo, saben que es parte del montaje que inmortalizó a Veneno y Relámpago en la lucha libre. Mejores amigos tan pronto acabe el show.
Reconocer que este es el ambiente del debate económico electoral ayuda a ser indulgente con exageraciones que provienen de ambos frentes: oposición y gobierno. Hay que reconocer que los políticos son más conscientes y tolerantes de esa situación, que los mismos practicantes de esa profesión liberal que busca ahora encadenar proyecto colegiación. En la campaña electoral pasada, por ejemplo, uno al que no le caben más condecoraciones académicas de universidades prestigiosas, casi pierde la voz pidiendo por radio una corrida de depósitos contra el banco comercial del gobierno. La campaña difamatoria contra entidad que representaba un tercio del sistema, acción que se sanciona entre tres y diez años de prisión, no provocó el retiro ni de una cuenta Ballenita y se dejó pasar por alto. “Son gajes del oficio, está haciendo su función, nosotros tendríamos alguien haciendo lo mismo, nos puede ayudar en el futuro, recordemos a Monseñor Meriño…" Profético.
Teniendo en cuenta esto, es posible comentar sin ofender sobre cosas exageradas de este tipo de audiencia pública de divorcio en que se busca recibir o mantener la custodia por cuatro años de la administración pública. Las visitas sorpresas no son un fracaso total, pero tampoco es fuerza impulsora del crecimiento económico. Es igual de osado no atribuir importancia al salario policial como señalar que es quintaesencia del problema inseguridad. Tan tremebundo es afirmar que la deuda pública no es problema, como afirmar que las finanzas del gobierno están ahora en esquema Ponzi. En el reciente documento del PRM se encuentran los extremos críticos en estos dos últimos temas.
Del “salario cebolla” del Raso Snowden, ya lo he hecho en entregas anteriores. Es una patética denuncia de Perogrullo, equiparada a revelación de secreto profesional para el bien social, que busca sustentar absurda idea del descubrimiento del salario policial filosofal. Antes del video de marras, en Salario de cajeros privados y servidores públicos planteo la irracionalidad de ese argumento y en otros he enfocado las causas de la ineficacia policial en el combate contra el crimen, que se va a reproducir a cualquier nivel de remuneración.
Estamos en modelo de seguridad rogada a un monopolio público que se ha dejado operar por décadas con independencia casi absoluta de la auditoría del poder político y la ciudadanía. Hoy, hace unos días, un fusilamiento a un civil no pasó reportado como otro rutinario enfrentamiento a tiros por la grabación que a escondidas hizo un testigo. Ayer, en primer mes de la nueva jefatura que empezó en agosto 2004, se asistió a la devolución masiva, pública y televisada por medios noticiosos, de decenas de vehículos reportados robados a sus legítimos dueños por parte de los oficiales del cuerpo de orden que los retenían para su uso. Hoy, y en cualquier fecha que escoja del ayer, encontrará cientos de jóvenes de los barrios marginados extorsionados o presos por policías que les colocan los gramos de drogas en los bolsillos que sustentan acusaciones de distribuidores o traficantes. ¿Cree alguien en su sano juicio que esto es un problema tan simple de resolver con aumento salarial? No. Es el perjurio, mentira piadosa o dolo bueno de que hay “segunda base” para que lo partan en la partición y con esperanza de que no habrá contrainterrogatorio que revele cabos sueltos o curiosidades como éstas dos.
La propuesta del PRM considera como exceso, y reduce para ahorrar, todo aumento en la cuenta de remuneraciones a empleados públicos civiles que supere el 120%, pero propone un 206.4% de aumento a los policías y militares. Intriga lo de querer aumentar más a los que llevan fusil y bota, pero no votan, que a los servidores públicos, sin armas que sí votan, en eventos que deciden votos no botas. Ese no encuentro donde enlazar. Ahora bien, en la escala del salario mítico que nos traerá seguridad suiza a 500 dólares por raso, también encontramos el sueldo que elimina el incentivo de la oficialidad de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a quedarse con el 5% de los gastos en las cuatro cuentas que el PRM identifica hay desviación de fondos, habitual y con impunidad, en todas las dependencias del gobierno. Se infiere entonces que la alta oficialidad que se estaría aprovechando de esa alegada situación de desvío de fondos, encontrará en la escala salarial entre 100 mil y 300 mil pesos mensuales (de teniente coronel a mayor general) remuneración que sobre compensa, en términos monetarios y satisfacción psíquica, el usufructo habitual de sumas multimillonarias. Este tampoco, pero vamos al Señor Ponzi.
Nuestro país es economía emergente con menos de nueve mil millones de dólares emitidos en un mercado global de bonos soberanos gigantesco. A pesar de ser jugador pequeño, se le hacen las mismas pruebas que a los grandes. Lo examinan calificadoras de riesgos, con sus propios expertos y metodologías, donde se auxilian de informes organismos multilaterales. Bancos de inversión, que se deben a sus clientes, conducen sus análisis propios o contratan a terceros para evaluar la calidad del riesgo, con visitas al país donde hacen escrutinio que luego comparan con economías similares. Los títulos soberanos del país forman parte de índices como el EMBI de JP Morgan, que tiene uno para nosotros donde diariamente se compara con la evolución del Global, todos los emergentes, y el Latam, los de América Latina.
Todos los días hay transacciones de estos bonos en mercados secundarios cuyos rendimientos diarios durante el último año se ven en el Portal de Crédito Público. Con esta información, para el periódico Acento.com preparo gráficos de la variación durante el último mes del rendimiento y el margen con bono del gobierno americano para cada uno de los soberanos que están en circulación. El fantasma del Señor Ponzi, que obliga a nuevo endeudamiento para pagar vencimiento corriente de intereses, no se ve por parte. Cuando esa situación existe en un país los mercados de capitales se cierran, el precio de los bonos se desploma y la prima a pagar de riesgo sobre bonos de referencia se multiplica. Que aparezca es una posibilidad que, de hecho, el mismo gobierno la acepta en la sección de riesgos del documento sobre los bonos soberanos que se presenta a los inversionistas. Pero de ahí a jurar que anda por aquí, que está a punto de darnos el susto y desplomar el mercado de títulos del gobierno aquí y en el extranjero es, como decíamos al principio, exageración entendible de agravios en pleito divorcio frente a magistrados informados. Así las cosas no son base para cuestionar el patrimonio intelectual de economistas que eso sustentan y se reconoce que se hace porque el objetivo es influenciar a millones de jueces menos especializados, en el veredicto que está fijado para mayo del 2016. Así que esto es un denunciar “ponzilasmoscas” se lo creen, con arraigo en el quehacer político-electoral, no en el académico. ¿O sí?