Es raro, verdad. Pero ciertamente la mayoría de los economistas coinciden en que el 2018 fue bueno desde el punto de vista económico. No así en lo institucional o en lo social donde aun falta casi todo por hacer. Desde la reforma profunda de un estado hipertrofiado, derrochador e infectado de mucha corrupción, hasta la relocalización de los gastos sociales, mayormente utilizado con fines proselitista.
Entre esas dos grandes debilidades estructurales están los bajos salarios que se pagan en el país, y que no se compadecen con el cacareado crecimiento económico del 7%, el mayor de América latina y el Caribe.
Pero ese crecimiento espectacular no frena la huida de dominicanos hacia la vecina isla de Puerto Rico, que vive una crisis de grandes proporciones en casi todos los sectores económicos.
La gente continúa yéndose en manada porque a pesar de su crisis en Puerto Rico se paga un salario 7 veces mayor que el nuestro.
Obviamente, los informes oficiales apenas hablan o no hablan del endeudamiento público, que explica en gran parte ese crecimiento con baja inflación y estricto control cambiario.
Pero así sucede en la mayoría de los países. Se destaca lo bueno y se esconde lo malo.
También el déficit fiscal cerrará probablemente por encima del estimado para el 2018. Según algunas fuentes oficiales este déficit rondaría el 2.4% del PIB, superando en 0.2% el programado.
Y este déficit, se suma a la deuda del presente año, junto a muchas cuentas por pagar del gobierno que no se pudieron honrar antes del 31 de diciembre pasado.
Este año se estima que el endeudamiento neto podría llegar a unos US$1.,447 millones elevando la deuda del SPNF a casi 43% del PIB y la del sector público consolidado a cerca del 57% del PIB a finales del 2019.
Mas del 43% de los ingresos tributarios del próximo año se usarán para pagar capital e intereses de esa deuda.
¿Hasta donde aguantaremos esa política de endeudamiento irresponsable? ¿Y será verdad que la deuda neta solo aumentará en US$1,447 millones en el 2019?
En un año electoral decisivo, donde los vientos reeleccionistas soplan como un huracán categoría 4, nada bueno podemos esperar porque las arcas públicas serán saqueadas para lograr EL DANILO VUELVE Y VUELVE contra viento y marea.
Ello implica que habrá que buscar mas dinero de donde sea, y China es la esperanza del gobierno para que fluyan esos recursos aumentando aún más la deuda pública de lo que tiene pensando el gobierno para el 2019. Los bonos serán cada vez más caros si las tasas de la Fed siguen aumentando, pero no será un obstáculo para excederse con nuevas emisiones no programadas.
Esta estrategia reeleccionista también disparará el déficit fiscal, cerrando el 2019 muy por encima del estimado para el año, que es una verdadera utopía (1.7% del PIB).
En fin, gocemos los resultados del 2018, pero cuidado con lo que viene porque la reelección nos hundirá en el caos político y afectará seriamente las finanzas públicas, con el consecuente deterioro del quehacer publico en todos los frentes.