La creación de productos y servicios usando el conocimiento, la creatividad y el capital intelectual como principales recursos productivos es un hecho que está modificando la economía.

Por ejemplo, un kilo de algodón cuesta un dólar en el mercado, pero ese mismo kilo procesado (textura y color) sube a un precio de 20 dólares, y cuando llega a la industria de la moda sube a 70 dólares.

Combinando tecnología, imaginación e inventiva, si el kilo de algodón inicial fuera cosechado con un color determinado a partir del pedido de la industria de la moda, ese mismo kilo a color sube a ocho dólares, con lo que se reducen procesos industriales y costos de hasta un 40%. Algo que ya fue alcanzado con el uso de nuevas tecnologías cuando se logró producir algodón azul.

El líder mundial del sector lo tiene China con 84 billones exportados en bienes y servicios, seguido de Estados Unidos y Alemania.

Es una verdadera lástima que el gobierno dominicano y la sociedad dominicana desperdicien capital intelectual, contenidos creativos y valor cultural en el comercio y la industria. Acciones en ese sentido coadyuvarían a la inclusión social de forma sustentable.

Cualquiera que sea el próximo gobernante de la nación tendrá que lidiar con este nuevo ingrediente de la competitividad en exportación.

Nuestros metales preciosos, como el ejemplo del algodón, pueden ser más provechosos en el combate de la pobreza.