“En política, nada vale tanto
y cuesta menos, como las
demostraciones de respeto y
consideración”.
Bolívar.-

Me niego rotundamente, muy a pesar de que escritores, intelectuales o “periodistas escritores” de buena o mala fe, pagados o no, informados o no, me obliguen a creer lo que en verdad, por buen raciocinio, sé que es incierto.

En verdad es duro vivir, cuando los políticos por un lado, el poder mediático por el otro, con nuestros “representantes” en el medio, nos quieren obligar a creer lo que a ellos les conviene o en toda cosa que a ellos les da la gana o les sale del forro de la cosa aquella hacernos creer, reitero, que ha todos estos intereses perversos, rotundamente, me niego a creerlos y mucho menos, aceptarlos supinamente.

Irritación es lo menos que me produce cuando los lobistas de ciertos y determinados consorcios o emporios empresariales, nos los quieren presentar como nuestros salvadores –comparándonos con el famoso Guacaraganix–, supuestamente,  porque las construcciones que han realizado constituyen un valioso aporte al “desarrollo nacional”.

Agregando además, que por su solvencia, han logrado financiamientos con organismos internacionales casi regalados… ¡mentiras!

“Que en diferentes labores subcontratan a empresas criollas”, ¡si! Pero, a qué precio. A estas empresas o ingenieros que no forman parte de la claque perteneciente al famoso anillo, solo le dieron las sobras, las cosas minutas para acallar cualquier reclamo de que los profesionales dominicanos no tenían participación en las mismas, llegando al descaro, de pagarles mucho menos del cincuenta por ciento, de los que ellos les cobraron al gobierno. Claro, que los contratistas nacionales que participaron con ellos y que ya por igual se

hicieron internacionales, a estos si, a estos les pagaban bien y más que bien.

Pero, el colmo de los colmos es alabar a estos negociantes por obras que no soportan la más mínima e irresponsable auditoría, y, como muestra, basta un botón: ¡La presa de Pinalito! Ese pocito de aguas turbias y estancadas, buena para nada o mejor dicho, para criar mosquitos, la cual tendremos que pagar con creces, los de ahora y los que vienen atrás, gracias al grupito perverso que salió de la miseria a la ostentosidad de la noche a la mañana y a la multinacional que, como dicen los campesinos “asegún” de unos “intelectuales y escritores” los aportes de esta multinacional constituyen la mejor credencial de una firma que además a fomentado programas sociales y deportivos. ¡Malaya sea!

Y hablamos solo de la Presa de Pinalito, porque esa la conocemos muy bien e inclusive los cambios vergonzosos que les hicieron a los planos originales incluyendo las famosas turbinas que iban a producir

un ensueño de vatios, mientras tanto, todo aquel que tenga dudas, que se apersone por Constanza y verifique por sus propios ojos el estado de abandono en que se encuentra la de por si inservible presa o en mejor termino, la infectada lagunita.

Mientras, parodiando una vieja canción, vamos a decir que no hay que llorar, hay que saber perder, lo mismo pierde un pueblo que los corruptos políticos. Reitero que estos que se han burlado de todo y de todos, no quieren ver ni conocer la historia, todo tiene su fin y por más seguros que se encuentren, más tarde o temprano, tendrán que responder por todos sus desmanes. ¡Sí, señor!