Se destaca, en el plano central, el cadalso, construido con un gusto rústico digno de la antigüedad. Sobre el cadalso, un artefacto sencillo, pero aterrador. Dos montantes, negros, unidos por un travesaño constituyen su esqueleto. Una polea sostiene en el aire una plancha de acero trapezoide, afilada de tal manera que, si la alineación fuese posible, sin duda cortaría una hebra en dos. Con el cuello reposando en el cepo de madera, el hombre esperaba constituirse en un ejemplo. La escena genera una excitación demoníaca.
Esta era la situación a Dominique Strauss-Kahn hasta el pasado viernes. Es un fenómeno interesante y merece ser analizado.
En los días subsiguientes al arresto de DSK, el pasado 14 de Mayo, el 57% de los franceses creían que DSK era inocente y que era víctima de un complot. Claro que esto no quedó así. Con la cobertura mediática del caso, los paños privados que le pusieron al sol, han contribuido a construir una imagen de hombre culpable antes de tiempo.
La gente dejó de pensar en los datos que hacían ruido en la investigación. Por ejemplo, que su caída en ese momento le convenía a mucha gente, tanto en la vida política francesa, como en el seno del FMI. Tampoco se pensó en la versión extraña de los hechos. Nos resulta extraño que la señora entrara y dijera que no sabía que la habitación estaba ocupada. Como si, cuando se aloja un personaje de importancia mundial, y que ocupa la Suite Presidencial en un importante hotel del centro de Nueva York, fuera difícil para el personal del hotel saber si el cliente se encuentra en la Suite o si salió. También resulta extraño el ataque feroz, sin calentamientos, que describe la Señora Nafissatou Diallo.
Que haya existido un intercambio sexual entre ambos no es noticia ni para la esposa de DSK. Es una debilidad bien conocida por el público galo y que era, aparentemente, ampliamente comentada en el medio político francés. Ahora bien, lo se discute no es eso, sino las condiciones de ese intercambio.
No sólo el pasado de la Sra. Diallo es dudoso, sino que su palabra a perdido credibilidad a los ojos del Fiscal de Nueva York a causa de mentiras repetidas, historias que cambian, etc. Esto pone en la mirilla al sistema americano que, si bien es ejemplar al dar el mismo valor a la palabra de una mucama de un hotel que a la palabra de uno de los hombres más poderosos del mundo, posee grandes sesgos. Cuando usted va a sacar de su avión a ese hombre de poder, posible candidato presidencial de un país desarrollado, como lo es Francia, y lo va a hacer pasar por "el camino de la vergüenza", trasnochado y esposado, creando una imagen de culpabilidad, cuando usted hace eso, repito, es mejor que usted esté seguro, que usted tenga pruebas irrefutables, de que ese hombre es culpable.
Los medios de comunicación, notablemente los americanos, han construido una imagen de culpabilidad que deja pocas opciones a sus consumidores. Siempre hemos sido de los escépticos. DSK ha tenido una carrera política brillante, con exitosas administraciones económicas en diversos organismos. Si se le encuentra inocente, ninguna indemnización le devolverá su mejor momento político.
La prensa amarilla ha hecho festín con el caso. Se nos ha invitado a pensar que DSK debe ser condenado y servir de ejemplo, sin antes saber si es culpable o no. Si bien es cierto que existen los abusos sexuales desde el poder, existe también el fenómeno contrario. El poder es seductor y puede atraer a las mujeres. Puede ser percibido como una vía rápida de acceso a la cima. Hay argumentos de ambas partes, pero, si la señora Diallo sigue dando datos contradictorios, y diciendo por teléfono como podría beneficiarle el caso, podría ser que haya finalmente presunción de inocencia en éste caso.
Hoy la suerte parece haber dado un giro para el galo. Hace unas semanas hablaba con un amigo francés sobre el caso DSK. Él lo daba, como muchos en Francia, por un muerto político ¿Puede haber un resurgir del ex-Dirigente del FMI? ¿Podría convertirse ahora en victima? La moraleja es que en política no hay muertos hasta que las cabezas no rueden.