Pudiera ser considerada la —por momentos— guerra fría entre Leonel Fernández y el presidente Danilo Medina como un “drama político” ya que ambos personajes son considerados como políticos y de hecho hace décadas que operan en el marco de leyes y procedimientos netamente políticos. Pero, la cuestión Danilo vs Leonel no es política, y lamentablemente, en sentido estricto Danilo y Leonel no son rigurosamente políticos en esa contienda. Este no es un escenario político, sino pre-político, a lo auténticamente político no hemos llegado aún.
Netamente lo que escenifican Danilo y Leonel es de lo más bizantino, o decimonónico y si se quiere añejo en el mundo hispanoamericano: se trata de dos caudillos disputándose el poder. Hace ya más de treinta años que estamos sumidos en este modo de pensar y actuar de nuestros supuestos políticos.
Para aquellos que tengan más de cuarenta años resultará familiar el recordar el famoso conflicto interno dentro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) escenificado entre Jacobo Majluta y el Dr. Peña Gómez. Ahora asistimos a una reproducción casi exacta de esa situación, solo que luego de treinta años y ya en otro siglo y milenio. Nuestro avance político, por tanto, ha sido poco más que nulo.
Los que tenemos algo más de 40 años en este momento éramos unos adolescentes cuando se escenificaba la trifulca monumental entre los sectores de Majluta y Peña Gómez en el hoy fenecido Partido Revolucionario Dominicano. Sin embargo, en ese momento Danilo y Leonel estaban en sus treinta años tempranos, ya con titulación universitaria y siendo activistas de una organización que se vendía a todos como “la diferencia” algo “distinto” a lo que hasta ahora conocíamos.
Y mirando al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) desde una perspectiva histórica, su evolución, inicios y cambios, solo podemos decir…qué pena: “nadar tanto para morir en la orilla” (dicho popular en el pueblo dominicano).
Y es que, el supuesto heredero del Dr. Balaguer, tanto en concepto de capital político, como en cuanto a estrategia, no se parece ser tal, me refiero a Leonel Fernández, al que voces ignorantes han señalado siempre como un político “maquiavélico”. Pero, en el ABC del credo de Maquiavelo está escrito: “El [Príncipe] que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina” y es innegable de que existe danilísmo en el poder hoy en día, porque Leonel Fernández, no solo abrió el paso para que la candidatura de Danilo se consolidara, sino que él mismo salió a hacer campaña a favor de Danilo.
En el año 2008, cuando, desde el gobierno, Leonel Fernández aplastó de tal manera a Medina que se le escuchó decir a este último, casi como un estertor final en la contienda, espetanto: “me venció el Estado”. Ese era el momento de eliminar completamente a Medina del mapa político, pero no, Leonel le dejó recuperarse desde un victimismo inicial hasta tener una corriente completa de cuadros del partido a su favor ya para 2011. Esto también es contrario al credo de Maquiavelo, que dice: “Ha de notarse, pues, que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse”. Sin embargo, Leonel Fernández, cual si fuese víctima de un hechizo, entregó todas las llaves y abrió los cofres de todos los cuchillos para que Danilo se vengara a placer, hasta ahora en los acólitos de Fernández, y a veces, indirectamente en Fernández mismo. Por esto, se puede llamar de todo al presidente Fernández, menos maquiavélico, pues actuó de manera opuesta a la del pensador de Florencia.
Lo que hoy se escenifica entre Leonel y Danilo es algo completamente primario, animal y primitivo. Es la lucha entre machos sementales de una misma manada por las hembras del grupo, por el territorio y por comandar la manada. Algo para lo cual no son necesarios estudios de teoría política profunda, sino el obedecer a instintos muy básicos y antiguos en la naturaleza de la mayor parte de las criaturas vivientes sobre la tierra, nada que ver con el nivel humano de pensamiento superior y altura de miras que vive en los grandes hombres.
Y así lo puede advertir cualquier especialista en estudios latinoamericanos, es lo mismo de siempre: la lucha entre caudillos que piensan que sólo ellos, y sólo por vía de ellos sus naciones alcanzarán el progreso.
Notas:
**Las citas de Maquiavelo son tomadas de su tratado político “El Príncipe”.