Luego de las regocijantes sorpresas internacionales causadas por el triunfo de López Obrador en las elecciones mejicanas y la participación de la pequeña y distante Croacia en la final de la Copa Mundial de fútbol celebrada en Rusia, aquí en República Dominicana la enseñanza superior ha experimentado en su centro de mayor antigüedad histórica dos grandes conmociones por la escogencia de dos damas en posiciones de máxima responsabilidad.

Se trata de la Dra. Emma – así con dos eme como la heroína francesa de Flaubert en su conocida novela “Madame Bovary” – Polanco elegida rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo siendo la primera mujer en alcanzar este cargo después de casi cinco siglos de masculina prevalencia, y de la Dra. Isa – con una ese – Medina escogida en primera vuelta como decana de la Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias (FAGROVET).

Había transcurrido alrededor de medio siglo desde que una veterinaria de formación ocupara esta cimera posición en la mencionada unidad académica, y su juramentación el pasado lunes 16 de julio significará, entre otras cosas, que estos nuevos tiempos por algunos considerados revueltos y por otros no, podrían por fin ser en realidad correctamente interpretados por esta joven facultativa intelectualmente muy esponjosa y avispada.

Ramonilla, diminutivo que en atención a la espigada y menuda figura que exhibía  cuando fue mi alumna a comienzos de los años ochenta de la pasada centuria,  por motivos que relataré más adelante presagiaba tener en la vida un risueño porvenir, sea en su ejercicio profesional, sea  como futura pareja de un hombre que apreciara sus cualidades o en el desempeño de una labor académica como en la que acaba de ser posesionada.

Desde aquellos lejanos tiempos en que la conocí me decía que quien en público se ríe como ella pocos problemas tendría en su existencia, ya que en la misma se trasparentaba un candor, una sencillez de espíritu infrecuente en los seres humanos.  Otro detalle en el cual reparaba en aquel entonces era en el timbre gutural de su voz cuya altura e intensidad tienen la cualidad de  no fastidiar a su interlocutor aunque ella se encuentre enojada.  Puedo testimoniar la musicalidad de su elocuencia.

Todos los expertos extranjeros que asesoran a las Universidades, Ministerios, centro de salud y otros organismos del país, advierten que los profesionales locales no acuden a las grandes ponencias y charlas magistrales provistos de una libreta ni tampoco toman notas.  En estas ocasiones la nueva decana tiene el hábito de registrar en su pequeña mascota sus personales reparos y observaciones que posteriormente constituirán la memoria de lo expuesto, siendo también un indicativo de su interés por el tema desarrollado.  Ella posee esta saludable costumbre.

Una de sus grandes virtudes, y en desacuerdo con la generalidad de sus compatriotas, consiste en escuchar, en prestarle respetuosa atención a quienes le hablan,  y durante el transcurso de su audición jamás se instala en su rostro esa displicencia, esa indiferencia que decepciona a quienes consideran estar informándoles de algo confidencial, comprometido.  Los que le confían asuntos de extrema urgencia o no,  se alejan con la seguridad de haber sido cortésmente atendidos.

Doctora Isa Medina

Son tantas las veces que he sido testigo presencial de lo anterior que no puedo olvidar la configuración de su cara en esos momentos: adquiere ésta una expresión de vulnerabilidad que conquista a su favor la buena voluntad de su interlocutor, y dependiendo de la importancia o gravedad de lo que escucha,  tiene la tendencia a mostrar unos ojos bien abiertos que no sé porqué me recuerdan los de la actríz Audrey Hepburn en el film “Desayuno con diamantes”.

Desde el punto de vista de su rendimiento estudiantil, a mi ex – alumna la recuerdo por  pertenecer a la clase media alta; por sus inquietudes en lograr el mayor provecho en lo que se involucraba; por sus vehemencia en ser la líder y guía sea de una protesta en Engombe o en la sede, sea de una reivindicación universitaria  o por una mejora en la calidad de la comida.  Desde luego, ella no necesitaba a los demás para destacarse,  pues como el sol,  brillaba con luz propia.

Lo anteriormente descrito no justificaría quizá su promoción hasta enseñorearse en el decanato de la facultad, pero permiten en cierta medida explicarse su éxito.  Han sido mas bien su curriculum, su hoja de servicios y trayectoria como egresada de  FAGROVET los elementos que han  sostenido sus aspiraciones y epifanía en la misma, al punto de que en el proceso electoral celebrado el pasado 20 de junio resultó escogida en primera vuelta para el cuatrienio 2018-2022.

Debutó en la docencia en el año 1988 como ayudante de profesor en la Cátedra de clínicas Médicas Veterinarias en la Escuela de Medicina Veterinaria de Engombe, experiencia inicial que le permitió conocer la intríngulis de las labores subyacentes a la enseñanza, la investigación  la extensión.  Las ayudantías profesorales otorgan el conocimiento de estas faenas preliminares que tan buenos resultados procuran para el posterior ejercicio magisterial.

Realizó estudios de postgrado en la misma Universidad obteniendo la Maestría en Enseñanza Superior, y con la categoría de profesora Adjunta ejerció la Coordinación de la Cátedra de Clínicas Veterinarias.  Sus discípulos la recuerdan, no solamente como una docente de probada formación y sorprendente didáctica sino también, como una enseñante de rutinas bien establecidas y originales disposiciones disciplinarias y de evaluación.

Fue Directora del Hospital Clínico Veterinario posición en la que adquirió las habilidades y destrezas de gran interés para el manejo administrativo de cualquier institución, facilitándole además la envidiable oportunidad de familiarizarse, tanto en animales mayores como en menores, con los diferentes procesos de la práctica quirúrgica, con la composición y espectro de acción de los modernos medicamentos, con la relevancia de la clínica como método terapéutico, en fin, con el ejercicio real y efectivo de su profesión de médico.

Doctora Isa Medina

Por ser reelegida en el 2008, desde 2005 hasta el 2011 ejerció las funciones de Directora de la Escuela de Medicina Veterinaria posición desde la cual implementó un programa de modernización y uso de recursos tecnológicos en aulas y laboratorios, concluyendo con el equipamiento y remozamiento del Hospital Clínico.  Durante ese sexenio se apropió de todo lo relativo a la contratación profesoral, programación de las asignaturas,   estudio y revisión del pensum y de las estrategias para el reforzamiento y relanzamiento de la carrera.

Por si esta hoja de servicios no bastara para aspirar al decanato de la facultad, es escogida como vicedecana de la FAGROVET para el período 2014-2018 fomentando desde esta posición la actualización y afianzamiento de las diferentes Escuelas. No satisfecha quizás con el background acumulado, a principios de este año finaliza en la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid, España,  un programa especial de Máster Internacional en Gestión Universitaria (MIGU).

Con todo este bagaje curricular a cuestas acrecentado con cursos de entrenamiento en Nicaragua, Cuba y otros países; de reconocimientos dispensados por instituciones núcleos y agrupaciones diversas y asumido posiciones de relieve en el Colegio Médico Veterinario (COLVET) y en la Asociación de Egresados de la Facultad  (ASEFACAVU), para muchos no resultó una sorpresa que llegara  hasta el decanato por reunir condiciones más que suficientes para desempeñar esa prestigiosa posición.

Al ser la UASD una institución “sui generis” cuyas máximas autoridades por tradición priorizan el clientelismo político en desmedro de la excelencia académica, se equivocan quienes piensan que bajo estas nuevas funcionarias su modus operandi continuará siendo fiel a la famosa frase del escritor italiano Giuseppe di Lampedusa cuando dijo en su obra “El gatopardo” aquello de “que todo cambie para que todo siga igual”. Quien escuchó el discurso de juramentación de la nueva rectora saben  que soplarán otros vientos.

Con Isa en Engombe los escépticos, los inmovilistas, en definitiva, quienes ignoran aun las toneladas de carisma y los furgones de optimismo que distinguen a esta joven y revolucionaria decana, se asombrarán y espantarán cuando su breve eslogan electoral “por una Universidad moderna con un equipo capaz y comprometido “ comience su andadura  a nivel docente y administrativo suscitando la admiración y respaldo de la sede central, centros regionales  y el pueblo en general.