Murió en la ciudad de Santiago de los Caballeros el viernes 5 de enero del año 2007, donde había nacido, el connotado y reconocido abogado y hombre probo doctor Víctor E. Almonte Jiménez, a la edad de 85 años. Su cadáver fue trasladado, velado y enterrado al día siguiente en el cementerio municipal de la ciudad de Puerto Plata.
El doctor Víctor Emilio Almonte Jiménez, era el profesional del Derecho con más años de ejercicio de la abogacía en la provincia de Puerto Plata, 62 años, ocupando la posición de decano.
Varios hechos aceleraron la desaparición física del Dr. Almonte Jiménez, pero dos fueron las principales causas: la primera, la muerte de su adorada e inseparable esposa doña Gloria Díaz Acosta de Almonte (llevaban más de cincuenta años de vida matrimonial); y la segunda, el fallecimiento de Clarivel Rodríguez Díaz (permaneció treinta y tres años a su lado, siendo su confidente y secretaria).
El nombre del Dr. Víctor E. Almonte Jiménez deberá de figurar al lado de éstos connotados abogados y juristas sobresalientes puertoplateños, como son: Lic. Lorenzo Fenelón Prud Homme, Lic. Carlos Tomás Nouel, Lic. Emilio Prud Homme, Lic. Ildefonso Mella Brea, Lic. José María Nouel, Lic. Wenceslao Quezada, Lic. Francisco J. Peynado, Lic. Fidelio Despradel, Lic. Rafael C. Castellanos, Lic. Armando Rodríguez Victoria, Abigaíl Montás, Lic. Amiro Pérez Torres, Lic. Pedro Germán Ornes S., Lic. Leopoldo Reyes hijo, Lic. Hilton Nataniel Miller.
También, cabe destacar: Lic. Henry Enmanuel Ashton, Lic. León Herrera Núñez, los hermanos Lic. Arturo y Lic. Felipe Santiago Gómez, Lic. M. Justiniano Martínez, Lic. Luís Durán de la Concha, Dr. Mario Estrada Martínez, Dr. Carlos Grisolía Poloney, Dr. Sebastián Rodríguez Lora, Dr. Agustín González Estévez, Dr. Narciso Llibre Quintana, Dr. Luís Eugenio Senior, Dr. Carlos Manuel Finke González (a) Ney, Dr. Heriberto de la Cruz Veloz (a) Eddy, Dr. Félix Ramón Castillo Plácido, Dr. Manuel María Muñiz Hernández, Dr. Pablo Juan Brugal Muñoz, Licda. Carmen Francelina Dorville Santa Ana, Dr. Cliford Leandro Grant Martínez, y otros tantos.
Estudió en la Universidad de Santo Domingo (hoy Autónoma), habiendo obtenido la calificación de muy bueno en el 80 % de los exámenes en dicha institución académica. Presentando la tesis de grado intitulada: “La Retroventa como contrato pignoraticio y elemento de usura”, la cual fue publicada por dicha Universidad y se graduó el 28 de octubre de 1944, teniendo entre sus profesores al Lic. Joaquín Balaguer, Lic. Arturo Logroño, Lic. Leoncio Ramos, Lic. J. H. Ducoudray, Lic. Froilan Tavárez hijo, Dr. Pedro Rosell, Dr. Gustavo A. Mejía Ricart, Dr. Constancio Bernardo del Quiroz, Lic. José A. Bonilla Artiles, Lic. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha y otros tantos..
Su nombre completo era: Víctor Emilio Alejandro Benedicto Almonte Jiménez.
Víctor Emilio Almonte Jiménez nació en la ciudad de Santiago de los Caballeros, el 5 de abril de 1921, hijo legítimo de los señores Pedro Ramón Almonte Jiménez (nació Santiago el 29 de junio de 1893, hijo de Emilio Almonte y de Mercedes Jiménez de Almonte. Era representante de casas comerciales. Murió en Santo Domingo el 18 de octubre de 1971) y de la reconocida profesora y poetisa Ana Isabel Jiménez Rondón (nació en Puerto Plata el 30 de junio de 1890, hija de José Alejandro Jiménez Western y Leocadia Rondón de Jiménez. Murió allí el 29 de junio de 1961).
Dicho matrimonio, además, procreó seis hijos más, que fueron: Aura Mercedes (fallecida), Pedro Claudio (muerto), Emilio, Fernando (muerto), Francisco José, y Alma Almonte Jiménez.
Realizó en Santiago sus estudios primarios y los dos primeros años de bachillerato en la Escuela Normal de Santiago, dirigida por el Prof. José Antonio Hungría. El tercero y cuarto en la ciudad de Santo Domingo, en la Escuela Normal Mixta, bajo la dirección del Prof. Martí. Entre sus profesores tuvo al Dr. Onefre Marmolejos, Andrés Avelino, Abigail Mejía y Amelia Aybar. Se recibió de Bachiller en Filosofía y Letras, en julio de 1939.
Se inscribió en la Facultad de Derecho de la entonces Universidad de Santo Domingo, recibiéndose de doctor en Derecho el 28 de octubre de 1944.
Ya hecho un profesional el doctor Víctor Almonte Jiménez, se dirigió a la ciudad de Puerto Plata donde había nacido su madre Ana Isabel Jiménez. Allí instaló su oficina de abogados junto al Dr. Mario Estrada Martínez, en la calle Generalísimo Trujillo No. 62 (hoy Beller esquina Padre Castellanos, donde funciona la Tienda de tejidos de José Jacobo), el 5 de marzo de 1945. Dirigió su Bufete de Abogados y Notarios Dr. Almonte y Jiménez.
El 28 de mayo de 1946 se inició en la masonería a través de la Logia Restauración No. 11, de Puerto Plata. Miembro destacado obfélico de la Logia Luz Dominicana y Club Rotario de Puerto Plata y presidente del mismo. Así como también, miembro del Club del Comercio y Puerto Plata Tennis Club, Seccional del Colegio de Abogados de Puerto Plata, ADOMA, etc.
Al año de estar ejerciendo su profesión de abogado el Dr. Almonte Jiménez fue nombrado como Juez de Paz del Municipio de Puerto Plata, en 1946. A partir del siguiente año ocupó las posiciones de: Abogado Consultor Jurídico de los Ferrocarriles Unidos Dominicanos, en 1947; Delegado de la División de Protocolo de la Secretaria de Estado de relaciones Exteriores en Puerto Plata, en 1948; Regidor del Honorable Ayuntamiento del Municipio de Puerto Plata, en 1949; Diputado al Congreso por la Provincia de Puerto Plata, en 1961, en tales funciones fue Miembro de la Comisión Bicameral que rindió su opinión a la Asamblea Nacional, en la reforma constitucional de finales de diciembre, por medio de la cual se creó el Consejo de Estado; Delegado Patronal de la delegación dominicana a la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en mayo de 1972 en Ginebra, Suiza.
Le sirvió a la dictadura de Trujillo desde diferentes posiciones, pero salió de la misma con la frente muy en altos.
El Dr. Víctor Almonte Jiménez nunca se alejó de su oficina de abogados y Notarios. Fue un profesional del Derecho de los pies a la cabeza. Era un hombre que estaba al tanto de las últimas novedades en libros, revistas, doctrinas, jurisprudencias, etc. Un gran amante de la lectura. Se le consideró como un intelectual de fuste.
Aunque no nació y se crió en Puerto Plata, pero se consideraba un auténtico hijo de la tierra del General Gregorio Luperón y de Ricardo Limardo. Contribuyó al desarrollo de Puerto Plata y, por ende, del país desde los diferentes cargos y puestos que ocupó en su larga carrera. Fue miembro sustituto del Presidente de la Junta Central Electoral en 1986.
En 1972 fue nombrado Miembro de Recuperación de Tierras Arroceras hasta el año 1973.
En su calidad de Miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo, nombrado en 1974, gestionó las obras nuevas de ampliación del Puerto, construcción de un espigón y dragado del mismo en Puerto Plata.
En las elecciones del 16 de mayo de 1974, salió electo Sanador de la República, postulado por el Partido Reformista y desde allí sometió diversos proyectos de leyes aprobados, entre ellos: la Ley No 155 que prohíbe la compra y venta de las tierras repartidas por el Instituto Agrario Dominicano, así como la ley que hace obligatorio el servicio de abogado en las sucursales bancarias de la República. También diligenció y obtuvo junto con otros prestantes ciudadanos puertoplateños que el Gobierno Central construyera el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón, de Puerto Plata; como miembro de la Comisión ad—hoc, compuesta, además, del Dr. Osvaldo Brugal L., don Ceferino Galán e Ing. Frank Díaz, para escoger el sitio para el levantamiento del mismo.
El dinero que devengó como Senador de la República se lo obsequió a diferentes instituciones sin fines de lucros de la ciudad de Puerto Plata.
Fue un viajero asiduo, en viajes de negocios y observación. Visitó tres veces Europa, conociendo España, Francia, Suiza, Austria, Alemania, Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica e Italia. En las Antillas: Aruba, Curazo, Margarita, Martinica, Guadalupe, Santa Cruz, Saint Thomas, Puerto Rico, Haití. En América del Norte: México y los Estados Unidos de América, habiendo viajado también a Haiwa, Japón, Taipei y Hong Kong.
El doctor Almonte Jiménez prestó servicio como Notario Público de los del número del Municipio de Puerto Plata en forma ininterrumpida desde el 28 de agosto de 1962 hasta el día de su muerte. Poseedor de un buen archivo notarial y bien organizado.
Tuvo a su lado una eficiente secretaria por más de treinta y tres años, ida a destiempo, señora Amancia Clarivel Rodríguez Díaz (1954—2006). En el año 1973 entró a trabajar Rodríguez Díaz como secretaria del doctor Víctor Almonte Jiménez. En esa Oficina de abogados y notarios se ganó el cariño y la admiración de su fundador y propietario. Se convirtió en la mano de derecha de éste. Aunque no era abogada, pero adquirió conocimientos empíricos de Derecho. Fue una excelente y extraordinaria secretaria. Supo mantener discreción y puntualidad en sus deberes como tal. Ayudó y orientó a los jóvenes abogados que fueron acogidos en la Oficina de Abogados del Dr. Almonte Jiménez. Siempre estaba presta a brindar la información deseada. Les ofreció amabilidad, cortesía y atención a los clientes que acudían a la oficina en busca de asesoría legal.
El Dr. Almonte Jiménez era Abogado Consultor del Consorcio de Empresas de la Brugal & Co. C. por A.; asimismo le prestó servicios igualados a las empresas: Francisco García, C. por A.; Unión San Francisco, C. por A.; García & Mejía, S. A.; Victoria Resorte, S. A.; Munné & Co. , C. por A.; Corporación de la Zona Franca Industrial de Puerto Plata; Asociación Norteña de Ahorro y Préstamos para la Vivienda; Banco del Progreso Dominicano; Banco del Comercio Dominicano; Wackenhut Dominicana, S. A.; Fábrica Nacional de Fósforos, S. A. y/o Fosforera del Atlántico. En más de cuarenta años constituyó 300 compañías por acciones, a las cuales les prestaba asesoramiento basándose en consultas. Fundador de la Corporación de Zona Franca Industrial, de la cual era Asesor Legal.
Fue Asesor Jurídico y Miembro de la Junta de Directores de la Asociación Norteña de Ahorros y Préstamos para la Vivienda, desde su fundación el 23 de marzo de 1963, en la calle Beller No. 5, en compañía de don Juan Brugal Pérez, Presidente; don Luís Ariza Julia, Luís Arzeno Heinsen, Vicepresidentes; don Natalio Redondo, don Antonio Oliva, don Plácido Brugal Pérez, don Andrés Bournigal Núñez y don Ceferino Galán Rodríguez, sus primeros directores. Su primer Director—Gerente, en los primeros tres meses lo fue su hermano el doctor Francisco Almonte Jiménez y lo sustituyó don Hugo de Jesús González López, que aún hoy en día continúa al frente de esa institución bancaria.
En sus más de 62 años de ejercicio profesional de la abogacía trabajó en materias: Penal, Civil y Comercial, dedicándose en los últimos años, exclusivamente, a los asuntos Civiles y Comerciales y la notaría, y, así, como el asesoramiento de corporaciones.
Su oficina de Abogados acogió a muchos abogados, hoy profesionales brillantes, como fueron: Dr. Francisco Almonte Jiménez, Dr. Félix Ramón Castillo Plácido (fallecido), Dr. Agustín González Estévez (fallecido), Dr. Heriberto de la Cruz Veloz (a) Eddy, Lic. Renso Herrera Franco, Lic. Emilio Almonte Nicolás, Dr. Domingo Artiles Minor, Lic. Félix Ramos, Lic. Félix Álvarez, Licda. Nayara Suárez, Lic. Maireni Burgos de la Rosa, Lic. Armando Canahuate Rodríguez, Lic. Elisiel Gómez, Dr. Stevis Pérez González, éste último se convirtió en su mano derecha en los últimos años.
Por muchos años el señor Martín Milián (a) Canao fue su chofer.
El doctor Almonte Jiménez disfrutó por completo la vida. Era un profesional realizado. Un intelectual en todo el sentido de la palabra. Gran conocedor de la historia dominicana y universal. Fue un brillante orador forense y de fácil palabra. Un gran conversador y ameno contertuliano. No publicó ningún libro. De una prosa amena y limpia. Era un conocedor profundo de los clásicos franceses y españoles. Hombre de una amplia cultura, adquirida a través de sus lecturas y viajes por el mundo.
Sus escritos de Derecho de defensa eran piezas antológicas y bien ponderadas, dignas de ser recopiladas en un tomo.
Es una pena que no se dedicara a las letras, como oficio. Pues tenía todas las condiciones dadas para ser un magnífico escritor.
Tenía una familia formada por dos hijos: Álvaro Alejandro y Víctor Pedro José Jiménez Díaz, procreados con su esposa doña Gloria María Díaz Acosta de Almonte (nació en la ciudad de San Francisco de Macorís el 9 de diciembre de 1925, hija de los señores: don Juan Díaz y de doña Maria Clemencia Acosta de Díaz. Murió en la ciudad de Puerto Plata, el sábado 23 de abril del año 2006).
Llevaba más de cincuenta años de casada con el connotado abogado e intelectual puertoplateño, doctor Víctor Emilio Almonte Jiménez.
La existencia entre estos dos esposos estuvo estrechamente vinculada y sus trayectorias por esta vida se tienen que asimilar en una misma dirección.
Mujer dada a hacer amistades. Madre ejemplar, esposa abnegada y amiga de las amigas (os).
Cuando arribó a esta ciudad de Puerto Plata, sus cualidades fueron puestas de manifiesto; se asimiló al ambiente, siendo considerada una “Embajadora de buena voluntad” de su pueblo que trajo como misión unir a ambas ciudades con los lazos indisolubles.
Doña Gloria Díaz de Jiménez, adornaba una gran conducta propia de las grandes señoras, de las damas antiguas en el hogar y en las calles imponía respeto, consideración y admiración de todo cuanto la trataron, reencarnación de las matronas romanas.
Cabe destacar a los dos servicios domésticos: Silveria Mathier (quien lleva más de cuarenta años) y Francisca Santana (con veinticinco años), ambas de muchas confianzas y estimaciones en la familia Almonte—Díaz.
El doctor Almonte Jiménez recibió reconocimientos y homenajes por sus prendas morales, profesionales e intelectuales. Condecorado con la Orden de la Estrella Brillante, de China Nacionalista. Colegio de Abogados de la República Dominicana, Seccional de Puerto Plata, le hizo un gran reconocimiento al cumplir cincuenta años de haberse graduado de abogado en 1994. También cuando cumplió sesenta años (2004) de haberse graduado un grupo de profesionales del Derecho y amigos empresarios, encabezado por don Isidro García Mercedes les tributaron un cálido homenaje.
Tuvo varios amigos, como fueron: Dr. Osvaldo Brugal Limardo, don Hugo de Jesús González López, Dr. Artagnan Pérez Méndez, don Isidro García Mercedes, don Luís Arturo Pelegrín, Dr. Carlos Manuel Finke G., y otros tantos.
El doctor Víctor Almonte Jiménez, fue un ejemplo a seguir en este mundo de hoy, tan convulsionados y, más, ese afán de lucro y de riqueza de ciertos abogados de manera ilícita.
Participó en la tertulia literaria que se celebraba en el Restaurante Long Beach, propiedad de Luís Arturo Pelegrín, en compañía del Dr. Sebastián Rodríguez Lora, Dr. Mario Estrada Martínez, Dr. Ángel Gómez Torres, Dr. Carlos Grisolía Poloney, Dr. Gabriel Imbert Pimentel (a) Chú, Don Juan Dottín Otero, Dr. Otto Rafael Bournigal, Dr. Carlos Manuel Finke, Dr. José Augusto Puig Ortiz, Dr. Narciso Llibre Quintana, don Luís Segundo Ginebra H. (a) Lulú, Dr. Manuel de Jesús Ricardo M., y otros tantos.
Dictó conferencias y charlas sobre Derecho e Historia, así como sobre productos derivados de la caña, especialmente el ron. Hablaba y escribía: inglés y francés.
Fue un visitante permanente al negocio “La Casa de doña Cuca”, regenteado por su comadre y amiga doña Trinidad de la Cruz (1913—2003), mejor conocida como doña Cuca, que fue un sitio de encuentros bohémicos y pláticas entre amigos. Allí concurrían los más connotados profesionales, comerciantes, cantantes, músicos y personas adineradas y ricas de Puerto Plata y las demás provincias del país y del extranjero.
Era asiduo visitante a la tertulia literario—histórica que se celebraba en El Cupey, Puerto Plata, en casa del reconocido médico—cirujano, masón y altruista puertoplateño, doctor Umbert Hart Messón, todos los sábados, en compañía de los contertulios: Lic. Rómulo Antonio Briceño Suero, Lic. Juan Bautista Cambero Molina, José Joaquín Redondo Gómez, Dr. Carlos Manuel Finke González, doña Luisa Schoewerer, Alexandra Hart Pichardo de Briceño (a) Sandra, Dr. Umbert Hart M., doña Hilda Pichardo de Hart, Prof. Rommel Cruz, Elizabeth Hart Pichardo y su esposo, Licda. Blasina Peña Tavárez de Ventura, Dr. Juan Ventura, General Luis Rivera Jiménez, Dr. Rafael Cantizano, Rafael Alberto Brugal Paiewonsky (fallecido) y otros. En la misma se conversaba sobre temas históricos y literarios, mediando la plática entre las bebidas y las comidas suculentas, cocinadas por los gourmets Briceño Suero y Cambero Molina, verdaderos expertos culinarios. Dicha tertulia, también era celebrada en la Sabana del Corozo, El Cupey, en la casa campestre de la finca del hacendado y empresario, doctor Osvaldo Andrés Brugal Limardo. Ahí participaban, de los de arribas mencionados, además: Brugal Limardo, Dr. Víctor Almonte Jiménez, don Amaral Morales, Ramón Rodríguez, Dr. Wady José Musa Valerio, Dr. Radhamés Flang, Dr. Juan Francisco Payero Brisso, Lic. José María Padilla, Félix Rodríguez Tolentino, y otros. Siempre asistían invitados especiales, como: el historiador y escritor, Dr. Frank Moya Pons; el intelectual y lingüista, Dr. Diógenes Céspedes; la socióloga y profesora, Dra. Ramonina Brea de Céspedes, y otros tantos.
En los últimos tiempos era un asiduo visitante del Restaurante Tato, regenteado por el señor Rafael de Jesús del Valle Romero (a) Tato, ubicado en la avenida Circunvalación general Gregorio Luperón (Malecón) de Puerto Plata, muy concurridos por parroquianos puertoplateños de diferentes estratos sociales.
El doctor Almonte Jiménez adquirió una sólida cultura jurídica en sus sesenta y dos años de ejercicio profesional de la abogacía y la notaría. Siempre fue un innovador en el Derecho y la notaría. Un enemigo acérrimo de la rutina.
Fue el doctor Víctor E. Almonte Jiménez, uno de los abogados más brillantes de los últimos cincuenta años en la provincia de Puerto Plata.
El doctor Víctor E. Almonte Jiménez, fue un gran triunfador en todo el sentido de la palabra. Vivió su vida plácidamente.