Después del ajusticiamiento del dictador dominicano en 1961, la ley que lo declaró traidor a la Patria fue derogada mediante la ley No. 5683, de Amnistía General, de fecha 28 de noviembre de 1961.

El Ayuntamiento de Puerto Plata, anuló la Resolución declarándolo: “Hijo no grato de Puerto Plata, después del ajusticiamiento de Trujillo, en 1961.

Chanito, regresó en 1964 al país por unos días a Puerto Plata y compartió con familiares y amigos.

Ofreció una larga entrevista a la revista Ahora, sobre los hechos acaecidos en Haití, en que se vio involucrado y motivó su largo de exilio de casi cuatro décadas.

Regresó de nuevo a Estados Unidos de América y allí continuó sus actividades en la Universidad de Harvard.

Fue Asesor del presidente de los Estados Unidos de América, Richard Nixon por varios años (1968—1973).

A mitad de la década de los 70, decidió establecerse definitivamente en Puerto Plata, después de haber vivido la mayor parte de su vida adulta, por casi cuatro décadas, en estado expatriado de su país.

Participaba en la tertulia literaria que se celebraba en Long Beach, propiedad de Luis Arturo Pelegrín. (36)

Estando en Puerto Plata y con la colaboración de un grupo de luchadores por la cultura, fundaron la Corporación Centro Cultural y Desarrollo de Puerto Plata, creado en 1977:

“para promover el resurgimiento de la cultura –pedagogía y justicia—de la muy noble y leal ciudad que en sus buenos tiempos fue culta entre las cultas”.

Presidiendo la misma el Dr. Rodríguez Lora. Entre sus miembros, estuvieron, además: Andrés Brugal Mateos, Hugo de Jesús González López, Ramón Rodríguez y otros.

Desde esa institución luchó para que el aeropuerto internacional que se construía en ese entonces en Puerto Plata, se le diera el nombre de Francisco José Peynado, connotado jurista, escritor y Padre de la Tercera República. No logró tal propósito.

A través de esa organización ofreció charlas y conferencias. Pronunció una, sobre el Quinto Centenario del Descubrimiento de América, enjundiosa y digna de que aparezca impresa.

Luchó y logró que se publicarán, la segunda edición de “Risas y lágrimas” de Virginia Elena Ortea y la obra inédita del Maestro José Dubeau Bremont, (37) intitulada Procederes. Guía para Maestros, que fueron puestos en circulación en un acto en los salones del Club del Comercio, de Puerto Plata, la noche del sábado 1 de abril de 1978, con un vibrante discurso del doctor Sebastián Rodríguez Lora. Dicho Comité en el rescate de esos dos libros, estuvo además, compuestas: Don Andrés Brugal Mateos, Tesorero, Don Hugo González López, Secretario y miembros: Ramón Rodríguez y José Lora Reyes. Ambos libros, aparecen con prólogo del doctor Rodríguez Lora.

Comenzó a publicar a través del periódico matutino Listín Diario, en el mes de diciembre de1977, sus estampas. El doctor Rodríguez Lora ha explicado él por qué escribió de su gente. Veámoslo:

“Como escribí una vez, yo tengo una vieja deuda imprescriptible con mi pueblo, que se cuenta en casi cuatro décadas de ausencia. Siempre había albergado en el alma el deseo de sentarme, como en un banquillo de acusado, y contarle –confesarle más bien—a mi pueblo lo que han sido mis largos años  de expatriado, en unas páginas que pensaba titular reminiscencias del exilio. Una reflexión honrada me disuadía: yo soy apenas uno de los del montón de mi pueblo, no tengo nada singular que decir sobre mí mismo, y sobre todo no creo que a nadie, fuera de un minúsculo grupo de íntimos que la muerte ha ido diezmando hasta el hueso, le interesa escuchar el relato baladí de mi vida fuera de Puerto Plata.

“Y encontré una alternativa feliz. En vez de hablar de mí, escribiría sobre mi gente. Sobre los que ya no son de este mundo, los idos, los olvidados, para que vuelvan a vivir en el recuerdo, y sobre los vivos, para que no mueran por completo. Decidí escribir una serie de estampas de mi pueblo, que aparecieron casi todas en el Listín Diario, gracias a la hospitalidad que les brindó su director, mi generoso amigo banilejo don Rafael Herrera, y que ahora, para darles permanencia, se recogen en este libro, llamándolo así no por sus méritos de tal, sino porque sus caracteres extrínsecos—ser páginas impresas agrupadas en un volumen  encuadernado—permiten llamarlo así”. (38)

El doctor Sebastián Rodríguez Lora sin darse cuenta, al escribir la mayoría de las estampas que aparecen en su libro de marras, nos ha dejado también parte narrada de su vida y existencia en su pueblo de Puerto Plata.

Notas

36. En compañía del doctor Víctor Almonte Jiménez, Dr. Mario Estrada Martínez, Dr. Ángel Gómez Torres, Dr. Carlos Grisolía Poloney, Dr. Gabriel Imbert Pimentel (a) Chú, Don Juan Dottín Otero, Dr. Otto Bournigal, Dr. Carlos Manuel Finke G., Dr. José Augusto Puig Ortiz, Dr. Narciso Libre Quintana, don Luis Segundo Ginebra H. (a) Lulú, Dr. Manuel de Jesús Ricardo, y otros tantos.

37. De quien fuera discípulo.

38. Sebastián Rodríguez Lora. Estampas de mi pueblo, tercera edición, aumentada. Santo Domingo, Alfa y Omega, 1992, página 9.