La biografía más entera y autorizada que se pueda escribir del fenecido doctor Sebastián Rodríguez Lora está en su libro Estampas de mi pueblo.
En las luchas contra la tiranía de Trujillo en el exilio, fueron muchos los dominicanos que combatieron aquel régimen oprobioso y sanguinario, que se mantuvo en el poder durante treinta y un años, convirtiéndose en la dictadura sin ejemplo, como la calificó el profesor Juan Bosch, (1)
Puerto Plata tiene su rol en la historia de las luchas en contra de la tiranía de Trujillo, con su activa oposición a través de Frente Interno en la expedición de Luperón (1949) y las expediciones de Constanza, Maimón y Estero Hondo (1959). Fueron muchos los puertoplateños (2) que se integraron a luchar en contra de la dictadura de Trujillo en el país y así como también en el exilio. (3)
El doctor Rodríguez Lora, después de haberle servido a la dictadura de Trujillo por algunos años en cargos judiciales, escribiendo artículos, pronunciando conferencias y en cargos diplomáticos, le renunció y se quedó en el exilio viviendo.
El connotado jurista y galeno puertoplateño dijo sobre su servicio prestado a la dictadura de Trujillo, lo siguiente: “Como yo, como todos los dominicanos de entonces, Payo lleva por dentro el inri incómodo de servicio al régimen del treintenio. Para sobrevivir, todos servimos, o diciéndolo con mayor propiedad, todos permitimos que el régimen se sirviera de nosotros libérrimamente. Fue un caso insólito de total unanimidad en el funcionamiento del instinto de conservación, antídoto del heroísmo y, sobre todo, de la elegancia. Todos sucumbimos, y aunque el pecado fuera colectivo, todos conservamos, in saldada de por siempre, nuestra individual porción de culpabilidad. Todos, al unísono, tenemos que decir: mea culpa”. (4)
Publicó dos libros: 1) Estampas de mi pueblo, y 2) Precursores de la medicina en América;
y, así como también, un opúsculo: “Una Revolución en Marcha”, con estos se consagró como un extraordinario y connotado hombre de letras.
Sus inquietudes literarias e intelectuales la vertía a través de los periódicos: Listín Diario; La Nación; El Caribe, de Santo Domingo; El Porvenir, de Puerto Plata; Boletín de Noticias, de Puerto Plata; El Progreso, de La Vega, etc.
De una prosa limpia y bien trabajada. Con sus dos libros y un opúsculo publicados entró a la bibliografía dominicana, siendo alabado favorablemente por la crítica. Los mismos lo han consagrado como un ensayista y biógrafo de primer orden en el país.
En las letras nacionales se consagró como un fino escritor del idioma de Cervantes.
Fue un excelente músico. Aprendió a tocar el piano. Formó parte de varios conjuntos musicales puertoplateños en sus años juveniles.
También escribió y publicó versos, artículos periodísticos y ensayos en la prensa local y nacional.
El 11 de noviembre de 1938, publicó en el periódico El Porvenir (5) dos versos intitulados: “Como yo te quería”, dedicado a su hijita Luz Emilia, al cumplir sus cincos años. Y otro: “El verso que me pides…”. (6)
En su juventud fue un bohemio. Llevó muchas serenatas por los distintos sectores puertoplateños. En sus años mozos, junto a Manuel Plá Cocco (1910—1989) (7) llevaban serenatas a las encantadoras y hermosas jóvenes puertoplateñas en sus respectivos hogares en horas nocturnas, bajo el encanto de esa guitarra, el piano y un armonio que le prestaba Mister Lesley Meckus.
Notas
1. Trujillo: causas de una dictadura sin ejemplo. Caracas, Venezuela. Edición Librería Las Novedades, 1958
2. Los principales líderes fueron Fernando Spignolio y Fernando Súarez, quienes fueron asesinados por la dictadura de Trujillo.
3. El primero asesinado en el primer año de la Era de Trujillo, en Sosúa, Puerto Plata, lo fue el agricultor José Joaquín Pelegrín (a) Culula. Véase Rufino Martínez. Hombres dominicanos: Rafael Leonidas Trujillo, tomo III. Santo Domingo, Editora del Caribe, 1965, página 45). En otras regiones del país se habían asesinados a dominicanos, como fue el de San José de las Matas con la muerte de Virgilio Martínez Reyna y su esposa doña Altagracia Almánzar de Martínez, estaba embarazada.
4. Los puertoplateños tuvieron una participación de primer orden en esos años. En la trinchera del honor estuvieron: Luis Ortiz Arzeno, los hermanos Fernando y José Antonio Spignolio Mena (a) Cuco, Fernando Suárez, Dr. José Ramón Kingsley, Miguel Ángel Feliú Arzeno (a) Miguelucho, Vicente Mario Gómez Montan (a) Altamira, José Andrés Rolán Pérez, Dr. Diego Halley Loinaz Garrido, Dr. Sebastián Rodríguez Lora, los hermanos Dr. Bolívar e Ing. Hugo José Kunhardt G., los hermanos Dr. Diego y Comandante Luis Manuel Bordas Hernández (a) Manolo, Máximo Rui Franco, Omar Brox, Carlos Mena Aristy, Vinicio Domínguez de la Mota, Sergio del Toro, Dr. Carlos José Jiménez Mesón (a) Checa, César Moliné, Luis Ortiz Arzeno, los hermanos Dr. Germán Emilio, Maricusa y Dr. Horacio Julio Ornes Coiscou, Dr. Carlos Manuel Finke González, Dr. César Jiménez Messón, Dr. Umbert Hart Mesón (a) Rafaelito, Dr. Federico Omar Dottín Otero (a) Fillo, Pedro Eugenio Leroux Morales, Pedro Augusto Villalón Lubrano (a) Tuto, Hans Heinsen, César Jerez, Rafael Córdova, , Luis del Valle Mena (a) Lulú, Dr. Federico Ellys Cambiaso, Prof. Luis José Merette Santana, entre otros.
5. Estampas de mi pueblo, 3ra. Edición, aumentada. Santo Domingo. Editora Corripio 1992, página 397.
6. Edición No. 17626, página 1
7. Nació en la ciudad de Puerto Plata, el 6 de septiembre de 1910, hijo de los señores: Francisco Plá Varona (nació en Camagüey, Cuba, el 24 de octubre de 1873. Vino al país en el año 1895; al fundarse la Academia de Música Municipal de Puerto Plata, en 1907, fue profesor y ayudante de su director el puertorriqueño José María Rodríguez Arresón. Murió en Puerto Plata, el 15 de noviembre de 1941) y de doña Dolores Cocco Pastoriza (1875—1944, hija de Manuel Cocco y Catrina Pastoriza Ureña). Fue un destacado músico y dirigió por más de treinta años la Banda de Música Municipal de Puerto Plata. La misma fue una de las mejores bandas de música del país. El instrumento base de Plá Cocco era la Flauta. Además de esta tocaba: viola, guitarra y violonchelo. Llegó a ser un flautista inigualable en nuestro país. Por algún tiempo vivió en Santo Domingo y estuvo en la Voz Dominicana, regenteada por Petán Trujillo. Por muchos años fue maestro de música y canto de reconocidos artistas locales y nacionales que descuellan en el ámbito nacional e internacional. Don Manuel Plá Cocco, murió en la ciudad de Santo Domingo, 16 de junio de 1989, siendo enterrado su cadáver en el campo santo de Puerto Plata, acompañado por la Banda de Música hasta su morada final.