Rafael Díaz Niese, fue un hombre de ciencias. Acumuló enorme y vastos conocimientos en diferentes ramas del saber humano. Era médico—siquiatra, ensayista, filósofo, políglota, crítico de arte, pintor, escritor y promotor cultural.

El reconocido crítico de arte puertoplateño Danilo de los Santos ha dicho sobre él: “No aparece en la historia del arte nacional, ni en el pasado ni en el presente, un dominicano tan culto y decisivo como era Rafael Díaz Niese; médico de profesión, pintor por vocación y crítico de arte, largos años residente en París, quien volvió a Santo Domingo como un refugiado más de los que huían de la Europa en guerra”.

De carácter fuerte y definido. Su vida estuvo consagrada al estudio y al servicio de su país. Gran conversador.

Dijo Pedro René Contín Aybar que: “No alardeaba de escritor pese a su sobrio estilo de rigor científico y a la elegancia de los giros de sus nobles armoniosas frases”.

Hizo importantes aportes en el quehacer ensayísticos y estudió aspectos dominicanos con seriedad y entrega. Ahí están sus dos ensayos sobre monumentos históricos: las ruinas de Convento e Iglesia de San Francisco y la Catedral Primada de América, y también un novedoso estudio sobre La alfarería indígena dominicana. Fue un estudioso de la cultura francesa y profundo conocedor de los mejores pensadores de ese país, como: Montaigne, Rabelais, Renán, Moliére y otros tantos. El doctor Díaz era un políglota, dominó varios idiomas, como fueron: español, inglés, francés, portugués, italiano, latín, griego, catalán y alemán.

Fue él uno de los más reputados críticos de arte de nuestro país a mitad del siglo XX y fundador y primer director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Santo Domingo, en el año de 1942.

Díaz Niese era considerado como una de las figuras de más relieves y de fustes del siglo XX, por sus vastos conocimientos.

En sus tierras en donde nació, se crió y desarrolló, la ciudad Puerto Plata, es un gran desconocido. Es una pena y vergüenza que una de las calles de Puerto Plata no lleve el nombre de ésta ilustre figura cono lo fue el doctor Rafael Díaz Niese.

Rafael Díaz Niese, vivió y se educó en Europa. Viajó por diferentes países casi todo el mundo. Hizo estudios en París, Francia, graduándose de médico—siquiatra. También se graduó de doctor en Filosofía. Hizo un doctorado en arte.

Fue él uno de los codirectores en compañía de Pedro René Contín Aybar, Héctor Incháustegui Cabral, Emilio Rodríguez Demorizi y Tomás Hernández Franco, de los Cuadernos de Cultura Dominicana, que fueron recopilados y publicados por Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón, en ocho volúmenes, con el patrocinio del Banco de Reservas de la República Dominicana, en 1998.

Nació en la ciudad de Puerto Plata el 24 de octubre del año 1897, hijo del matrimonio de Rafael Díaz (fue por muchos años Cónsul del país en el exterior) y Dolores A. Niese de Díaz (de origen alemana y quien fuera partera graduada en la Facultad de Medicina (Escuela de Obstetricia) de la Universidad de Santo Domingo, autorizada a ejercer dicha carrera en fecha 31 de julio de 1911.

Tuvo tres hermanas: Clement (casó con Miguel Vega), Rosario (era esposa del periodista Justo Castellanos Díaz) y Clara Dolores Díaz Niese (contrajo matrimonio con Manuel Peralta (a) Manolo.

Rafael Díaz Niese hizo sus estudios primarios en el Asilo Viejo, en Puerto Plata dirigido por Luís Pecunia. Vivió  en Santiago de los Caballeros e hizo sus estudios primarios y parte de los secundarios.

Luego, su padre es nombrado Cónsul del país en Barcelona, España  y allí continuó sus estudios en un colegio jesuitas. He enviado a París, Francia a realizar estudios universitarios. Logró hacerse de tres doctorados en medicina, filosofía y arte. En España aprendió pintura con el maestro Julio Romero de Torres. Estudió en Madrid, España, en la Academia de San Fernando.

Ha sostenido Danilo de los Santos: “Públicamente no se conoce obra pictórica realizada por Díaz Niese, aunque algún dato hace saber que llegó a exponer en el Salón de Otoño de París y que además obtuvo una distinción. Con independencia a que fuera pintor y dejara de serlo, ciertamente la formación en el campo pictórico alcanzada en Barcelona y Madrid, le sirvió de soporte para un conocimiento cabal para la profunda pasión que sentía hacia las artes”.

Se le consideró un hombre de vasta cultura. Regresó al país de nuevo en el año 1939. Organizó y dirigió la Dirección General de Bellas Artes en 1940 y fue profesor de Historia del Arte y Lengua Francesa, en la Facultad de Filosofía, de la Universidad de Santo Domingo, en 1940.

Escribió para diferentes periódicos nacionales, como fueron: La Nación, La Opinión, El Caribe, Ágora, Revista de Educación, Juventud Universitaria y otros. Su mayor producción está en los Cuadernos de Cultura Dominicana. También escribió en Ars, de la ciudad de México. Cuando comenzó a publicar artículos en la prensa nacional no escribía con su nombre, sino con las iniciales de su nombre: R. D. N.

Entre los cargos que ocupó en la administración pública, están: Director General de Bellas Artes; Jefe de la División Jurídica  y de Operación intelectual de de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores; Subsecretario de Estado  de Educación y Bellas Artes; 4. Secretario de Legaciones y Consulados de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores.

Representó al país en varios cónclaves internacionales: Miembro de la Delegación dominicana en la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, efectuada en Panamá; Miembro a la III Feria  del Libro y Exposición del Periodismo, celebrado en México; Delegado en el Seminario General de la ONESCO, efectuado en París, Francia, en 1949. En ese encuentro fue elogiado y admirado por los demás de los delegados de los países participantes.

Le sirvió a la dictadura de Trujillo en diferentes cargos, pero no le hizo daño a nadie y mucho menos se mancho en aquel régimen dictatorial.

Publicó importantes ensayos y artículos, que debieran de ser recogidos en libros. Su mayor producción esta en los Cuaderno de Cultura Dominicana. Cabe destacar sus trabajos publicados: Tres artistas dominicanos: Celeste Wons y Gil, Darío Suro y Bienvenido Gimbernard, tomo I, páginas 9 al 22; Notas sobre  arte colonial: San Francisco, páginas 159—178; Del pasado al presente, página 429—431; La vida itinerante (Flandes), página 597; es un libro sobre reseñas de viajes a través de los cuatros Continentes; Notas sobre el arte actual (Meditaciones de un profano), tomo II, página 193—233; La vida itinerante: I, II y III, páginas 643 al 653; La alfarería indígena dominicana, tomo III, páginas 19—32; La vida itinerante, páginas 149—154; Un lustro de esfuerzo artístico, páginas 261—279, que es un recuento de las actividades artísticas en el país en pintura, música, escultura, conciertos y exposiciones, efectuados  de 1941 al 1945; La vida itinerante, páginas 705—714; Notas sin importancia: I, 2 y 3, tomo IV, páginas 153 al 162; La vida itinerante, página 365; 1. Posiciones espirituales: El existencialismo de Jean Paul Sastre. 2. Pequeña antologia. Sastriana. Recuento histórico de la idea existencialista, página 492; Antología sartriana, página 508; Recuento histórico de la idea existencialista, página 516; Reacción y comprensión, tomo V, páginas 113—142; La vida itinerante, paginas 323 al 345; Notas sin importancia, 4, 5, 6 y 7, páginas 587 al 601; Traducción  del francés de una carta Mallarné, dirigida por Paúl Valery a Jean Royére, página 713; Traducción al español  del estado actual de la musicología francesa, de René Dumrmisnil, tomo VI, página 87; La vida itinerante. Camino de la tierra de amor), página 183.

Casó con Alicia de Díaz.

Rafael Díaz Niese murió en la ciudad de New York, el 14 de abril de 1950. Sus restos reposan en el cementerio de Loma de Cabrera, como pidió que lo enterraran allí. El número 80, de abril de 1950, de los Cuadernos Dominicanos de Cultura, se le rindió un homenaje a Rafael Díaz Niese, dedicándosele dicho número a él. Donde aparecen trabajos de: Rafael Damirón, Tomás Hernández Franco, Héctor Incháustegui Cabral, José Vela Zanetti y Pedro René Contín Aybar. (Recogido en el tomo 7 de Cuadernos Dominicanos de Cultura, Números 76—96 y 98. Dic 1949 y octubre 1951, páginas 151 a las177).

He ahí un gran dominicano y gigante en el saber humano.