Murió en el sector de Costámbar, Puerto Plata, el domingo 10 de febrero de 2008, el doctor Luís Felipe Fragoso (a) Pepe, connotado personaje folclórico puertoplateño, a consecuencia de un paro cardíaco fulminante.

La vida de Pepe Fragoso estuvo signada desde su nacimiento en tragedias. Su padre fue asesinado cuando aún él contaba con seis años de nacido. Su abuela, quien lo crió y educó murió en un accidente automovilístico.

Pepe el dilecto, debía de llevar un tratamiento médico, debido una pedrada que le dieron en la cabeza hacía algún tiempo, el mismo no lo llevaba rigurosamente debido a su precaria situación económica.

Nació, vivió y murió en la humildad y pobreza extrema. No se le dio la oportunidad de desarrollar su potencial profesional e intelectual. No le hizo daño a nadie y mucho menos engañó o robó.

Vivió deseoso de poder adquirir libros, pero la situación económica no se lo permitió.

Era un asiduo visitante de la cafetería El Punto Frío, ubicado en la calle Antera Mota esquina Padre Castellanos, donde almorzaba al medio día y se reunía con otros tertulianos allí a charlar. Era de buen paladar y de una buena comida, cuando tenía dinero.

Nunca se descuidó de su higiene y de sus ropas de usos.

En horas de la tarde, se le veía con un paquete de ropas a cuesta: pantalones y camisas de sus usos que venía de buscarla de la lavandería, para llevársela a su casa de Costámbar.

Frecuentaba muy a menudo el malecón Gregorio Luperón y el Parque Luperón, de Puerto Plata, donde iba a coger fresco y a conversar. Duró un gran tiempo visitando la heladería Las Mariposas, pero de buenas a primeras dejó de ir allí, sin ton ni son.

Pepe Fragoso asistía asiduamente a la tertulia que se celebra en la calle Separación esquina Beller, de Puerto Plata, donde asisten profesionales, políticos, comerciantes, etc., como son: Dr. Rafael Suncar, Dr. Juan Francisco Payero Brisso, Hugo Suero, Oscar Pascual, Aridio Perdomo, Ing. Roberto Grullón González, José Jacobo, Jhonny Tavárez, Lic. José Artiles, Ing. Miguel Angel Jiménez Messón, María Jiménez Messón y esposa doña Ginette Altagracia Bournigal de Jiménez, Agripino Vásquez Vargas (a) Bobo, Dr. José Aníbal Pichardo, Arquitecto Rafael Oviedo, Jorge Torres, Licenciado Juan Familia, Dr. Juan Ventura, Ramón Peralta Marmolejos (a) Chemón, profesor Abraham Smith, y otros tantos.

En horas de la prima noche iba a comprar el periódico El Nacional y se quedaba un buen rato en La Tertulia de frente al antiguo Palacio de Justicia, donde era un asiduo asistente. A cada rato se le veía haciendo una llamada telefónica a través de su celular, a cierta distancia de los contertulios, para que nadie se enterada con quien hablaba. Era medio misterioso.

Tuvo varios amigos y acostumbraba a visitarlo en su casa y oficina.

Luchó por el triunfo del Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández Reyna, en el año 2004 y no lo ayudaron a conseguir un empleo, para salir de su estado de miseria en que vivía en Costámbar, donde fue encontrado muerto.

Era un inquieto y preocupado por el hablar correctamente el idioma de Cervantes.

Siempre se le veía caminar por las calles de Puerto Plata con un bulto a mano y en la otra un paraguas. Vivía al día a través de los periódicos: Hoy y El Nacional. Así, como el periódico puertoplateño: El Faro. Donde se llegó a reproducir algunos de sus discursos pronunciados en su transcurrir por la vida.

Pepe apoyó la candidatura a la presidencia de la República, del doctor Leonel Antonio Fernández Reyna, en las elecciones de 2004, donde salió electo. El Dr. Fragoso no pudo conseguir un empleo en dicho gobierno.

El doctor Luís Felipe Fragoso no pudo ejercer su carrera de abogado, aunque hizo el intento en varias ocasiones. Llegó muy tímidamente a estar en la oficina de abogados del Dr. Rafael Antonio Núñez Martínez (a) Toni.

Pepe, era de un temperamento fuerte, difícil y sin pelo en la lengua. Pero bueno y servicial en el fondo. Tuvo sus defectos. Jamás lo negó.

La Seccional de Puerto Plata del Colegio de Abogados de la República Dominica, a través de su presidenta, la licenciada Altagracia Mercedes Serrata Rodríguez le consiguieron una pequeña pensión a él y otros abogados puertoplateños.

Para poderse recibir de esa carrera de doctor en Derecho, debió de pasar muchas vicisitudes, calamidades, penurias y tocar diferentes puertas de amigos para que fueran en ayuda económica de su precaria situación económica.

Fragoso, consiguió ser colocado ante de ser abogado como Inspector de Espectáculos Públicos, con asiento en Puerto Plata. Esa posición duró varios años ejerciendo la misma y desde ahí hizo un loable trabajo.

Luís Felipe Fragoso Acevedo nació en el sector de Eduardo Brito, calle Padre Castellanos, el 6 de febrero de 1956, hijo de los señores: Juan Luis Fragoso (era zapatero y boxeador) y de doña Cristina Acevedo.

Tuvo una hermana de padre y madre: Aniana Altagracia Fragoso Acevedo.

De madre, tuvo los hermanos: Marilín, Valentina, Claudia, Ana Cristina, Nelson y Pablo Ulloa Acevedo procreados con el señor Jorge Ulloa Francisco.

Fue criado y educado por su abuela doña Viva Fragoso en el sector del Morro, de Puerto Plata.

Asistió a la escuela Virginia Elena Ortea, de Puerto Plata e hizo sus estudios primarios e intermedios.

Los estudios secundarios lo realizó en el Liceo diurno José Dubeau, de Puerto Plata, donde se graduó de Bachiller en Filosofía y Letras.

Se marchó a Santo Domingo y se inscribió en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, a estudiar Derecho. Se alojó en la casa de la Asociación de Estudiantes Universitarios de Puerto Plata, que esa organización estudiantil regenteaba allí.

En varias ocasiones tuvo que dejar los estudios debido a la situación económica. Pero gracias a una cantidad de amigos puertoplateños que iban en su ayuda económica, pudo terminar sus estudios.

Los últimos años de su vida vivía con su padrastro el señor Jorge Ulloa Francisco, en el sector de Costámbar, Puerto Plata.

Su gran deseo no lo consiguió y era trabajar para alquilar una casa en la ciudad de Puerto Plata y poder participar en las actividades culturales y profesionales que se realizaban.

Se afligía y atormentaba cuando no podía conseguir el dinero para comprar los medicamentos médicos que tenía que tomar. El Gobernador Provincial de Puerto Plata, César José de los Santos lo ayudó muchísimo para la compra de los mismos.

Vivió en principio una vida bohémica en Santo Domingo y Puerto Plata, asistiendo a eventos académicos y profesionales.

Era un asiduo visitante a las charlas y conferencias en la Casa de Cultura, de Puerto Plata. Siempre hacía sus preguntas al conferenciante.

Fue un hombre de muchas virtudes. Tenía sus defectos y jamás lo negó.

El doctor Pepe Fragoso, fue un incomprendido y que no se adaptó a las promesas de los políticos.

No tuvo ese gran mundo intelectual, pero asimiló lo poco que le cayó en las manos de libros.

Poseía inteligencia y entendimiento cuando se enfrascaba en la lectura de un texto.

Cuando hablaba en público se adueñaba del auditorio que lo escuchaba atónico y atento por los juicios y palabras que pronunciaba. Fue un gran orador.

Llegó a pronunciar charlas y conferencias en Puerto Plata.

No se casó nunca. No dejó hijos. Vivió su vida a su manera. Se sintió traicionado por un amor que tuvo. Fue traicionado por un íntimo amigo. Amó intensamente.

Era de fácil palabra y convincente en sus planteamientos.

Perseveró en sus estudios universitarios y se hizo doctor en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. No pudo ejercer la carrera de Derecho por los obstáculos económicos encontrados en el camino.

Ciertas oficinas de abogados de Puerto Plata, quisieron emplearlos y pagarles un miserable sueldo, que él se negó a recibirlo.

A principio de este Gobierno se le consiguió un empleo en una empresa de gas y se negó a aceptar el mismo, porque no estaba acorde con su capacidad.

Ha muerto, el doctor Luís Felipe Fragoso Acevedo (a) Pepe el dilecto, un personaje folclórico y que hizo un esfuerzo extraordinario para recibirse de doctor en Derecho en la alta casa de estudios más vieja de América, la UASD.

¡Paz a sus restos!