Murió en la ciudad de Santo Domingo, el 5 de junio de 2004, a la edad de 61 años, el destacado profesional de la odontología y ex padre de la Iglesia Cristo Rey de Puerto Plata, doctor Manuel Castro Cruceta, siendo enterrado su cadáver en el cementerio de Cristo Redentor de allí.

Durante más de veinte años fue dentista de la Policlínica Dr. Manuel Polanco Billini del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, de Puerto Plata. Se dedicó con ahínco a su profesión y amó la misma intensamente.

Era oriundo de San Pedro de Macorís, pero se había establecido en Puerto Plata, desde el año 1974, como Padre de dicha Iglesia Episcopal Dominicana, desde allí hizo una gran labor espiritual y social en favor de la provincia de Puerto Plata.

El doctor Manuel Castro llegó a Puerto Plata en sustitución del Reverendo Ricardo Potter, quien había sido trasladado a la ciudad de New York, ejerciendo su ministerio de Reverendo hasta el año 1981.

Dentro de la Iglesia Cristo Rey, siguió en las estaciones de prédicas, como fueron: San Francisco, en Los Cocos, una Misión y Escuela Rural; y otra, estación de prédica y escuela San José, en Los Callejones, de Puerto Plata. Así como también, la Misión Virgen María, en el ingeniero de Monte Llano.

Continúo apoyando el Grupo de Poesía Coreada “La Tuerca”, que había fundado el padre Ricardo Potter, a principio de la década de los 70.

Hombre de un carácter fuerte, pero noble y sensible ante sus prójimos.

En Puerto Plata se le respetó y admiró como un ciudadano íntegro y un dentista muy humanitario.

Manuel Castro Cruceta, nació en San Pedro de Macorís, el 30 de marzo de 1943, hijo de los señores: Manuel Castro (quien fuera un destacado técnico dental) y de Olga Lidia Cruceta, quien murió en Puerto Plata, siendo enterrado su cadáver en el cementerio Municipal de allí). Además, el matrimonio Castro—Cruceta, procreó una hija de nombre Francia. De padre, tuvo los hermanos: Gerardo, Rafael, Miguel Ángel y Miriam.

Hizo sus estudios primarios y secundarios en su pueblo natal, graduándose de Bachiller en Ciencias Físicas y Naturales, en el Liceo diurno José Joaquín Pérez, en 1963.

Ingresó inmediatamente a la Universidad Autónoma de Santo Domingo a estudiar Odontología y se graduó el 28 de octubre de 1968.

Contrajo nupcias en San Pedro de Macorís, el 25 de diciembre de 1969, con la señorita Carlota Vilanova y procreó tres hijos: Carolina (doctora en Odontología), Carlos (Ingeniero Arquitecto) y Judith Castro Vilanova (Mercadeóloga).

En 1970 se trasladó junto a su esposa a la vecina Isla de Puerto Rico y allí se inscribió en el Seminario de Río Piedras a estudiar Teología y para Reverendo de la Iglesia Episcopal.

Al regresar al país en 1973 hecho Padre fue a servir en Consuelo, durante un año. De allí fue trasladado a Puerto Plata a la Iglesia Cristo Rey, en sustitución del Padre Ricardo Poster.

Su trabajo se hizo sentir en las distintas estaciones de prédicas en Puerto Plata.

Se ha dicho sobre su trabajo pastoral, lo siguiente: “Durante su pastoral en Puerto Plata, Castro colaboró de cerca con el “Proyecto Vecino”, un programa médico patrocinado por la Iglesia Episcopal de Carolina del Sur en colaboración con la Secretaría de Estado de Salud y con el SSID. El Rdo. Manuel Castro, el Dr. Carlos Burrougghs y la feligresía de la Iglesia “Cristo Rey”, sirvieron de anfitriones a los galenos de Carolina del Sur” (Philip E. Wheaton. Triunfando sobre las tragedias. Historia Centenaria de la Iglesia Episcopal Dominicana. 1897—1997. Editora Educativa Dominicana, Santo Domingo, 1997, página 434). 

El padre Potter había dejado un Grupo de poesía, llamado La Tuerca. El mismo alcanzó prestigio y resonancia en Puerto Plata y el resto del país.

Dicho Grupo viajó a New York en 1974 por diligencia hecha por el Padre Castro y el Reverendo Potter.

De aquel viaje se ha expresado, como sigue: “Cuando el Rvdo. Ricardo Potter llegó a New York en 1974, él coordinó con el Padre Manuel Castro para traer a Maniatan un grupo coral de la iglesia Cristo Rey llamado “La Tuerca” que el Padre Potter había fundado en Puerto Plata. Bajó el liderazgo musical de del Sr. Leonidas Fotiné unos treinta miembros llegaron ha Nueva York. En la Iglesia de la Intercesión y en el auditorio de la Catedral San Juan el Teólogo, presentaron conciertos de merengue con bailes, canciones folklóricas; y poesías coreadas de versos por autores tales como Pedro Mir: “No preguntes por mi Patria” y “Habrá sangre de nuevo en nuestro país” (obra citada, página 502).

Sin lugar a dudas, que los padres Thomas Oswald Basden, Ricardo Potter y Manuel Castro Cruceta, durante sus ministerios en la Iglesia Cristo Rey, de Puerto Plata, han sido los de mayores esplendores en todas las épocas de la misma. 

El doctor Castro mientras ejercía su ministerio de Padre, también tenía un consultorio de dentista.

El Obispo Isaac se oponía que el Padre Manolo Castro ejerciera la profesión de dentista, en razón de que la misma no le permitía funcionar como Vicario a tiempo completo.

Dicho Obispo sacó al Padre Castro en 1979 de su posición en Puerto Plata, siendo trasladado a Monte Llano en la Iglesia Santa María Virgen y allí continuó ejerciendo su profesión de dentista.

En 1981 el Padre Castro fue destituido de su posición en Monte Llano por el Obispo Isaac por los motivos de su traslado de Puerto Plata.

Los fieles de Monte Llano protestaron por el despido del Padre Castro de la Iglesia y dirigieron una carta, en fecha 10 de septiembre de 1981, del tenor siguiente: “Nos dirigimos a Usted para saludarle en el nombre de Dios y al mismo tiempo decirle que no estamos de acuerdo con la destitución del Rvdo. Manuel Castro Cruceta. Nosotros no sabemos la causa de ella por favor queremos saber cuáles fueron los errores que él cometió en nuestra Congregación, porque no tenemos queja de él. Firmada: Emma Roberts de Almonte, Juana María Lantigua, Hilda Céspedes, Kilsis Machuca de Sánchez, Arisleyda Lantigua, Clara Josefina Osborne, Iris Suero y María Yanet Poliné” (Obra citada, página 435).

Se ha dicho que: “El Padre Castro reconoció que el Obispo tenía la autoridad de moverle o aún quitarle de su puesto como sacerdote. Sobre como se sentía al ser despedido de su puesto de Monte Llano, dijo: “A mi no me intranquilizó y me mantengo una relación normal con el obispo Isaac hasta el día de hoy. La familia Castro ha vivido unida y feliz durante todos estos años en Puerto Plata, donde el padre Manolo es bien respetado como ciudadano y dentista” (obra citada, página 435).

El doctor Castro era de un temperamento fuerte, pero de gran sensibilidad. Amigo de los amigos. Hombre de una sola palabra. Cumplidor en sus obligaciones. Dio demostración de ser honesto y capaz.

Hombre completamente servicial y humanitario con los pobres. Muy condolido de los pobres.

Su consultorio odontológico se convirtió en uno de los más prestigiosos en Puerto Plata, por su seriedad, responsabilidad y buen servicio al cliente.

Era un asiduo visitante a la tertulia de la esquina de Parque Central de Puerto Plata, los domingos, en horas de la mañana.

Fue un gran simpatizante de la política del profesor Juan Bosch y de su Partido de la Liberación Dominicana.

Con su desaparición física, se pierde a un hombre honorable y que dio muestra de servicio a la comunidad.