Las autoridades dominicanas no cesan en sus prácticas y políticas contrarias a los mandatos específicos de la Ley 42-01 General de Salud, y de la Ley 87-01, que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).
A pesar de que la Ley 42-01 alerta a la población sobre los riesgos y peligros de la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas porque afecta el estado de salud de las personas; y a pesar de su fatal incidencia en las muertes y lesiones por accidentes de tránsito, las autoridades han vuelto a levantar las restricciones sobre el consumo excesivo de alcohol en los lugares públicos y centros de recreación.
Mientras se habla del enorme costo de los accidentes de tránsito y de su relación con el consumo de alcohol, durante toda la temporada navideña personas irresponsables no sólo podrán comprar y beber ron, cerveza, whisky y vinos “en tandas extendidas” sino, además, hacer ostentación pública de tal práctica, arriesgando la seguridad ciudadana. Ahora, con el agravante de que, según las propias autoridades, alrededor del 30% del consumo lo realizan menores de 18 años.
En otro orden, las autoridades del CNSS anuncian que durante el 2020 se iniciará un plan piloto sobre atención primaria, un caramelito con el que se pretende justificar su mezquindad presupuestaria, y su incapacidad para “cumplir y hacer cumplir” la Ley 87-01, cediendo ante la presión de grupos que hacen un gran negocio con la enfermedad de la gente.
Esta decisión constituye una violación de la ley 87-01, la cual condiciona el inicio del Seguro Familiar de Salud, en sus tres regímenes, al establecimiento de un primer nivel de atención basado en la atención primaria como puerta de entrada a la red nacional de salud. El estado de derecho es tan precario, que una reforma legal y esencial, luego de 12 años de retraso, queda degradada a un simple plan piloto. Se alega la falta de recurso, tema sobre el que volveremos al inicio del 2020.
ADESA: un gran salto cuantitativo y cualitativo esperanzador
Me satisface resaltar el salto cualitativo de la Alianza por el Derecho a la Salud (ADSESA) durante este año. Por la extracción social de sus líderes y activistas, y por su enfoque realmente centrado en la defensa de los auténticos intereses de la población marginada del país, ADESA ha venido aglutinando a la gran mayoría de los núcleos sociales que reclaman un mejor servicio público de salud y una atención médica para todos, sin copagos.
Pero este año su mayor aporte fue la publicación de su investigación de campo sobre la situación y las perspectivas de las unidades de atención primaria del sector público. Con limitados recursos, y una férrea voluntad, ADESA logró integrar un grupo de jóvenes talentosos quienes durante más de medio año de arduo trabajo describieron y cuantificaron la situación, las limitaciones, los retos y las oportunidades de avanzar hacia una modelo de atención basado en la promoción y la prevención.
Los resultados y hallazgos son tan impactantes y objetivos, que dicha publicación se ha convertido en un referente obligado para cualquier estudioso del tema, para la opinión pública, para los organismos internacionales, así como para las autoridades sectoriales y nacionales.
En el 2020 el gran reto de ADESA será continuar creciendo en la representación popular, y promover e incidir activamente en los debates sobre el sector salud durante las elecciones municipales, congresuales y presidenciales. Ojalá ADESA logre concertar un compromiso nacional para impulsar las reformas pendientes, reducir el gasto de bolsillo y mejorar los servicios públicos de salud.
Aprovecho la ocasión para desearles una feliz Navidad y un 2020 más promisorio para todos y todas, y especialmente, para nuestro país. Además, para reiterarles mi inquebrantable compromiso de continuar demandando una verdadera seguridad social para todos.