El presidente Fernández disertóel pasado lunes sobre la especulaciónque actualmente se produce en los mercados internacionales de materias primas y alimentos.Esta especulaciónse origina en la pérdida de confianza en los activos de los mercados financieros acompañada deuna reducción en los rendimientos de los activos financierosluego de la crisis del 2008.El presidente argumentó que la especulación eleva los precios de las materias primas y alimentos desatando procesos inflacionarios en economías pequeñas y abiertas altamente dependientes de las importaciones.

Estas preocupaciones son válidas. La inflación es un impuesto regresivo que afecta severamente a los individuos con ingresos fijos y, por tanto, incapaces de indexarlos a las variaciones de precios. No cabe duda de que las fluctuaciones en los precios promueve cierto malestar social, que desespera a las unidades familiares que no tienen a mano alternativas para contrarrestarla.

El Banco Central en su Informe Preliminar de la Economía Dominicana para el primer semestre de este año, estima que la inflaciónsuperará el 10% al término de este año. Lo que contrasta con el 6% de inflación que había proyectado esa institución para el 2011. Este dato sorprendió a las autoridades monetarias, porque apoyados en los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) restringieron el dinero en circulación a fin de evitar que la inflación fuese mayor a la proyectada.

Es decir que la inflación importada, la que el presidente Fernándezseñala como resultado de la especulación mundial en los mercados de futuros, no fue advertida por los funcionarios del área monetaria; ya que prestaron mayor atención a sus proyecciones de crecimiento económico y a la inflación que generaría, que al razonamientodel presidente que enfatiza en una inflación generada por la especulación y no debido a causas internas.

Mientras que el BC entiende que la inflación tiene causas internas y proponepara combatirla la clásicasolución derestringirla base monetaria. Al poder ejecutivo le preocupa el aumento de los costos de la producción interna, producto de la especulación en los mercados internacionales, particularmente proveniente del uso de contratos a futuros de materias primas y alimentos; de cuya interpretación se derivan políticas distintas a la tradición monetarista.

Tal vez sea esta discrepancia la que indujo al primer mandatario de la nación a solicitar al BC una revisión de su política monetaria, atendiendo a los recientes aumentos en las tasas de interés. Esta solicitud es interesante, ya que revela que existenen el gobierno varias interpretaciones de la causa de la inflación; una interpretación de la inflación por aumentos de costos (costpush) y la otra que gira en torno a la discrepancia entre el producto actual y el potencial (clásica).

El BC sabe que su política monetaria restrictiva conduce a aumentos de  tasas de interés. Y sabe también queel aumento de las tasas de interésse vincula al paquetazo fiscal, que alteró los costos de operación de los bancos comercialesy redujo sus beneficios porun monto equivalente al impuesto del 1% que recayó sobre sus activos productivos.

En otras palabras en la presente administración existen interpretaciones distintas sobre la inflación. Para el presidente las causas de la inflación son externas, ajenas a su política de despilfarro y corrupción en el erario y, por otro lado, están quienes entienden que el actual estímulo fiscal provoca un crecimiento del PIB por encima de su crecimiento potencial provocando inflación.

Al final de la jornada los dominicanos tendremos mayor inflación porque la importamos y porque el gobierno la produce internamente. Es cierto quese debe hacer lo que nunca esta administración contempló: ejecutar políticas públicas que verdaderamente promuevan el bienestar social, que no cree pobreza y que distribuyamejor el ingreso nacional.