“La moral evangélica es indudablemente altruista. Este altruismo no ha sido ni es visible en la actuación, sobre todo pública de muchos cristianos…Personalmente creo que el altruismo, como motivo y como acción es general, aunque no tan universal, como el interés personal. La experiencia propia y ajena con familiares, amigos y miembros de grupos significativos me lleva a esa conclusión”(Alemán,J. Economía Política Dominicana, 2003-2006,  pp.84-85-)

En todas las religiones conviven los liderazgos radicalmente éticos, los no éticos y los moderados, quienes están en un punto intermedio y entienden que no se debe ser tan radical en la vida. Todos logran convivir en un mismo sistema, entre conflictos y tensiones, pero cada uno tendrá un desenlace diferente, porque está en juego  el poder. ¡Sí, señor, el poder!  ¡Siempre el poder!

Voy a referirme al liderazgo construido por Jesús de Nazaret y el de los fariseos y maestros de la Ley, recreando algunos rasgos característicos de los evangelios sinópticos. Conviene aclarar que todo tipo de liderazgo, ético o no,  es un proceso que se construye en la acción del día a día en conflicto con otros actores que tienen poder y compiten con él. Si el liderazgo ético no provoca tensiones, no porque se lo proponga como suelen hacer los falsos líderes para llamar la atención de las audiencias, sino que es una consecuencia del cambio de comportamiento que propone, especialmente, en sociedades que viven profundas crisis humanas y de grandes incoherencias entre las acciones y los discursos.

 

En suma,  las lecciones del liderazgo de Jesús  constituyen un  gran desafío en nuestros días para todos, porque está construidas sobre valores humanos, pero también es importante saber que el estilo de los fariseos y letrados no murió en aquel  tiempo: sigue hoy batallando por la conquista del poder en la arena religiosa y política. Es parte de  la realidad, como ha dicho el economista y sacerdote José Luis Alemán.

En tiempo de esta crisis, los líderes  nos revelan el verdadero corazón humano o inhumano tal y como se ha manifestado ante la pandemia del Covid 19. Son como  el trigo y las  cizañas, las  cuales crecen juntas en una misma cosecha. “El que tenga oídos, que escuche”.(Mt 13, 9)