El próximo 16 de agosto, el señor Presidente, licenciado Danilo Medina Sánchez, cumple dos años que asumió el poder ante la Asamblea Nacional, mediante el siguiente juramento: “Juro ante Dios y ante el pueblo, por la Patria y por mi honor, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República, proteger y defender su independencia, respetar los derechos y las libertades de los ciudadanos y ciudadanas y cumplir fielmente los deberes de mi cargo”.
En ese momento solemne todos confiamos en un hombre que en su accionar parecía creer en la institucionalidad del país, en el respeto e imposición de la primacía de la ley, principio fundamental del Estado Social y Democrático de Derecho.
¡Cuánta desilusión en dos años!
La primera gran frustración resultó de la rendición de cuentas ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas el 27 de febrero de 2013, como manda el artículo114, de la Constitución de la República, ya que la misma debió ser de la administración presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año 2012, con especificaciones reales del déficit financiero ilegal y sus responsables, lo cual ni siquiera fue mencionado.
Igualmente, el pasado 27 de febrero ocurrió lo mismo sobre la rendición de cuentas del año 2013, la cual tampoco se hizo conforme al mandato constitucional.
Otra gran frustración fue el pretender ser austero mediante el Decreto Núm. 499-12, que establecía medidas de austeridad en la gestión de gobierno de Danilo Medina, el cual nunca se cumplió, ni tampoco se presentaron informes trimestrales financieros institucionales, que permitieran evaluar el cumplimiento de la medida, como lo ordenaba el párrafo I, del artículo 13.
Como ejemplo, de la no disminución de los gastos por austeridad, solo mencionamos que durante el 2013, en publicidad y propaganda se gastaron 500 millones de pesos más que en el 2012; la nómina se incrementó en 11 mil millones de pesos; y los gastos de representación aumentaron 50 millones.
El no apego al juramento presidencial de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República ha sido reiterativo en la conducta del señor Presidente, de acuerdo al artículo 240 constitucional, anualmente, en el mes de abril, se publicará la cuenta general de los ingresos y egresos de la República hechos en el año anterior, en 2 años nunca se ha hecho.
A mas tardar en la primera semana de julio de cada año, el señor Presidente debe convocar el consejo de ministros para conocer la política presupuestaria del año siguiente, conforme al párrafo III, del artículo 21, de la ley No. 423-06, Orgánica de Presupuesto, en 2 años nunca se ha hecho.
La Ley No. 1-12 que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, del 26 de enero de 2010, ordena que se realice el pacto fiscal y que en un plazo no mayor de 3 (tres) años, es decir, para el 2015, se habrá iniciado un proceso orientado a elevar la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público, lo cual definitivamente el señor presidente no cumplirá tampoco, ya que se mantiene una estructura de gastos altamente clientelar, acompañada de una excesiva publicidad y propaganda, que al mes de julio ha consumido mil 827 millones de pesos de un total presupuestado para todo el año de mil 875 millones.
Y como otro ejemplo de esta abusiva campaña, así como la violación a la Constitución y leyes, el ministerio de Educación ha gastado 203 millones en publicidad y propaganda cuando solo tenía aprobado por el Congreso Nacional la suma de 15 millones para el año fiscal 2014.
Quisiéramos creer que en los próximos 2 años no se violen más de 20 artículos, como hasta ahora ha sucedido, de las leyes Orgánica de Presupuesto, de Crédito Público, de Función Pública, de Planificación e Inversión Pública; y que el Presupuesto General del Estado aprobado sea un verdadero instrumento de desarrollo que se cumple como ley.
Como dice Jacques Attali: “La restauración de la credibilidad del Estado y de la confianza de los ciudadanos es la base de todo contrato social y por lo tanto de todo proyecto, ella implica medidas enérgicas y drásticas de transparencia, de racionalización y de profesionalización de la función pública; ninguna acción estratégica debería ser emprendida si estos fundamentos políticos e institucionales están ausentes o deficientes.”
El secreto es el cumplimiento de la ley, mano a la obra señor Presidente, inicie por usted, convocando aunque en mora al Consejo de Ministros; y en la política presupuestaria que apruebe para el año 2015 modifique su estructura de gastos como demostración de una verdadera voluntad política para lograr el Pacto Fiscal y apego al principio de que ‘nadie está por encima de la ley”.