Actualmente, el volumen de operaciones comerciales, negocios y generación de riqueza anual de República Dominicana sobrepasa los 71 mil millones de dólares. Algunas fuentes hablan de 76 mil millones de dólares. Concretamente nuestro Producto Interno Bruto (PIB), que equivale a lo anteriormente enunciado, es mayor que el de Uruguay, Paraguay, Bolivia, El Salvador, Costa Rica, Honduras, Panamá, Guatemala y es casi el doble del PIB del Reino de Jordania.

Haití, que es el país más pobre del hemisferio occidental tiene un PIB, al 2016, de 8 mil 232 millones de dólares. Nosotros estábamos en unos 18 mil 130 millones de dólares cuando Leonel Fernández asumió el Poder por primera vez.

Lo anterior quiere decir que la capacidad de generar riqueza en República Dominicana, bajo la égida del Partido de la Liberación Dominicana ha aumentado en unos 52 mil 500 millones de dólares.

Nueva York Chiquito:

Ciertamente, que las ambiciones económicas del Dr. Leonel Fernández—cuando uno ve las cifras—resultan un poco exageradas, aunque no vanas. El Estado de Nueva York tiene un PIB mayor que el de España, por ejemplo, generando más de un Trillón, quinientos mil y pico millones de dólares en volumen de negocio al año 2016. Superando por casi 500 mil millones a naciones como Australia o México (naciones, en cada caso, con un PIB sobre el Trillón de dólares) y prácticamente igualándose con Canadá.

Sin embargo, a lo que si nos lleva este ritmo de crecimiento de nuestro PIB es a acercarnos a países como Portugal. Esta nación, con una población de unos diez millones de habitantes, y un buen nivel de vida, tiene un PIB equivalente al 2016 a 204 mil millones de dólares. Con nuestro ritmo de crecimiento—bajo la dirección del PLD—es razonable pensar que podemos alcanzar tal cifra en un tiempo no demasiado distante.

Solo técnicos economistas pueden dar con certidumbre el año en el que pudiéramos alcanzar la cifra portuguesa del PIB, pero lo cierto es que más temprano que tarde—si las cosas siguen como van—podríamos alcanzar a Portugal. Esto significaría mayor capacidad recaudadora del Estado y lo haría apto para elevar sustancialmente la calidad de los servicios ofrecidos a nuestros compatriotas.

Senda hacia el desarrollo:

En ese camino es, en definitiva, y pensándolo fríamente, al que nos ha llevado la gestión del Partido de la Liberación Dominicana. Lejos de la locura esperpéntica perredeista o perremeista, y aún con los realese inaceptables niveles de corrupción, inseguridad y aún muy mala calidad en algunos—la mayoría—de los servicios públicos, el país está progresando. No estamos caminando hacia atrás y es esta marcha hacia el desarrollo la que puede dar poder al Estado para mejorar todo lo que aún está mal en nuestro país.

Es el gran capital, precisamente,el que en este proceso obligadamente exigirá y exige mayor pulcritud, transparencia y honestidad a la administración pública, al tiempo que la misma administración pública tendrá que hacer lo mismo con un sector privado que, de ningún modo está exento de una amplia corrupción, materializada en una apreciable evasión de impuestos, prácticas de competencia desleal, abusos a los derechos de los trabajadores y otras lacras sociales y económicas más.

Los delirantes:

Solo un grupo de delirantes—vestidos de verde—marchan por la santidad del gobierno, cuando nunca en la historia de la humanidad ha existido un gobierno completamente honesto.

Con la corrupción hay que vivir, igual que con otras circunstancias como la prostitución, la libre opción sexual,los crímenes violentos y otras situaciones que suceden en todas partes y seguirán sucediendo mientras el mundo sea mundo.

La tarea de un buen gobierno no es suplicar una unción santa que “purifique los corazones” de todo el que figure en un decreto, sino crear mecanismos fiables, no para extinguir—cosa imposible—sino para reducir al mínimo la corrupción y elevar al máximo la calidad de los servicios públicos.

La única fuerza política que está en capacidad de hacer eso es el Partido de la Liberación Dominicana, fuera de ahí, como dice el pueblo dominicano, lo demás es “monte y cacata”.

Aparentemente notables cerebros e importantes plumas analizan y endilgan todos los males a un, según ellos, endiablado PLD. Se trata de nostálgicos del Status Quo de mediocridad permanente en el que ellos, lógicamente, pueden tener algún brillo o lustre. Sin embargo, yerran fanáticamente en sus “análisis” o “crónicas” quizás buscando consolidar su popularidad o bien, crear (o solidificar) un personaje de ellos mismos.

La memoria es un bien escaso en nuestro país, pero todo el que la tiene sabe lo que han representado ese grupo de incompetentes que, luego de ser gobierno varias veces, y dejando a su paso destrucción y pobreza, se presentan hoy frescoscomo lechuga de mercado de productores, una vez más al pueblo dominicano pidiendo “otra oportunidad”.

A estos últimos, y para el 2020, solo deseo que vuelvan a ser abrumadoramente sepultados bajo millones de papeletas que tachen el lienzo morado y la estrella amarilla en sus respectivas boletas electorales. Portugal—y no Nueva York—es posible en “RD” y está cerca, con el PLD podemos alcanzarlo.

Fuentes:

  1. Datos Banco Mundial 2016
  2. Página web Datos Macro