¿Por qué ganó Donald Trump?
Entre las explicaciones de la victoria de Donald Trump, en los medios de habla hispana, la que encuentro más inteligible, sucinta y exenta de lugares comunes es la del escritor y pensador-activista uruguayo Raúl Zibechi (Montevideo, 25 de enero de 1952):
Trump es consecuencia de la crisis del 2008 y de dos décadas de globalización. Ambos hechos crearon un empobrecimiento de los trabajadores y de la mayoría de la población de los Estados Unidos. La globalización promovió que muchas fábricas cerraran y fueran a instalarse en China, o en México, o en otros países de Asia donde hay salarios más baratos. Y todo el cinturón industrial de Estados Unidos se vino abajo. Y la crisis de 2008 provocó que millones de personas se quedaran sin casa, sin infraestructura digna, con un fuerte deterioro de los servicios educativos y de salud; de las carreteras, de las calles. Y la brecha de ingresos entre los más pobres, las clases medias y los más ricos, creció. Bajo el gobierno de Obama, la brecha entre ricos y pobres creció; la brecha entre los latinos y los blancos creció. Y sólo se enriqueció el 1%. Ese es el fenómeno que representa Trump: la rabia contra el 1%. La nueva derecha machista y racista recoge la rabia de los millones perjudicados por el sistema.http://www.lavaca.org/notas/gano-trump-y-ahora/
Otra explicación digna de prestarle atención es la del periodista y destacada figura del movimiento antiglobalización Ignacio Ramonet. En su artículo “Las 7 propuestas de Donald Trump que los grandes medios censuraron… y que explican su victoria”, dice Ramonet:
El éxito de Donald Trump (como el ‘Brexit’ en el Reino Unido, o la victoria del ‘no’ en Colombia) significa primero una nueva estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión. Pero significa también que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica se van a barajar de nuevo. Otra partida empieza. Entramos en una era nueva cuyo rasgo determinante es lo ‘desconocido’. Ahora todo puede ocurrir.
Revertir la globalización. Significaría volver al proteccionismo, lo cual acabaría con la OMC y el comercio mundial. ¿Podrá EEUU competir con China, la India, etc. en tales condiciones? ¿podrá echar atrás los TLC?
¿Cómo consiguió Trump invertir una tendencia que lo daba perdedor y lograr imponerse en la recta final de la campaña? Detalla:
1) Los periodistas no le perdonan que ataque de frente al poder mediático. Trump suele afirmar: “No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación”.
2) Otra razón por la que los grandes medios atacaron con saña a Trump es porque denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media. Según él, la economía globalizada está fallando cada vez a más gente, y recuerda que, en los últimos 15 años, en Estados Unidos, más de 60,000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron.
3) Es un ferviente proteccionista. Propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. Partidario del Brexit, ha develado que, una vez elegido presidente, tratará de sacar a EE.UU del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). También arremetió contra el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y aseguró que, de alcanzar la Presidencia, sacará al país del mismo “El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos”.
4) Su rechazo a los recortes neoliberales en seguridad social. Muchos electores, víctimas de la crisis económica del 2008 o que tienen más de 65 años, necesitan Social Security y Medicare (seguro de salud) que desarrolló el presidente Barack Obama y que otros líderes republicanos desean suprimir. Trump ha prometido no tocar a estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los desamparados, reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos.
5) Contra la arrogancia de Wall Street, Trump propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedgefunds que ganan fortunas, y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo. Obviamente, todo el sector financiero se opone absolutamente al restablecimiento de esta medida.
6) En política internacional Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a ISIS.
7) Trump estima que con su enorme deuda soberana, los Estados Unidos ya no disponen de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada. Ya no pueden imponer la paz a cualquier precio.
Hillary vs Trump: dos puntos de vista sobre el declive EEUU
A la Segunda Guerra Mundial siguió un largo periodo de auge económico cuyo principal beneficiario fue Estados Unidos, país que quedó con su industria y su territorio intactos mientras Europa yacía en ruinas. Devino, pues, en una de las dos potencias mundiales hegemónicas (junto con la Unión Soviética), pero por mucho la más desarrollada en todos los campos.
En la conciencia colectiva de la población estadounidense anidó la falsa creencia de que ese auge y el consecuente bienestar serian eternos, que EEUU no caería nunca de su pedestal.
A partir del embargo petrolero de 1973*, que impactó a Estados Unidos produciendo una crisis energética sin precedentes, el liderazgo del país y su intelectualidad quedaron divididos en torno a las consecuencias. Muy pocos tuvieron en aquel momento la “suficiente clarividencia” para reconocer que el mundo había llegado a un punto de inflexión, que EEUU había iniciado un lento pero irreversible declive. La gran mayoría no lo vio así, mucho menos la población llana, formando una masa que hasta el día de hoy cree que el país puede recuperar su posición de única superpotencia. El mismo lema de campaña de Donald Trump contiene, contradictoriamente, ambos puntos de vista. “Make America great again” (Hagamos a EEUU grandes otra vez). Por un lado reconoce que el país ya no es lo que fue, aunque promete devolverlo a su esplendor.
Con la idea de que EEUU no sufre un declive se alinea Hillary Clinton y la inmensa mayoría del establecimiento político, empresarial, intelectual y militar. Su lema “Stronger together” (Juntos somos más fuertes) realmente evadió la cuestión.
Con la idea de que el país se halla en medio de una debacle económica, tal vez porque lo sufre en carne propia, se halla una parte considerable de la población trabajadora (no importa su color ni origen nacional), a la cual se alinean minorías intelectuales y del aparato estatal, entre ellos militares de todos los rangos, diplomáticos y miembros del inmenso aparato de seguridad e inteligencia que cuentan con los medios de análisis y la experiencia directa para darse cuenta de la real posición de su país en el concierto mundial.
Ahí entra Donald Trump con sus insólitas afirmaciones sobre política exterior, como la de que EEUU creó el Emirato Islámico (ISIS), su inédita propuesta de negociar en serio con Rusia, lo cual implica reconocerle su estatus al país sucesor de la antigua Unión Soviética, a lo que se ha negado el gobierno de Obama; su frialdad hacia Israel. Y, sobre todo, su rechazo al establishment político que la gente común tanto detesta.
Washington, 6 septiembre, (EFE).- El candidato republicano a la Presidencia de EE.UU., Donald Trump, recibió el apoyo de 88 generales y almirantes retirados que, en una carta abierta divulgada hoy, defendieron que el magnate tiene el “temperamento” para ser el comandante en jefe del país. El grupo lo encabezan el general de división Sidney Shachnow, un veterano con 40 años de servicio en el Ejército y sobreviviente del Holocausto, y el vicealmirante Charles Williams. Aunque el cable de Efe no lo cita, entre ellos está el general Michael T. Flynn, quien trató de oponerse a que la Casa Blanca creara el Emirato Islámico y por ello renunció como director de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa. También como miembro del equipo de Trump está Frank Gaffney, quien denunció la presencia de miembros de la Hermandad Musulmana en el gobierno federal.
¿Cuánto de lo que prometió Trump es posible?
Como todo político en campaña, Donald Trump no escatimó promesas, prometió mucho más de lo que podría razonablemente cumplir. Veamos:
- Revertir la globalización. Significaría volver al proteccionismo, lo cual acabaría con la OMC y el comercio mundial. ¿Podrá EEUU competir con China, la India, etc. en tales condiciones? ¿podrá echar atrás los TLC?; Bernardo Vega afirmó en un programa de TV que esto sí es posible, que está dentro de la facultad ejecutiva.
- Traer de nuevo los empleos manufactureros. La tercerización, o sea, explotar fuerza de trabajo barata en el extranjero por medio de realizar en otros países parte de los procesos industriales (ensamblaje). ¿Podrán las empresas estadounidenses competir empleando fuerza de trabajo local, pagando salarios mínimos por encima de US$10 por tareas que se pueden lograr a US$1 en México, Vietnam, India o El Salvador? ¿Volverá Apple a fabricar el iPhone en California, Nike a fabricar tenis Jordan en Ohio, Westinghouse a fabricar neveras y lavadoras en Pensilvania, Hanes y Fruit of the Loom a hacer camisetas en Nueva York?
- Hacer acuerdos con Rusia que significarían parar las guerras en Medio Oriente. Habría que ver, porque el complejo militar-industrial no acepta que nadie se meta en sus negocios. Y hasta ahí no llega la autoridad de un Presidente de EEUU.
- Wall Street, el mercado de mercados. Limitar la especulación de capitales sería algo que no solo los trabajadores de EEUU sino el mundo le agradecerían a Trump. Pero, falta por ver hasta dónde se atrevería él con las “ocho familias que gobiernan el mundo”: Goldman Sachs, Rockefeller, Loeb Kuhn y Lehman (Nueva York), los Rothschild (París/Londres), los Warburg (Hamburgo), los Lazard (París), e Israel Moses Seifs (Roma).
- ¿Evidenciará, completando lo que dijo al acusar a Hillary y Obama de fundar el EI, quienes apoyan, financian, entrenan y suplen al Emirato Islámico (ISIS) y, en consecuencia, el terrorismo internacional?
* La crisis del petróleo de 1973 (también conocida como primera crisis del petróleo) comenzó el 23 de agosto de 1973, a raíz de la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (que agrupaba a los países árabes miembros de la OPEP más Egipto, Siria y Túnez) con miembros del golfo pérsico de la OPEP (lo que incluía a Irán) de no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur, que enfrentaba a Israelcon Siria y Egipto. Esta medida incluía a Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental. El aumento del precio, unido a la gran dependencia que tenía el mundo industrializado del petróleo, provocó un fuerte efecto inflacionista y una reducción de la actividad económica de los países afectados. Estos países respondieron con una serie de medidas permanentes para frenar su dependencia exterior. https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_del_petr%C3%B3leo_de_1973